
Lola y Amparo, vecinas de Sedaví con movilidad reducida, sin poder salir de casa seis meses después de la dana. Raquel Granell
Los 180 días de Lola y Amparo tras la dana, con Alzhéimer y movilidad reducida: "Están enterradas en vida"
La hija de Lola (91) y sobrina de Amparo (85) explica a EL ESPAÑOL la situación de estas dos hermanas que residen en Sedaví.
Seis meses después, el ascensor averiado les impide salir a la calle y su salud ha empeorado.
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180 días sin poder salir de casa. Es la situación que viven Lola y Amparo, dos hermanas de 91 y 85 años, con Alzhéimer y movilidad reducida, seis meses después desde que la dana arrasara l'Horta Sud de Valencia.
"Están enterradas en vida. Como estar en la cárcel, pero sin estar en ella", así de rotundo lo expresa Loli, hija de Lola (91) y sobrina de Amparo (85), a EL ESPAÑOL. Viven en un segundo piso en Sedaví y el ascensor, todavía averiado, les impide salir a la calle.
Loli y su hermana dedican su vida a cuidar de Lola y Amparo, dos mujeres dependientes. "Esto no va de colores, esto va de personas. Alguien debería tomar cartas en el asunto y decir a las empresas encargadas de arreglar los ascensores, 'Señores, espabilen'", exige esta hija.
Está cansada, tiene rabia y le da pena ver cómo ha empeorado la salud de su madre, que con Alzhéimer "muy avanzado", ya apenas habla. "Hemos notado los seis meses de reclusión. Le ha perjudicado mucho. Salir a la plaza del pueblo le daba vida, le encantaba ver a los niños jugar", cuenta.
Loli explica que la reparación del ascensor del inmueble está presupuestada en 27.000 euros y muestra su cabreo con el administrador de la finca. "Le he reclamado muchas veces una junta de vecinos en la que nos explicase cómo avanzaba el proceso y no fue hasta la semana pasada cuando se produjo", protesta.
La empresa de ascensores encargada de arreglar el de la finca donde residen actualmente las dos hermanas con movilidad reducida solicitó un anticipo del presupuesto total al Consorcio de Compensación de Seguros. Con este adelanto, se pudo firmar el compromiso de la reparación o sustitución del ascensor.

Lola y Amparo, con Alzhéimer y movilidad reducida, en el piso donde residen en Sedaví. Raquel Granell
Sin embargo, esta familia tendrá que esperar todavía tres meses más (habrán pasado nueve meses desde la riada) hasta poder hacer su vida tal como era antes del 29 de octubre. "Ahora mismo le han adelantado un 30%, es decir, la empresa que arreglará nuestro ascensor tiene 8.000 euros, pero nos comunican que dentro de tres meses hablaremos", especifica Loli.
A pesar de la situación en la que viven estas dos mujeres de avanzada edad y la indignación que a día de hoy tienen sus hijas y sobrinas, Lola y Amparo podrán salir a la calle muy pronto.
Recientemente, Cruz Roja se hizo eco del problema y, tras 183 días encerradas podrán volver a pasear por Sedaví este miércoles. Voluntarios de la entidad se trasladarán hasta la población para bajar a estas hermanas en sillas oruga. Loli agradece el esfuerzo y exhibe felicidad: "Lo necesitábamos".
Movilidad afectada
Se estima que la dana impactó a 1.625 personas con discapacidad, dañó 32 centros residenciales, 26 centros especiales de empleo, y provocó el fallecimiento de 12 personas con discapacidad. Son datos que recoge la Conselleria de la Reconstrucción en la última actualización del Informe de Diagnóstico.
Por otro lado, según los datos de la Confederación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunitat Valenciana (COCEMFE CV), tras la dana, medio centenar de personas con problemas de movilidad afectadas se vieron perjudicadas al no disponer de ascensores en funcionamiento.
De estas personas, el 39% se corresponde con personas en situación de dependencia, el 30% presenta una discapacidad física, el 15% son personas mayores, el 4% son ciegas y el resto se trata de mujeres con embarazos de alto riesgo o a punto de dar a luz.
Todas ellas residen en nueve municipios afectados por las inundaciones: Valencia, Aldaia, Albal, Algemesí, Benetússer, Catarroja, Guadasuar, Massanassa y Paiporta. Afortunadamente, el número de estos casos se ha reducido, aunque el problema no está completamente subsanado.
De hecho, el Gobierno valenciano cuantifica que el daño ocasionado en ascensores en la zona arrasada por la catástrofe asciende a los 160 millones de euros.

Cruz Roja baja de su casa a un vecino de Alfafar, con movilidad reducida y afectado por la dana, en una silla oruga. Toni Tomás
Blas, un vecino de Paiporta de avanzada edad, vive en un cuarto piso junto a su mujer. Durante meses se les ha hecho prácticamente imposible poder pisar la calle. Explica que son "personas mayores" y tienen "muy complicado" hacer el esfuerzo de subir varios pisos. Además, su mujer "está en tratamiento y tiene que ir al hospital".
Pero desde hace unos días les han habilitado en el edificio un ascensor que funciona desde el primer piso hacia arriba, por lo que únicamente tienen que bajar y subir andando entre el primer piso y la planta baja. Han podido recuperar prácticamente la movilidad.
David, en Catarroja, ha sufrido una situación similar. Presenta una discapacidad que le impide usar las escaleras, por lo que tuvo que estar "tres meses sin salir de casa" al no disponer de un ascensor en funcionamiento.

