Manuel Alejandro, autor de las mejores canciones en español, en su casa de Madrid.

Manuel Alejandro, autor de las mejores canciones en español, en su casa de Madrid. Laura Mateo EL ESPAÑOL

Opinión HABLANDO SOBRE ESPAÑA

Manuel Alejandro, 'rey' de la canción española: "En la letra del himno nunca nos pondremos de acuerdo"

"No me digas cómo se hace una canción, porque no lo sé" // "Desde que me falta mi mujer tengo mucho menos pánico a la muerte // "García Márquez me enseñó todos mis discos en su biblioteca".

19 febrero, 2023 02:08

Manuel Alejandro (Jerez de la Frontera, 21 de febrero de 1933) es una luz en la sombra. Este escribidor de canciones, como se autodenomina por su condición de "escritor con faltas de ortografía" y "músico desafinado", bien podría ser el Miguel de Cervantes de la canción española.

Su Quijote empezó con Yo soy aquel y termina, de momento, con Y ya te quería, que recientemente grabó su ahijado de bautismo, Alejandro Sanz. Entremedias florecen, al igual que los geranios y los jaramagos en primavera, Como yo te amo, Soy rebelde, Háblame del mar, marinero; Lo mejor de tu vida, Que no se rompa la noche, Voy a perder la cabeza por tu amor... Así, hasta llegar a 600.

Descubrió a Nino Bravo, lanzó al estrellato a Raphael y Rocío Jurado, maduró el mito de Julio Iglesias, bajo su batuta Marisol Jeanette pasaron de ser niñas a mujeres adultas; cruzó el charco para regar de éxitos a José José, El Puma y Emmanuel. Sacó de la ópera a Plácido Domingo y lo metió en un estudio de grabación con canciones románticas y ahondó en los tormentos de Luis Miguel.

La mayoría de la gente sigue sin ponerle cara. Pero canta sus canciones por las calles, por las plazas, en las fiestas de los pueblos, en las ferias. Hasta las utiliza como expresiones comunes, digan lo que digan, qué sabe nadie, con la fuerza de los mares, ¿o es que no se rompe el amor de tanto usarlo?

El Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, sentenció una vez: "Sus canciones son extraordinarias piezas poéticas que se oyen en todas partes. Algunas las canta Julio Iglesias, otras Raphael, otras Rocío Jurado, y el público exclama ¡qué linda la canción de Raphael! En realidad, detrás de esas canciones hay un poeta que se lo sueltas a cualquier intelectual y no tiene la menor idea de quién es".

Entrevista a Manuel Alejandro Esteban Palazuelos

Tampoco es que el personaje se haya prodigado demasiado. Poco se conoce de él. A los ocho años jugueteaba, en los rebozos de su padre, el compositor sinfónico Germán Álvarez-Beigbeder, con sonatas a las que ponía letra. En la adolescencia, tras el primer desengaño amoroso, escribió una canción. A los dieciséis sufrió una fractura en el codo derecho que frustró su deseo de ser concertista y le obligó a encerrarse con libros de filosofía, que devoró como fiera.

Y una vez descartada cualquier posibilidad de alcanzar el trono del progenitor, se fue a Madrid con veinte años. La semilla había germinado. Siguió con el conservatorio, trabajó en bares de prostitutas y hasta empuñó una escoba en el Bernabéu para ganarse la vida. Mientras tanto, seguía haciendo canciones. Una tras otra. Hasta que llegó Raphael. Y voló alto.

En cada letra hay algo de su vida. Están sus vivencias, situaciones y retratos personalísimos hechos a la medida de los cantantes, o de gente corriente. Un buen ejemplo de ello es lo que le sucedió en una peluquería que frecuentaba en Madrid. 

Al ver al novio de la manicurista, que tenía "la expresión de una flor y la voz de un pájaro", escribió la canción Corazón de Poeta, que popularizó Jeanette. Tiempo después, cuando volvió a cortarse el pelo, supo que "en realidad aquel joven muchacho había resultado ser una muchacha". Nadie se percató, salvo él.  

