Alain Juppé.

Alain Juppé. Reuters

Europa

Juppé: "No seré candidato a la Presidencia"

El exprimer ministro francés ha afirmado que no se ve con capacidad de unir a su familia política explicando que "es demasiado tarde" para él. Sarkozy había propuesto una reunión a tres.

6 marzo, 2017 10:00

Noticias relacionadas

El exprimer ministro francés y derrotado en las primarias de la derecha Alain Juppé ha confirmado que "no será candidato a la Presidencia" del país, ya que no se ve con capacidad de unir a su familia política.

En una declaración en Burdeos, ciudad de la que es alcalde, Juppé reconoció que "es demasiado tarde" para él, y que no encarna la "renovación" que demandan los franceses.

"Confirmo que no seré candidato a la Presidencia de la República. Se lo diré a Fillon y a (Nicolas) Sarkozy si desean reunirse conmigo", dijo Juppé, en aparente alusión a la invitación del expresidente francés a una reunión tripartita con el candidato conservador y con el alcalde de Burdeos para solucionar la crisis.

Confusión en Francia

Con rostro apesadumbrado y en tono lúgubre, lamentó la confusión que vive el país en vísperas de las elecciones presidenciales y tuvo palabras duras hacia Fillon, de quien criticó su "obstinación".

"El inicio de las investigaciones de la justicia y su sistema de defensa basado en la denuncia de un supuesto complot y de una voluntad de asesinato político lo han conducido a un callejón sin salida", lamentó.

También se mostró preocupado por que "como lo demostró la manifestación de ayer (en defensa de Fillon), hay un núcleo de militantes que se ha radicalizado".

"No estoy en disposición hoy de realizar la necesaria reagrupación en torno a un proyecto unificador", señaló, antes de reconocer que tampoco puede encarnar la renovación "que parece más fuerte que la necesidad de experiencia".

Juppé admitió que su decisión de no presentarse provocará "decepción en muchos" y que también le acarreará "reproches",

Esta tarde el comité político de Los Republicanos reunirá a las principales figuras de la derecha, incluido el propio Fillon, para tratar de buscar una solución a la crisis.

El nombre del exministro François Baroin (quien, sin embargo, ayer apareció detrás de Fillon en la tribuna de la manifestación de apoyo) es el más mencionado por aquellos dirigentes de la derecha que reclaman un relevo en la candidatura.

Todas las encuestas dejan a Fillon fuera de una eventual segunda vuelta en las elecciones presidenciales del próximo 23 de abril y 7 de mayo, a la que accederían la ultraderechista Marine Le Pen y el socioliberal Emmanuel Macron.

Reunión a tres

Una hora antes, el expresidente Nicolas Sarkozy había propuesto una reunión a tres con el candidato de la derecha al Elíseo, François Fillon, y el derrotado en las primarias, Juppé, para "hallar una salida digna y creíble a una situación que ya no puede continuar".

En un comunicado, el también expresidente del partido conservador Los Republicanos expresaba que "frente a la gravedad de la situación (...) cada uno debe hacer todo para preservar la unidad".

El mensaje de Sarkozy se conocía minutos antes de que Juppé, ex primer ministro y actual alcalde de Burdeos, realizase a las 10:30 una declaración pública desde esa ciudad sobre la crisis que afecta a la derecha.

Sarkozy considera la situación insostenible y juzga que "crea una profunda consternación en los franceses".

Se trata de la primera vez que el expresidente se manifiesta públicamente acerca de la situación de Fillon, que ayer reiteró su intención de mantener su candidatura pese a su probable imputación el próximo 15 de marzo por el caso de los empleos falsos que supuestamente concedió a su esposa y dos de sus hijos.

El todavía candidato conservador ha mantenido varias conversaciones telefónicas con los dos grandes líderes del partido en los últimos días, pero no ha habido un encuentro a tres.

En un acto frente a decenas de miles de sus partidarios el domingo en París, Fillon, cargó contra los correligionarios que le han retirado su apoyo en los últimos días tras conocer su convocatoria judicial, a los que calificó de desertores "sin vergüenza ni orgullo".