Pablo Iglesias e Íñigo Errejón este domingo en Madrid.

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón este domingo en Madrid. Dani Pozo

Elecciones Generales ELECCIONES GENERALES 2016

Podemos, entre el shock tras el 26-J y el amago de crisis interna

Los resultados desbaratan la hoja de ruta de Pablo Iglesias. La dirección del partido morado no halla los motivos del fracaso. Monedero critica el tono de la campaña electoral. El partido camina hacia otra Asamblea de Vistalegre. 

28 junio, 2016 02:57

Son horas muy difíciles en Podemos. Los malos resultados cosechados el 26-J han generado un clima enrarecido en el partido de los círculos. Los dirigentes de la formación que encabeza Pablo Iglesias literalmente no encuentran los motivos por los que no se han cumplido las expectativas creados y, por ende, por los que no ha habido sorpasso al PSOE. Al shock inicial por lo sucedido se añade, además, la posibilidad de que se reabra la crisis interna entre los defensores y detractores de la confluencia con Izquierda Unida. Para empezar, Juan Carlos Monedero ya ha abierto el fuego con un artículo en que arremete contra el estilo moderado de la campaña electoral elegido por la formación morada. 

Los inesperados resultados de este 26-J han desbaratado por completo la hoja de ruta delineada por Iglesias y los suyos para el futuro inmediato. La pasada semana, en plena campaña electoral, fuentes de la dirección del partido daban por hecho en estas elecciones estarían por encima del PSOE. Estaban seguros de que serían segundos en votos. Incluso, los más optimistas vaticinaban que lograrían más de 90 escaños. Sobre esa base, los escenarios que Podemos se planteaban eran dos: un apoyo del PSOE para que Iglesias llegase a Moncloa o una gran coalición que provocaría, colateralmente, la pasokización de los socialistas al acercar a Podemos a "la mayoría absoluta"

Del optimismo a la depresión

Todo eso era la teoría. En la práctica, la coalición Unidos Podemos se ha dejado en estas elecciones la friolera de 1,2 millones de sufragios respecto a los números que Podemos e IU lograron por separado el pasado 20 de diciembre. Como recordaba Pablo Echenique este lunes al valorar lo sucedido tras una reunión de la ejecutiva, había tres razones para su desmesurado optimismo: los datos que arrojaban todas las encuestas, las previsiones de todos los analistas y los resultados del 20-D. Así, era absolutamente inconcebible para ellos no superar al PSOE en sufragios y en porcentaje de voto, aunque algunos tuvieran la duda sobre si ocurriría lo mismo con los escaños.  

De aquellos polvos vienen estos lodos. Tanto confiaban en sus resultados de este 26-J que, una vez que el escrutinio se fue conociendo, empezó a generarse un ambiente de incredulidad que ha derivado en una suerte de shock. Simple y llanamente, muchos de los que toman decisiones en Podemos todavía no pueden creerse lo sucedido. Es una depresión colectiva que tardará en curarse. De momento, en la reunión del Consejo de Coordinación de este lunes Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Pablo Echenique o Irene Montero, entre otros, hicieron un análisis preliminar. Ahora, comienza, en palabras del propio Echenique, "un período de reflexión profunda" para desentrañar los motivos del batacazo en las urnas. 

Confluencia sí o no

Una de las grandes preguntas que ahora tiene que contestar Podemos es si su alianza con IU sumó o restó este 26-J. En el sector de afines a Íñigo Errejón, los más reacios a aliarse con Alberto Garzón, siempre repiten que "en política algunas sumas de siglas no suman, sino que restan o dividen". Fueron los más cercanos a Pablo Iglesias quienes auspiciaron, impulsaron, negociaron y cerraron el "acuerdo con la izquierda histórica" -en palabras del secretario general- que sin embargo se ha revelado inservible para lograr más votos. 

Entre los fieles a Errejón recuerdan que ellos ya avisaban de esta posibilidad. Algunos de ellos están moviendo en las redes sociales artículos -escritos tiempo atrás- que apuestan por la traída y llevada "transversalidad" de Podemos. El propio número dos de Podemos deslizaba en Twitter, como ya hacía el domingo en su discurso en la Plaza del Museo Reina Sofía, su apuesta por un modelo más transversal: "Lo fundamental son los que faltan. No somos una fuerza política de resistencia, no basta con los imprescindibles". De momento, las críticas o disensiones no pasan de ahí, pero ya se atisba que se pueden reabrir las peleas intestinas. ¿Habrá que seguir adelante con el pacto con IU o convendría replantearse esa posibilidad? Por si acaso, tanto este lunes Echenique como el domingo Iglesias dejaban claro que la tesis es reforzar e incluso ampliar este acuerdo.