Su segunda mujer, Purificación Casas, es su mitad. Y por eso decidió poner su firma en la autoría de las canciones con el pseudónimo de Ana Magdalena, emulando a la musa de Bach. En 1980, hizo su obra más versionada, Procuro Olvidarte, tras imaginar cómo sería separarse de ella. Cuarenta y tres años después, y cerca de completar los 90, se rompe cada noche al contemplar esa casa, tan sola y callada.

La persona por la que todo lo escribió se fue en marzo de 2021, por la maldita pandemia. Y en la recreación de sus versos, Manuel Alejandro exclama a la vez susurrando: "¡Lo que haría!, porque estuvieras tú, porque siguieras tú, conmigo…". No puede contener las lágrimas, el lenguaje mudo de su alma. 

El escribidor de canciones ultima un libro con sus memorias.

El escribidor de canciones ultima un libro con sus memorias. Laura Mateo EL ESPAÑOL

Algo se fue con ella, algo siente que le falta. Y por eso tiene "mucho menos pánico" a la muerte. Pero sigue atado a la vida, porque le quedan "muchas cosas por decir". Y hacer. Si amanece, se afana en practicar ejercicio a primera hora, escuchar a los grandes clásicos, estudiar el piano unas horas, leer filosofía y poesía; y ya, en la segunda parte del día, en escribir sus memorias, grabar sus canciones contadas al piano y, por supuesto, seguir creando nuevas letras y melodías.

En abril del pasado año llegó a subirse a las tablas del mismo Teatro Real. Allí se encerró ante 2.000 personas con su "toro negro" para estrenar Contando mis canciones, un repaso de algunos de sus títulos que interpreta a voz y piano y en el que lleva décadas trabajando. 

¿Qué tal estás? [No acepta el usted]

Bien. Pero el otro día estaba en el baño, queriendo alcanzar con la mano un botiquín que había detrás de la puerta y, joroba, no llegaba. Y yo llamando a mi hija, que no venía. En eso que me llama otra hija desde Miami. Le dije: "Mira, como me acepte la Preysler, ¡me voy a su palacio! Porque allí me ponen hasta mayordomo". Así que, fíjate tú, lo fenómeno que va a ser el asunto (risas).

Ella completaría un gran círculo.

Pero no creo que quiera tener a un hombre tan feo y tan viejo.

Ya escribiste pensando en ella.

¡Por supuesto! Es la canción donde me equivoqué de plano, total. Fue estrepitoso. A los años de separarse de Julio Iglesias hice Lo mejor de tu vida. Incluso una periodista criticó que yo despreciaba a la mujer diciéndole que se iba a poner gruesa… No digo gruesa, ni mucho menos, pero sí: "Cuando tu cuerpo era espiga de palma recién plantada". ¡Y sigue siendo espiga de palma recién plantada y está perfecta, no ha engordado nada, está divina, está estupenda!

Julio triunfó con esa canción.

Ahora que la cuento en Contando mis canciones he quitado esas cosas del peso. He dejado solamente lo bonito, lo romántico, lo perfecto: cuando te acercabas, te ponías nerviosa, cuando recibiste el primer beso. Eso sí lo he dejado.

Julio Iglesias y Manuel Alejandro

Julio Iglesias y Manuel Alejandro Archivo familiar

¿A los 90 años qué canción escribirías?

Muchas, muchas… ¡Ojalá tuviera tiempo! Estoy con un libro que tengo rondando desde hace tiempo. Son recuerdos o, más bien, elucubraciones sobre la vida y sobre todo. En el momento que termine, comienzo otra vez a escribir canciones. Tengo muchas cosas que decir, tengo ganas de decir muchas cosas.

"En el amor y en la canción, cuando ya no puedes amar, escribir; es cuando más quieres"

En el amor y en la canción, cuando ya no puedes amar, escribir, hacer lo que quieres hacer; o te cuesta trabajo o te ponen muchos impedimentos, es cuando más quieres. Te das cuenta cuando te falta tu mujer. Piensas si no fuiste la persona que se entregó absolutamente o que no le hice daño en ningún momento. Crees que si estuviese aquí ahora la querrías mucho más, la amarías mucho más, mucho más, mucho más… 

Machado decía que se canta lo que se pierde.

