Repartidos por todo el mundo, son rincones protegidos, la mayoría declarados patrimonio de la humanidad y baluartes turísticos en los países donde están ubicados. Los hay donde predomina la fauna salvaje, como el Serengueti, donde los paisajes volcánicos son los protagonistas como en Timanfaya o parques en los que se combina a la perfección el juego de los cinco elementos.
Gran Cañón del Colorado, Estados Unidos
Milenario, inmenso, maravilloso. Todos los epítetos le caben a esta verdadera maravilla natural esculpida por el río Colorado durante dos mil años. Los números apabullan a simple vista casi tanto como la contemplación de alguno de sus desfiladeros o acantilados: 446 kilómetros de longitud y una altura de garganta de 1.500 metros.
Las zonas más importantes del Cañón son el West Rim y el South Rim. La parte es propiedad de la tribu india Hualapai, se caracteriza por sus increíbles acantilados, estrechos; el Skywalk, el mirador con suelo de cristal ubicado en un acantilado con 1.300 metros de profundidad es de obligada visita. No deje de fotografiar la Curva de la Herradura, una postal que le acompañará para toda la vida.
Gran Cañon del Colorado, Curva de la Herradura.
Parque Nacional del Uluru-Kata Tjuta, Australia
Este parque tiene como principal atractivo el Uluru, una formación rocosa de 863 metros de elevación con tintes míticos y de leyenda pues cuentan que los indígenas Anangu afirman que el Uluru ha sido creado por sus antepasados en el principio de los tiempos y que ha estado protegiendo estas tierras sagradas desde entonces.
Lo mejor es hacer una ruta con un guía aborigen que nos contará decenas de historias en torno a estas tierras y la razón por las que las consideran sagradas, y aunque es posible escalar el Uluru, los propietarios tradicionales no lo hacen debido a su gran significado espiritual y por respeto a su cultura se pide que otras personas tampoco lo hagan.
El Uluru, símbolo de Australia y de la cultura aborigen.
Parque Natural de Banff, Canadá
El idilio entre cumbres y lagos en este parque es simplemente único y contemplarlo será uno de los mayores placeres para el alma. Banff es el parque nacional más antiguo de Canadá, ubicado en su totalidad en la provincia de Alberta. Junto al Parque Jasper, la Icefields Parkway y el Parque de Yoho, forman el Parque de las Montañas Rocosas de Canadá.
Es tan amplio, nada más y nada menos que una superficie de 6.600 metros cuadrados, que destacaremos dos lugares: el amanecer junto al Minnewanka Lake, y es que el lago Two Jack no es otra cosa que un estrechamiento del imponente lago Minnewanka; y el Monte Rundle, de casi 3.000 metros de altitud, cuya visión bajo la luz de la luna y de las estrellas tiene tintes poéticos.
Parque Natural de Banff, en Canadá.
Parque Nacional Yellowstone, Estados Unidos
Establecido en 1872 y por tanto el parque natural más antiguo de Estados Unidos, varios son los atractivos de Yellowstone: sus géiseres, el Gran Cañón y el lago del mismo nombre.
El Gran Cañón es el origen del río Yellowstone y cuenta con varios miradores desde donde podremos contemplar la gran belleza de la naturaleza rodeándonos por completo. Los géiseres y las termas naturales son los verdaderos baluartes turísticos del parque y todos ellos nos indican la gran cantidad de actividad volcánica que hay constantemente; aunque quizá quieras ir directamente a ver el Old Faithful (Viejo fiel), el géiser más popular del mundo, no dejes escapar la oportunidad de visitar Fuente Termal Mammoth o la Fuente Paint Point.
Parque Nacional de Yellowstone en EEUU
Parque Nacional del Serengeti, Tanzania
Un espectáculo constante de vida salvaje a lo largo de casi 15 mil kilómetros cuadrados: cebras, ciervos, elefantes y otras especies desarrollan su vida sin que la mano del hombre occidental pueda alterarla. Los safaris están muy controlados y están contados a lo largo del año. La Gran Migración es un movimiento cíclico y circular en el que más de un millón y medio de ñus y varios miles de otros herbívoros, como cebras y gacelas, se desplazan casi mil kilómetros en busca de pastos frescos y abrevaderos estables, en lo que constituye uno de los mayores espectáculos de la naturaleza salvaje del planeta.
Los massai llevan viviendo aquí más de doscientos años pastoreando y se les tiene un respeto casi sagrado pues entienden a la perfección lo que supone vivir aquí.
Estampa única del atardecer en el Parque de Serengeti.
Parque Nacional de Timanfaya, España
Para terminar esta selección de parques naturales, y acogiéndonos a este sentimiento patrio que siempre nos acompaña, elegimos como representante español el Parque Nacional del Timanfaya, en Lanzarote: se trata del único parque nacional de la red española de carácter eminentemente geológico resultado de las erupciones volcánicas sucedidas entre 1720 y 1736, y en 1824.
Destacamos dos enclaves obligados: las Montañas del Fuego, donde podrás disfrutar del espectacular paisaje, comprobar de primera mano actividad volcánica, así como degustar platos cocinados al calor del volcán. El Echadero de camellos es el otro lugar típico de este parque para observar de una manera peculiar la belleza atípica de unos parajes rojizos y ocres.
Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote.
