La esperanza del diagnóstico precoz del alzhéimer da un paso adelante con este hallazgo.

La esperanza del diagnóstico precoz del alzhéimer da un paso adelante con este hallazgo. Arte EE / iStock

Salud Alzhéimer

Un nuevo test logra detectar el alzhéimer en sangre décadas antes de que aparezcan síntomas

Un análisis de sangre puede determinar si se están formando las placas amiloides años antes de que empiece el deterioro cognitivo.

6 diciembre, 2022 03:01

El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es un momento devastador tanto para el paciente como para sus familiares. Para cuando se puede confirmar positivamente la dolencia, ya se habrán producido los primeros síntomas de pérdida de memoria, desorientación y demencia incipiente. Los nuevos tratamientos se enfocan en tratar de aliviar y ralentizar un avance que, tristemente, es irreversible en estos momentos. Sin embargo, el proceso que lleva al alzhéimer puede haberse desencadenado años, décadas incluso antes de la aparición de problemas cognitivos.

Todo comienza cuando las proteínas beta-amiloide, indispensables para el correcto funcionamiento del cerebro, pierden la capacidad de plegarse para facilitar su síntesis. En esas circunstancias, tienden a acumularse en agrupamientos denominados oligómeros, precursores de la placa amiloide que se relaciona más estrechamente con el alzhéimer. Ahora, investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado una prueba de laboratorio capaz de medir los niveles de oligómeros de beta-amiloide en la sangre, antes incluso de que la enfermedad haya progresado.

Según explican en el artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, el test SOBA -soluble oligomer binding assay- identificó los oligómeros beta-amiloide en la sangre de los pacientes de alzhéimer, mientras las muestras de personas en el grupo de control quedaban libres. Sin embargo, once de estos últimos participantes sí dieron positivo pese a no mostrar síntomas de la enfermedad. Los investigadores pudieron acceder a los datos clínicos de diez de ellos, y comprobaron que, años después, estaban manifestando problemas cognitivos medios o patologías cerebrales coincidentes con un diagnóstico de alzhéimer.

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En resumen, afirman los autores, SOBA había logrado detectar los oligómeros tóxicos años antes de la aparición de los síntomas. "Lo que los médicos y los investigadores han querido todos estos años es un test de diagnóstico fiable para la enfermedad de Alzheimer que detecte los signos de la enfermedad antes del deterioro cognitivo. Es importante tanto para la salud individual como para la investigación de cómo los oligómeros terminan convirtiéndose en la dañina placa amiloide", explica la Dra. Valerie Daggett, profesora del Instituto de Ingeniería Molecular y Ciencias de la Universidad de Washington.

El éxito de SOBA se debe a su interacción con una propiedad única de los oligómeros tóxicos, explica Daggett. Al agruparse, las proteínas beta-amiloide mal plegadas forman una estructura llamada hojas alfa que no se encuentra en un organismo libre la enfermedad. Dado que estas hojas alfa tienden a enlazarse unas con otras, el equipo de Daggett diseñó una versión sintética para introducirla en el SOBA, de modo a unirse con las que se encontrarían en una muestra de sangre o de fluido cefalorraquídeo. Después, con métodos estándar, se puede confirmar que los oligómeros adheridos a la hoja sintética son efectivamente amiloides. 

Para comprobar su eficacia, los científicos probaron el SOBA con muestras de 310 voluntarios que las proporcionaron junto con su historial médico con fines de investigación. En el caso de 53 de ellos, ya padecían grados medios de deterioro cognitivo compatibles con un diagnóstico de alzhéimer. La enfermedad, sin embargo, no fue confirmada por autopsia hasta después de su muerte. Y 52 de las muestras de estos participantes, tomadas años antes de su muerte, dieron positivo en oligómeros tóxicos. Sin embargo, lo más relevante fue la aparición de oligómeros en voluntarios que estaban libres de síntomas en el momento de inscribirse.

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Esas últimas personas acabarían desarrollando alzhéimer mientras que el resto de componentes del grupo de control que dieron negativo se mantuvieron libres de la enfermedad. De ahí el "potencial" para diagnosticar también otras dolencias, explica Daggett. "Vemos que muchas otras enfermedades se asocian con la acumulación de oligómeros tóxicos que forman estas estructuras de hoja alfa. No solo el alzhéimer, también el párkinson, la diabetes de tipo 2 y más".

"Al detectar esta estructura única de hoja alfa, esperamos que SOBA nos pueda ayudar a entender mejor y diagnosticar muchas otras enfermedades relacionadas con plegamientos defectuosos de proteínas", explica la investigadora. "Creemos que este test puede ayudar a identificar a los individuos de riesgo o que están incubando la enfermedad, y pueden guiarnos para comprobar la eficacia terapéutica de los tratamientos para el abordaje temprano del alzhéimer", concluye.