Es que lo sientes y lo masticas cada día. Te gustaría decir: "Yo te quiero mucho más que aquello que te quería". Y las pelusas que has tirado al aire, porque has tirado al aire muchas pelusas, te arrepientes totalmente y nunca lo volverías a hacer. Qué dilema más grande.

Tú que eres de echar la vista atrás, ¿qué balance haces de tu vida?

Pues que he sido un administrador horrible, he trabajado tirando todo. No he pensado nunca en mañana. No tengo ni pensiones ni cosas de esas. No solamente en lo material, sino trabajando. Cuando escribí a Rocío Jurado aquel álbum de Paloma Brava esperó dos años a que le hiciera las canciones. Pero, a la vez, no hacía ni una canción. Escribía, anotaba, leía, estudiaba el piano, pero no hice ni una canción.

¿Ella qué decía?

El presidente de EMI le mandó un casete, le dije: "Grábalo" y me contestó: "No no, te espero". Fue el álbum en el que está Se nos rompió el amor. Nunca he escrito una canción porque la tenía que escribir. Estoy por ahí y digo: "¡Uy, qué bonito sería escribir sobre este tema!". O algo que me sucede, pienso o siento. Sobre todo lo que sientes con tu pareja. Importantísimo. Cuando te sientas en el piano a escribir una canción, aquello que estás escribiendo te tiene que afectar, te tiene que doler, te tiene que alegrar. Es algo tuyo.

Cuando hago, por ejemplo, Procuro Olvidarte, antes he pensado en una separación con mi mujer y la he sentido. O la he tenido a punto, por la situación que había en la casa, por lo que fuera. En realidad, si no te conmueves, la canción no llega a ninguna parte. ¡Cuántas veces mi mujer ha entrado en el estudio y me ha visto con las lágrimas fuera!

De ese disco de Rocío es Lo sabemos los tres, que te gusta mucho, una canción en la que ella confiesa sentirse atraída a la vez por dos personas.

Son problemas, situaciones; algo que has pensado, sentido, o que ves que está pasando eso.

Rocío Jurado y Manuel Alejandro

Rocío Jurado y Manuel Alejandro Archivo familiar

Quizás a Rocío nunca le había pasado eso.

Yo creo que sí… Puede ser, puede ser. Es una cosa muy posible. Aunque le escribí una canción en la que decía que era fiel porque le daba la gana. La vida que llevaba era fácil para engañar, para portarse de otras maneras. Pero, supongo, es una cosa que puede suceder. No estoy contando nada nuevo en absoluto, el tercero en discordia es de toda la vida.

A Isabel Pantoja le escribí Desde que vivo con otro. Ahora, cuando ha pasado lo de Shakira, me he acordado inmediatamente. Porque esa letra es leída en ese momento, para quedar pública y elegantemente y decirle a ese marido, novio o compañero que se va eso de: "Qué tal vives con ella, dime si te acomodas, a su estilo, a sus caprichos y a sus cosas; o te cuesta trabajo una vez que han pasado las horas locas. (...) No me mientas, dime la verdad, ¿eres feliz?, o te pasa igual que a mí, desde que vivo con otro". Aunque lo mismo Shakira todavía no vive con nadie… (Risas). Pero vivirá, vivirá.

Cuando salió la canción de Shakira muchos recordaron esa letra tuya de "Ese hombre es un gran necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso".

¡Pero está de broma! Es una separación de tú a tú… De ¡vete ya!

¿Cómo te surgen esos efluvios: "Siguiendo la ruta de un pájaro herido" o "jamás duró una flor dos primaveras"?

¡Ah! ¡Eso que venga alguien y me lo diga! Porque tendría de esas… Las circunstancias que te hacen escribir, en ese momento. Están todas esas imágenes al retortero. Tienes que tenerlo dentro tú mismo. Pero no me digas cómo se escribe una canción porque no lo sé. Si lo supiera, estaríamos aquí como churros.

¡Pero has escrito del orden de 600!

Nada. Una vaguería en 90 años… Tendría que haber hecho 2.000. 