David, vecino de Catarroja sin ascensor tras la dana. Kike Taberner
"Formo parte de un equipo de fútbol adaptado del Valencia CF, y he estado meses sin poder ir a entrenar", lamenta David.
Ser "prisionero"
El presidente de COCEMFE CV destaca el impacto de ser "prisionero" en la propia vivienda: "Por un lado, es una restricción a los derechos de estas personas. Por otro lado, dejan de poder ir a trabajar, al hospital, a centros de atención, a comprar o simplemente salir a dar un paseo para socializar".
"Esto tiene un impacto en su salud física y emocional, puesto que ya estamos viendo que se desbordan nuestros servicios de atención psicológica, con situaciones de ansiedad y depresión", añade.

Ascensor dañado tras la dana. Ascencoval
De un parque total de 28.553 ascensores y montacoches en las zonas afectadas, la Asociación de Empresas de Ascensores de la Comunitat Valenciana (ASCENCOVAL) estima que más de 7.600 se han visto afectados de forma leve, grave o muy grave.
De ellos, aproximadamente de 2.000 a 3.000 ascensores siguen fuera de servicio. La entidad asegura que esta cifra disminuye cada día "gracias al intenso ritmo de trabajo y a los numerosos recursos dedicados para reparar los ascensores lo antes posible" por parte de sus empresas.
Hasta el momento, se han llevado más de 3.000 reparaciones y 8.000 valoraciones. A pesar de la alta carga de trabajo, fuentes de la asociación trasladan que el ritmo aumenta cada día, y esperan que para el verano "la mayoría de las instalaciones estén reparadas".
Pero la tarea de reparar un ascensor no es fácil. Existen piezas, como puertas, pistones o cabinas, que deben fabricarse a medida debido a la diversidad de instalaciones existentes.
"Esto implica que el proceso, desde la recopilación de datos hasta la instalación, sea complejo y requiera una atención minuciosa para evitar errores y riesgos que comprometan la seguridad de las instalaciones y de las personas", declaran desde la entidad.
El presidente de Ascencoval, Emilio Carbonell, asevera que "no siempre es necesario reemplazar completamente el sistema del ascensor". Sin embargo, un 35% de los ascensores presentan daños más graves, lo que complica significativamente su reparación, ya que puede llevar incluso a que sea necesaria su sustitución.
En términos económicos, tal y como traslada Carbonell, las reparaciones menores oscilan entre 3.000 y 5.000 euros, mientras que el reemplazo completo de un ascensor puede superar los 60.000 euros, y esto depende del modelo y las características del edificio.
En los casos más sencillos, las reparaciones pueden completarse en pocas semanas. No obstante, en las situaciones más complejas, los plazos son largos.

Aparato de movilidad destrozado tras la dana. Kike Taberner
"Hay que tener en cuenta que la situación en la que se encuentran aún muchos edificios impide poder acometer una intervención de las características que requiere una instalación y/o reparación de un ascensor en cuanto a medidas de seguridad", afirma el presidente.
Cuanto más elevada es la afectación del ascensor, y con ello el presupuesto a asumir, dificulta la toma de decisiones por parte de las comunidades afectadas. A esto se enfrentan día a día Loli y su hermana.
También se suma la búsqueda de financiación y la incertidumbre respecto a qué parte asumirá el consorcio. Una vez superados estos pasos, se deben reunir los materiales, que en muchos casos se trata de componentes personalizados para cada instalación, lo que prolonga los tiempos.
En un año se instalan una media de 1.000 a 1.500 ascensores en la provincia de Valencia, pero tras la dana, se debe acometer la sustitución de cerca de 2.500. Ascencoval justifica estas cifras por encontrarse con un volumen de actuaciones "muy superior a los profesionales cualificados disponibles para acometerlas".
La discapacidad tras la dana
Pero la diferencia en la movilidad de los vecinos tras la dana no acaba ahí. Quienes tienen algún tipo de discapacidad se han visto afectados de una manera más llamativa que el resto de sus vecinos, y así lo destaca el presidente de COCEMFE CV, Albert Marín.
"En el caso de las personas con discapacidad, las afectaciones por la dana se acumulan con una especial dificultad por la movilidad reducida, donde el vehículo se convierte en algo fundamental para garantizar la movilidad", explica Marín.
Vehículo que, con casi total probabilidad, perdieron durante la riada. Para recuperarlo hacen falta ayudas, pues los gastos son todavía más elevados que cuando se trata de un coche normal.

Cruz Roja baja de su casa a un vecino de Alfafar, con movilidad reducida y afectado por la dana, en una silla oruga. Toni Tomás
Por ello, desde la Generalitat se han tenido en cuenta estos casos y se han otorgado ayudas para adaptar los vehículos. El coste de estas reparaciones puede oscilar entre los 4.000 y los 20.000 euros.
Así, el Gobierno valenciano cubrirá el 100% del coste de la adaptación del vehículo. Para ello ha destinado un total de 2 millones de euros, que se repartirán entre las personas particulares afectadas con ayudas de hasta 5.000 euros, y las entidades con hasta 10.000 euros.
También la Conselleria de Vivienda ha facilitado recursos habitacionales para personas que presentan movilidad reducida, discapacidad o se encuentran en situación de vulnerabilidad.
En seis meses 200 personas han sido trasladadas a Centros de Acogida Temporal y albergues; se han ofrecido 241 viviendas sociales, de las que 140 han sido aceptadas; se han realizado 318 ingresos en residencias de mayores; y 17 personas están en viviendas sociales.