Puigdemont y Romeva, durante el acto independentista en Bruselas

Puigdemont y Romeva, durante el acto independentista en Bruselas Stephanie Lecocq/EFE

Política

Puigdemont llena con amigos su conferencia independentista tras darle la espalda la Eurocámara

El presidente de la Generalitat pide a la UE que apoye el referéndum pero los dirigentes comunitarios le ignoran.

25 enero, 2017 03:16
Bruselas

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Lo que pretendía ser un intento de internacionalizar el proceso soberanista catalán y de lograr la implicación de la UE se ha acabado convirtiendo en un acto de consumo interno en Bruselas para independentistas ya convencidos. El Parlamento Europeo ha dado este martes la espalda al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y a su petición de que apoye un referéndum de independencia en Cataluña en 2017. Apenas una veintena de los 751 eurodiputados invitados han asistido a su conferencia en la Eurocámara, en la que también han participado su vicepresidente, Oriol Junqueras, y su conseller de Exteriores, Raül Romeva.

Puigdemont en Bruselas

Durante su breve visita a Bruselas, Puigdemont no se ha reunido tampoco con ningún dirigente de la UE. Esta vez, ni siquiera ha intentado pedir cita con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ni con el de la Eurocámara, visto que en su anterior viaje de mayo a la capital comunitaria se negaron a recibirle. El Parlamento ha dejado además claro que la conferencia del presidente de la Generalitat "es un acto sin carácter institucional, organizado por eurodiputados a título individual".

Ilustración: Tomás Serrano

Eso sí, Puigdemont ha logrado llenar una de las salas más grandes de la Eurocámara, con capacidad para 350 personas. Mucha gente se ha quedado incluso de pie. Pero la gran mayoría de los asistentes eran catalanes residentes en Bruselas o procedentes de Cataluña que habían sido invitados por los organizadores expresamente para el acto. Todos con su correspondiente acreditación de 'visitantes'.

El catalán era, con diferencia, la lengua más hablada en la sala. Tras el acto, una madre le decía en esta lengua a su hijo de unos diez años que acababa de asistir a un acto histórico. Un grupo de mujeres se hacía fotos en el podio donde acababa de hablar Puigdemont. Otro grupo exhibía una pancarta de 'Calafell per la independència'. También han asistido al acto estudiantes. Los invitados han aplaudido calurosamente el discurso del presidente de la Generalitat e incluso se han puesto en pie al final.

De la veintena de eurodiputados que han acudido a la conferencia, la mayoría eran españoles, al igual que los periodistas que cubrían la conferencia. Estaban presentes los organizadores: Ramon Tremosa del PDeCAT (la antigua Convergència) y Josep Maria Terricabras y Jordi Solé de ERC. También Xabier Benito, de Podemos; Lidia Senra, de Alternativa Galega; Ernest Urtasun, de Iniciativa; o el ex parlamentario de Compromís, Jordi Sebastià.

También ha asistido la voz del Partido Nacionalista Escocés en Bruselas, Alyn Smith, o la eurodiputada del partido nacionalista flamenco NV-A, Helga Stevens. La parlamentaria verde danesa Margrete Auken explicaba que había venido a escuchar, pero que su presencia no significaba que apoyara el acto. "Yo no tengo posición", ha dicho también la socialista portuguesa Ana Gomes. "En este marco en que hay tantas fuerzas centrífugas y que quieren desagregar el proyecto europeo, (el proceso independentista catalán) es un reto muy particular", ha señalado Gomes, que reclamaba un acuerdo entre el Gobierno de Rajoy y Puigdemont.

Los organizadores del acto cifraban en 40 el número de eurodiputados presentes y aseguraban que había también 50 miembros de delegaciones diplomáticas, una cifra imposible de verificar. El único reconocible por su turbante era el autoproclamado representante del territorio de Azawad, que busca independizarse de Mali y que aseguraba encontrar inspiración en el proceso catalán.

Pese a que la mayor parte de su público era catalán, Puigdemont, Junqueras y Romeva han utilizado también en sus discursos inglés y francés. La sala ofrecía traducción simultánea en estos idiomas y en castellano, lengua a la que sólo ha recurrido Junqueras durante un pasaje de su discurso. Pese a las quejas de Ciudadanos, los organizadores han usado en el acto el logo del grupo liberal ALDE, del que forman parte tanto la formación naranja como el PDeCAT.

El referéndum se celebrará en cualquier caso

En su discurso, Puigdemont se ha quejado de que "hasta ahora el Gobierno español ha rechazado categóricamente cualquier negociación sobre el referéndum" de independencia. Y ha acusado a Rajoy de utilizar políticamente al Tribunal Constitucional para perseguir a los políticos soberanistas.

"Juzguen ustedes mismos si la actitud del Gobierno español es normal, si es aceptable, si responde a un Estado serio y auténticamente democrático", ha subrayado el presidente de la Generalitat. A su juicio, "lo que está en juego no es la independencia sino la democracia, y no afecta sólo a los que están a favor de un Estado propio, sino a cualquier ciudadano que cree en la libertad".

"Esto es, y quiero dejar este punto muy claro y decirlo aquí, un problema Europeo. Y Europa no puede mirar hacia otro lado. Europa debe ser parte de la solución", ha insistido Puigdemont. En su opinión, Bruselas está obligada a respaldar el referéndum porque responde a los "valores democráticos y principios" que inspiran la UE y también tiene que ser "pragmática" y adaptarse a los cambios geopolíticos.

En todo caso, el dirigente catalán ha asegurado que el referéndum de independencia se celebrará este año pase lo que pase. "Como muy tarde en septiembre de 2017, Cataluña celebrará un referéndum de independencia vinculante. Si (el Gobierno de Rajoy) lo acepta, nos alegaremos. Pero si no ocurre así, lo celebraremos sí o sí", ha dicho.

Choca con la posición de la UE

El presidente de la Generalitat ha defendido que una posible independencia de Cataluña equivaldría a un "proceso de ampliación interna". Es decir, similar a la entrada automática en la UE de la Alemania del este cuando el país se reunificó en 1990. Sin embargo, su interpretación choca con la posición que Bruselas lleva defendiendo los últimos años, tanto para Cataluña como para Escocia.

Una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera de la Unión y tendría que pedir el reingreso, que podría ser vetado por cualquier Estado miembro, según la doctrina de la UE. Los catalanes perderían además la ciudadanía europea, ya que está vinculada a la ciudadanía de los estados miembros. Los dirigentes comunitarios han rechazado además reiteradamente intervenir en el debate catalán alegando que se trata de un asunto interno que corresponde resolver dentro del orden constitucional español.

"Si Cataluña se convierte en un nuevo Estado, lo hará en el marco de la UE. Los primeros pasos de la república catalana se harán de acuerdo con las reglas europeas. No contemplamos ningún otro escenario", ha sostenido Puigdemont, ignorando los avisos de Bruselas.