Hacia otro Vistalegre

El secretario general dijo, textualmente, que "independientemente de los resultados, la confluencia es el camino correcto". El secretario de Organización abundaba en la misma idea: "La confluencia es algo más estructural e histórico, lo valoramos positivamente". En suma, avisaban a navegantes de que la alianza con IU no está en cuestión. Otros sectores de Podemos no tienen la misma opinión. El tiempo dirá hasta dónde llega el debate al respecto, pero unos y otros saben que en el horizonte está la asamblea que tiene que acometer el partido morado para redefinir sus estrategias, su modelo y su futuro. Ahí puede estallar la batalla, pero de momento se impone la cautela.

En el ánimo colectivo de Podemos se da por hecho que este mismo año habrá un "segundo Vistalegre" -la asamblea constituyente de octubre de 2014 fue en Viastalegre-. De hecho, cuando Iglesias presentó a Pablo Echenique como su número tres, tras la guerra interna entre pablistas y errejonistas del pasado marzo, ya apuntó a la celebración de esa segunda asamblea. 

Monedero, a la carga

Ahora, mientras los dirigentes callan en público -Iglesias ni siquiera compareció este lunes para valorar lo sucedido, al contrario de lo que hizo el 21 de diciembre-, hay alguien que ya ha alzado la voz para remover las entrañas del partido morado, en línea con su condición de fundador y papel de "vigilante" de Podemos. Se trata de Juan Carlos Monedero, que este lunes publicaba un artículo en su blog que ha generado tanto revuelo como lecturas entre los cuadros del partido de los círculos.  

La pieza no tiene desperdicio y, básicamente, es una enmienda al modelo de campaña electoral decidido por la ejecutiva del partido. "No basta hacer un discurso hueco, adornado con una labia simpar y embellecido con el oropel de las televisiones si no planteas una alternativa clara y, al tiempo, insistes en el problema que tienen los partidos con los que confrontas", denuncia Monedero, que añade que "como vengo insistiendo, si no das herramientas para movilizar a tus votantes, tus votantes no se van a movilizar". Y afirma que "los dos partidos que no han criticado a las fuerzas contra las que peleaban no han sacado el resultado esperado", en referencia a Ciudadanos y Podemos. 

De nada sirve la idea brillante de hacer un catálogo de IKEA si eso no sirve para dejar claro cuál es tu modelo de país

Monedero entra de lleno en el meollo de debate interno que siempre está en discusión en Podemos. "La transversalidad no es regresar a la conciencia de ser muleta del PSOE ni ponerse ropas que recuerden al 82, sino poner con palabras nuevas el discurso de la emancipación que afecta a las mayorías en este tiempo de hegemonía neoliberal". Y ataca a los guiños estéticos vacíos de contenidos: "De nada sirve la idea brillante de hacer un catálogo de IKEA si eso no sirve para dejar claro cuál es tu modelo de país".

El profesor de la Complutense recuerda, para quienes presentan la división interna del partido, que "toda la Ejecutiva apoyó la confluencia con Izquierda Unida. Y que las bases apoyaron de manera contundente, con el 98%, esa confluencia. Y que nadie –tampoco Íñigo Errejón, como quieren presentar algunos medios- se puso del lado del 2% que estaba en contra de esa confluencia. Y que de no haberse presentado juntos el resultado hubiera sido aún peor". En su opinión, "el problema no está en la confluencia, que va en el camino correcto, sino en entender qué ha fallado para que votantes que apoyaron a estos partidos hayan decidido no hacerlo en estas elecciones". 

A Podemos le hace falta menos ser brillante en la televisión –ya lo es de sobra- y más ser útil para la gente en la calle

Entre otras cosas, señala que "a Podemos le falta calle". Y desgrana que "le falta movilización popular, identificarse en los problemas sociales, estar con las protestas laborales, discutir más con los sindicatos, con los estudiantes, con los dependientes, con las mareas, con los autónomos, con los damnificados de las multinacionales". "A Podemos le hace falta menos ser brillante en la televisión –ya lo es de sobra- y más ser útil para la gente en la calle", apostilla. 

Los mensajes de Monedero sacuden al partido morado cuando está viviendo, como ya se ha dicho, una suerte de shock por los resultados del 26-J. En Podemos nunca eluden las discusiones internas y siempre les restan importancia. Habrá que ver hasta dónde llegan esas divisiones en estas horas difíciles.