
Lago de Hampton
Nuevo Brunswick: la provincia canadiense que colinda con el océano Pacífico y el océano Atlántico
Este país ha sido territorio de distintos imperios, por lo que tiene un gran patrimonio histórico y cultural.
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Nuevo Brunswick limitando con el océano Atlántico, entre Maine y Quebec. Este maravilloso lugar ofrece una cálida bienvenida con su paisaje marítimo y una amplia lista de actividades que hacer. Con las asombrosas formaciones rocosas de Hopewell Rocks, que se elevan a 18 metros (70 pies) de altura, densos bosques e innumerables playas, esta provincia es una de las favoritas de los amantes de las actividades al aire libre. El Parque Nacional Fundy está ubicado en la Bahía de Fundy, específicamente en la provincia de New Brunswick, muy cerca de Alma.
Este parque incluye una amplia zona costera y un bosque acadiano, localizado en el este de Canadá donde recibe las mareas y corrientes del océano Atlántico. Este tipo de bosque es propio de las regiones costeras, y en el caso del Parque Nacional Fundy, abundan los pinos rojos y la picea roja. Esta zona donde confluyen el bosque y el mar confiere al parque un encanto característico.
Alma es una aldea de la provincia de New Brunswick muy cercana al Parque Nacional Fundy. Depende fundamentalmente de la actividad turística derivada del parque y de la pesca de especies como la langosta y las vieiras.
El Parque Provincial Hopewell Rocks, es uno de los principales destinos de Nuevo Brunswick y quizás el lugar donde la fuerza de las mareas de la Bahía de Fundy es más impresionante. El mar tardó miles de años en esculpir las famosas rocas con forma de maceta, pero tan solo seis horas entre la marea alta y la baja son suficientes para apreciar la magnitud de este fenómeno.
Con la marea baja, puede se caminar por el fondo del océano, explorar calas y admirar con asombro estas distintivas formaciones de arenisca coronadas de árboles. Con la marea alta, se puede remar en kayak por las cimas de los farallones que antaño se alzaban sobre usted. También, se puede disfrutar del parque y sus senderos, miradores panorámicos.

monumento honorífico de Moncton
El Parque Nacional Fundy, es un lugar donde la majestuosidad de la naturaleza se revela en todas sus facetas. Desde las mareas más altas del mundo hasta los impresionantes acantilados, constituye un destino único para los amantes de la naturaleza, los excursionistas, los amantes de las aves y los entusiastas de la aventura.Acompáñanos en esta guía turística detallada que te lleva por un viaje fascinante a través de este tesoro canadiense. El Parque Nacional Fundy se creó el 10 de abril de 1978 con el objeto de preservar la singularidad geológica y la diversidad biológica de la región.
Cuenta con una rica historia humana, desde los primeros asentamientos indígenas. El fenómeno más notable en el Parque Nacional Fundy es su marea. El parque es mundialmente conocido por tener las mareas más altas del planeta, que pueden alcanzar hasta 16 metros de altura. El Parque alberga una amplia gama de especies de flora y fauna. Destaca por su gran diversidad de aves, siendo un lugar privilegiado para la observación de aves. La flora se caracteriza por una mezcla de bosques de coníferas y caducifolios. Es un paraíso para los excursionistas, con más de 100 km de senderos que atraviesan diversos ecosistemas.
Los senderos varían en dificultad, desde paseos fáciles hasta caminatas desafiantes que te llevan a través de antiguos bosques y acantilados impresionantes. Dispone de una gama de especies de flora y fauna relevante. Destacan por su gran diversidad de aves, siendo un lugar privilegiado para su observación.
El Parque Nacional Theodore Roosevelt, formado por 65 millones de años de agitación geológica, las extrañas formaciones rocosas multicolores, los espectaculares cañones y las extensas planicies son el hogar de alces, perros de la pradera y alrededor de 500 bisontes que desaparecieron del área a fines del 1800, pero reaparecieron en la década de 1950 muestra su gran valor ambiental.
Este parque es visitado por personas que disfrutan del avistamiento de la fauna, la observación de aves, las caminatas, montar a caballo, la astronomía y los caminos pintorescos. Cuando Theodore Roosevelt fue a Dakota a cazar bisontes en 1883, no se imaginaba cómo afectaría su aventura a los Estados Unidos. El paisaje escabroso que recorrió el presidente estadounidense lo inspiró a crear el Servicio de Parques Nacionales y ayudó a darle forma a la política de conservación que aún hoy beneficia al país.
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