¿Qué te influye para hacer esa música?

Todo. El flamenco de Jerez me ha inyectado sensibilidad. Aquellos cantes desde la cama que oía en las noches del barrio de Santiago, de calles empedradas, húmedas, que brillaba la piedra desde el mirador de mi casa. Y pasaban los gitanos que volvían de los tabancos camino de las corralas y se paraban con la botella de vino a cantar y nadie les decía nada. Pero es que por la mañana, cuando me despertaba, estaba mi padre con Johann Sebastian Bach… ¡Te lo van inyectando! Sensibilidad en vena. Captar cosas. He vivido siempre metido en ello.

"Si tú no tienes la moneda dentro de tu cuerpo, no tienes moneda que cambiar"

Pero ya puedes tener toda la formación de literatura, de música, que si tú no tienes la moneda dentro de tu cuerpo, no tienes moneda que cambiar. Con ese almacenaje de esas cosillas, que son cosillas, naces o no naces. Por mucha técnica que tengas, haces la canción pero no habrá por donde cogerla.

En tu juventud frecuentabas el famoso Café Gijón.

Sí señor, y el Varela. Estuve con muchos poetas de aquella época. Tenía a mis amigos, que se dedicaban a organizar concursos y cosas de poesía. Fui bastante al principio, cuando iba mucha gente muy conocida: Anglada, Martínez Remis, magnífico poeta. Luego por Andalucía he tratado a muchos. Pero me fijé que se discutía primero que si Lorca era señorito o era del pueblo, y luego todas esas historias que se mueven y se mueven y no sirven para nada. No he sido amigo de tertulias.

Las manos de Manuel Alejandro.

Las manos de Manuel Alejandro. Laura Mateo

También fuiste amigo de Pemán…

Sobre todo mi padre, que era muy, muy amigo. Y en Jerez, el primer poeta que me llamó la atención fue uno de la quinta del partido de José Antonio Primo de Rivera, que era Julián Pemartín, primo hermano de Pemán. Fíjate cómo sería que desde que lo conocí me sé de memoria aquel piropo suyo: "Pelo de miel y canela, en sus ojos todo el mar, y al andar es como una blanca vela que va dejando una estela no de espuma, de azahar".

¡Qué bonito! Un falangista, ¿eh? El arte no entiende de ideología. Todas aquellas hermandades o partidos políticos eran las circunstancias y el momento que había en España. Porque la Falange, precisamente, venía a proponer un comunismo de derechas con Cristo.

Y trataste a Alberti.

Me da vergüenza hasta decirlo. Los dos formamos parte de la academia de Bellas Artes del Puerto de Santa María. Fíjate para mí, estar a su lado. Era muy campechano, le gustaba mucho el marisco y tomarse una copa. Estuvimos alguna vez cenando en el Puerto con su mujer y con la mía.

Tengo el enorme honor de que de vez en cuando leo que la letra de Háblame del mar, marinero es de Alberti. Él tiene Marinero en tierra. Pero yo lo que hago es un goteo… "Dime lo que sientes allí junto a él, desde mi ventana no puedo yo verlo, desde mi ventana el mar no se ve…" No digo otra cosa. Quizás, a lo mejor, por esos toros azules en la primavera del mar. Tiene la sal del mar del Puerto de Santa María. Y he leído bien, bien a Alberti, a Prados, a Lorca y a todos. Tengo siempre dos o tres libros encima del piano.

"El ambiente crítico-periodístico de España y, sobre todo, de Madrid, no ha estado mucho conmigo"

¿García Márquez qué te dijo cuando cenaste en su casa?

Fue en la Ciudad de México, en la calle Fuego, donde vivía con su mujer. Salimos de la casa, del chalé, nos fuimos caminando por un jardín largo hasta una caseta donde trabajaba. Era su despacho. Ahí dijo: "Mira, aquí trabajo yo y ahí tengo mis discos". Me enseñó todos los que yo había grabado hasta entonces, todos estaban ahí. Me dijo: "Me los sé de memoria". Y le contesté: "Joe, qué mal gusto tienes".

