Pere Barceló, durante el juicio ante la Audiencia de Baleares

Pere Barceló, durante el juicio ante la Audiencia de Baleares Foto cedida por B. Ramón / Diario de Mallorca

España

Pena mínima para el excura que violó a una niña de 10 años gracias a los 30.000 € pagados por la Iglesia

La Audiencia de Baleares le condena a 6 años de cárcel después de que el sacerdote admitiera agresiones sexuales continuas a la menor.

12 julio, 2016 22:34

El exsacerdote de Can Picafort (Mallorca) Pere Barceló irá a la cárcel para cumplir seis años de prisión por las agresiones sexuales continuadas que realizó a una niña de 10 años "desde principios de 1997 hasta el verano de 1998", indica la sentencia de la Audiencia de Baleares hecha pública este martes.

La admisión de los hechos por el acusado y una indemnización de 30.000 euros pagada por la Iglesia católica a la víctima han permitido aplicar las circunstancias atenuantes de confesión y reparación del daño, lo que ha limitado la condena a la pena mínima señalada por la ley para el delito de violación.

Los magistrados reflejan en la sentencia la "violencia" e "intimidación" con que Barceló agredió sexualmente a la pequeña en numerosas ocasiones, lo que hubiera permitido una condena mucho más severa. Pero la Audiencia no ha podido imponer una pena superior a los seis años de cárcel solicitados tanto por el fiscal como por la acusación particular, que durante el juicio, celebrado el pasado día 4, modificaron su inicial petición (42 años de privación de libertad) después de llegar a un acuerdo con el ex cura para bajar la pena a cambio de que reconociera los hechos y expresara su arrepentimiento.

De acuerdo con los hechos probados, Barceló, que llegó a Can Picafort en 1996, entabló relación con la niña M., que acudía regularmente a la iglesia primero para hacer la catequesis y luego como monaguillo junto a otros menores. Los niños jugaban al tenis, iban a la piscina de un vecino y a veces dormían la siesta en una de las habitaciones de la casa parroquial.

"En una primera ocasión", relata la sentencia, "comenzó tocándole por encima de la ropa al tiempo que la besaba en la boca introduciéndole la lengua. Como quiera que [la niña] lo rechazaba, el acusado insistía y no la soltaba, sujetándola fuertemente de los brazos para que no se pudiera mover ni escaparse". Luego la desnudó y se quitó el mismo la ropa, "rozando su pene con la vagina de la menor sin llegar a introducirlo. Al finalizar, el cura se dirigió al baño para eyacular".

La sentencia también señala que "hasta en 20 ocasiones" la niña fue obligada a realizar felaciones al sacerdote aprovechando que éste la trasladaba en coche a su domicilio.

Denuncia archivada

En el verano de 1997, otro catequista sorprendió a Barceló con la menor "cuando en el sofá de la parroquia realizaba diversos tocamientos de índole sexual".

Inicialmente no se interpuso denuncia (el testigo no denunció los hechos hasta 1998), por lo cual "el acusado, con una inmensa sensación de impunidad al trascurrir el tiempo sin ninguna consecuencia" comenzó a agredir sexualmente a la niña penetrándola tras colocarse un condón.

"La sujetaba fuertemente por los brazos puesto que la menor se retorcía, causándole moratones y abriéndole las piernas con las suyas, venciendo la poca resistencia que podía oponer". Estos hechos sucedieron "hasta en 10 ocasiones", declara la Audiencia.

La denuncia del joven catequista que presenció la escena del sofá fue archivada porque los hechos fueron negados por la propia víctima. M. explicó la pasada semana en el juicio que Barceló la convenció para que, cuando la llamaran a declarar, "dijera que todo era mentira" y a ella no se le ocurrió no hacerle caso porque "lo veía como alguien superior, como alguien de arriba". También pensó que si decía la verdad sus padres no la creerían.

Fue la propia M. la que acabó denunciando al sacerdote en 2012, quince años después de los hechos, "porque no podía más".

Pere Barceló, que ahora tiene 63 años de edad, perdió su condición de sacerdote en 2013 por decisión de un tribunal eclesiástico, aunque lo tiene recurrido. Su abogado, Antonio Beltrán, ha manifestado a este periódico que a raíz del caso de M. se presentaron otras denuncias, ninguna de las cuales ha prosperado "porque eran totalmente inciertas". Barceló no tiene ninguna causa penal pendiente.