La directora de Unicef para América Latina y el Caribe, María Cristina Perceval, alertó hoy que el objetivo de alcanzar el desarrollo sostenible "será imposible o al menos muy poco probable" si no se acaba con la violencia contra los niños, niñas y adolescentes.

En una declaración pública, Perceval insiste en "un llamado urgente para erradicar toda forma de violencia" contra la infancia, en especial en América Latina y el Caribe, donde "uno de cada dos niños menores de 15 años es víctima de castigo físico en el hogar, siendo la disciplina violenta" en la casa "aún más frecuente en los niños y niñas menores de 5 años".

"Es alarmante advertir que solo el 9 % de los niños y niñas menores de 5 años del mundo viven en países donde los castigos físicos en casa están prohibidos", alertó la Oficina de Unicef para América Latina y el Caribe, con sede en Panamá, y agregó que "solo 10 de los 33 Estados han prohibido de forma total el castigo físico infantil, incluido en el hogar".

En cuanto a la disciplina escolar, el ente de la ONU señala que solo 12 de los 33 Estados de la región tienen el castigo corporal prohibido en las guarderías, y 20 en las escuelas.

"En nuestra región, si bien varios estudios dan cuenta de la disminución del castigo físico como método de disciplina y aprendizaje, aún tres de cada diez adolescentes entre 13 y 15 años son víctimas de situaciones de acoso escolar y se registra un preocupante aumento del maltrato emocional", añadió.

Sobre la discriminación de la mujer, Unicef reiteró que en América Latina y el Caribe 1,1 millones de niñas y adolescentes de 15 a 19 años son víctimas de violencia sexual, y cuatro de cada diez que han sufrido relaciones sexuales por la fuerza informan haber sido víctimas de alguien cercano o conocido por ellas.

Respecto a la violencia, Unicef señaló que la mitad de las 82.000 muertes violentas de adolescentes en el mundo en 2015 "sucedieron en la región latinoamericana y caribeña, a pesar de que estos territorios comprenden tan solo un 10 % de la población global".

En ese contexto, la responsable de Unicef aseveró que "es necesario poner el derecho de los niños y niñas a vivir una vida libre de violencias en el centro de la agenda pública y como aspiración irrenunciable de nuestro tiempo, si es que sinceramente queremos que la Agenda 2030 no sea una vana quimera o una nueva frustración".

"No es irrelevante ni normal que millones de niños y niñas todos los días alrededor del mundo sean víctimas de violencias que los inferiorizan, humillan, destruyen o matan", razonó Perceval.

Por ello, animó a los distintos actores a "actuar juntos para lograr cambiar actitudes discriminatorias, normas autoritarias y políticas estigmatizadoras que impiden u obstaculizan un desarrollo infantil integral, contribuyendo a que los gobiernos fortalezcan marcos jurídicos y prácticas institucionales que protejan a los niños de las diversas formas de violencia, explotación y abuso que confrontan".