¿Cómo es posible que siendo español tengas la cama más grande en latinoamérica?

Voy a decir algo que no fallo. El ambiente crítico-periodístico de España y, sobre todo, de Madrid, no ha estado mucho conmigo. No, no, no. Fui siempre algo como pasado. No hacía música de grupo, no hacía rock, no hacía nada en absoluto de eso. Es como Raphael, la suerte mía fue la suya. A él le costó sangre a pesar de salir tan joven, tenía detractores enormes.

Es muy de España.

Cuanto más nuestro es, más se desprecia. Ahora, si has metido la pata o protestas por algo, lo mismo te echan una manita.

Manuel Alejandro escribió una letra para el himno de España.

Manuel Alejandro escribió una letra para el himno de España. Laura Mateo

Tus canciones han sido el hilo musical de este país.

Hay otra España que no ha llevado mis canciones, ni incluso las de Camilo Sesto. Y sigue sin llevarlas. Conozco ya el percal que hay, qué quieres que te diga. Hay una diferencia tremenda entre un gusto y otro. El hispanoamericano es una persona que le da una importancia tremenda a la canción. Viven de eso, gracias a eso. Y tienen un amor por todo lo que sea el cantante y aquello es intocable, primero lo suyo y después lo de los otros. Aquí no. Bueno, pues muy bien. Tampoco comprendo muchas veces cómo gustan tanto mis canciones….

¿Existe la canción española?

Y tanto. Es la que, con los mimbres que cada uno hemos mamado, hemos hecho y hacemos Serrat, Alejandro Sanz, Pablo Alborán o yo; ya me lo decía Rafael de León. Y la mejor música española, la popular, la sigue haciendo el pueblo: el gallego, el valenciano, el andaluz o el catalán, con sus cantes propios y los mimbres mamados a día de hoy.

La música española culta, la más conocida mundialmente, no hay duda de que la hicieron los franceses y los rusos, como Carmen o el Capricho Español. Pero la mejor, y esa sí que no se repetirá, porque ya está hecha -como el Quijote o Hamlet-, la hicieron los que les tocó vivir cuando aún no estaba hecha. Aprovechando los aromas de los cantes populares, y por este orden, Albéniz, Granados y ya, sofisticándola, Falla [antepasado de Manuel Alejandro]. Todo grosso modo. Pero hoy, como la canción popular, se sigue haciendo con los mimbres de hoy: el serialismo, la electroacústica o lo que venga. En todos los países sucede lo mismo, pero en cada cual el paisaje, la altura, la mata, da su fruto…

"Nuestra contienda no hace tanto que se acabó. No obliguemos a amar lo que se ha odiado, apenas ayer, y convivamos"

¿Por qué nuestro himno no tiene letra?

Es una marcha militar, para que desfilaran tropas de la realeza. Al hacerla himno nacional entonces le pusieron la letra. Marquina primero, luego Pemán. Y hasta Marta Sánchez. Nunca en la vida nos pondremos de acuerdo para que tenga letra de forma oficial. Tampoco tiene por qué tenerla. Hace poco tiempo escribí una que me gusta el arranque: "Bella España, nacimos de tu savia, de tu resplandor, nacimos de tu luz".

Nuestra contienda no hace tanto que acabó. No cuentan los 40 años subyugados. Entonces, no obliguemos a amar lo que se ha odiado, apenas ayer, y convivamos respetándonos, consolándonos, perdonándonos; olvidando, construyendo y, ojalá, hasta amándonos. Suturemos punto a punto las heridas, que desaparezcan las cicatrices y sus cercos, que nadie sepa ni qué pasó ni si pasó y, entonces, comencemos a cantar cualquier himno, cualquier marcha, cualquier canción.

Hablando de amor… En una letra dices "el amor no conoce el final" y, después, en otra, "el amor acaba".

Porque, si ahondas en el amor, se puede volver rutina. Sin alejarte de ese amor. Cuando se empieza una cosa tan bonita no se piensa en el final. Ni se busca, ni se ve posible que llegue.

El amor total del que hablas en tus canciones, el que se canta con la fuerza de los mares, ¿es sólo una vez en la vida? ¿O hay más?

Caprichosamente hay un poquito más. Se puede vivir un momento en que te salgas del tarro. Por supuesto que existe un gran amor… Pero no sólo, no sé si me entiendes. Existe el amor que conlleva todo, que no es solamente el amor. Es toda la vida de las personas, no un enamoramiento, un sentimiento o una atracción sexual. Es sentir con una persona que la vida se comparte, que te falta y no estás, no te sientes… Que quieres dar y no tienes a quien darle. Una de las virtudes del ser humano es dar, y dar.

Penúltima pregunta… ¿A qué conclusiones vas llegando cuando estás cerca de la taquilla?

Ahí está lo malo. Te entra un poquito de cosquillitas por el cuerpo. Tú, que te has puesto delante de un toro alguna vez, habrás sentido una cosa que termina en la garganta, que sube y se te queda aquí. Pues eso sientes cuando te acercas a la taquilla y ves que te van a vender la entrada. Que no te van a decir que no hay sitio, que hay butacas para ti, ¡todas las que quieras!

Manuel Alejandro y su mujer, Purificación Casas.

Manuel Alejandro y su mujer, Purificación Casas. Archivo familiar

¿Y a qué conclusiones has llegado?

Cuando se te ha ido la persona amadísima no hay duda de que te vas haciendo a encontrarte con esa persona. El hombre piensa que puede haber algo. No se sabe qué cosa… Si lo supiéramos estaríamos emborrachándonos todo el día. Empiezo a pensar en la vida, que estamos hechos de un material que está insuflado por una esencia, una esencia que es más bien olor, que no se toca, ni se ve, ni nada.

Porque no es posible que esto lo haya hecho un crack de esos y que nos hayamos caído todos a la mierda. El bigban y el bigben y la madre que lo parió. Eso no lo puede hacer el bigban, no. Ni supongo que lo hace una planta, la savia no llega ahí… Lo hace el ser humano y pensamos en todas esas cosas. A mí antes la muerte me daba mucho pánico y desde que me falta mi mujer le tengo mucho menos pánico.

Hablan sus cantantes

Raphael: "Manuel Alejandro para mí es un ser muy especial y un compositor más especial todavía. Inventor de una forma de hacer, de expresar. Siempre lo he visto así. Ha significado y significa muchísimo en mi vida, sobre todo en mi vida profesional. Es un sello muy especial el que juntos hemos hecho. Además, muy largo en el tiempo. Mi admiración y respeto siempre para él".

Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado: "La palabra más modesta que me sale para describir a Manuel Alejandro es genio. Para mí es el arte hecho hombre, la sensibilidad en estado puro. Se equivocó de mundo, tenía que estar en el olimpo de los Dioses".

Julio Iglesias: "Manuel Alejandro ha sido para mí una luz infinita que sigue alumbrando mi vida como artista, ahora y para siempre".

El Puma: "En la era de los pantalones rotos, el verbo corto, las letras cortas y canciones con dos tonos; sin duda alguna que hablar de romanticismo, de poesía, de amor, de letras y melodías hermosas, es hablar de un poeta y un escritor que se llama Manuel Alejandro. Narra historias completas como si fueran telenovelas en tres minutos, cosa que no es fácil".

Emmanuel: "El cielo derramó en esa alma inspiración, sensibilidad, y un talento especial para descubrir los sentimientos del ser humano y plasmarlos en la historia de la música".

Jeanette: "Me hizo uno de los mejores discos, Corazón de Poeta; me lanzó a la fama con Soy Rebelde. El maestro tiene una genialidad que pocos tienen, es muy ingenioso, un gran poeta. Siempre he sentido que todas sus canciones, de alguna manera, son experiencias suyas. Tuvo que ser un enamoradizo. Él adoraba a la mujer. Le debo muchísimo".

Alejandro Sanz: "La calidad del ser humano se mide por el alma. El poder de transmitir ese alma en cada minuto vivido, nota, palabra y sentimiento a los demás es algo excepcional. Así es mi padrino, Manuel Alejandro. Afortunados somos de ser testigos de su legado".