
Playa de Daimús. Comunitat Valenciana
Ni Cullera ni Sagunto: este es el pueblo costero desconocido de Valencia ideal para disfrutar de una escapada este invierno
Tiene monumentos del siglo XV y una playa con tres kilómetros de longitud para pasear frente al sol mediterráneo.
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El mar y el buen tiempo se pueden encontrar en cualquier destino a lo largo del litoral mediterráneo, pero esto, en combinación con un agradable aroma a azahar y un ambiente tranquilo solo existe en lugares como Daimús.
Situado en la comarca de La Safor, una de las más atractivas de la Comunitat Valenciana, y muy cercana al reconocido municipio de Gandía, se encuentra este pequeño pueblo de cerca de 3.400 habitantes.
Lejos de registrar un alto volumen de visitas como ocurre en Cullera, Gandía u Oliva, Daimús pasa algo desapercibido entre el bullicio, aunque no faltan los motivos para poder ser visitado.
El olor de azahar es tan característico por la cantidad de campos de naranjas y limones que se encuentran en el pequeño municipio.
Se encuentra a tan sólo dos kilómetros de Gandía y a 70 de Valencia, y es conocido por haber sabido conservar un sosiego muy apreciado por el turismo familiar.
Daimús es más que un pueblo. En él se encuentran diversos monumentos y edificios que permiten descubrir su historia. Por ejemplo, el yacimiento de l'Hort del Comte i el sepulcro de Baebia Quieta.
Este lugar es uno de los más preciados y respetados por los 3.400 vecinos de Daimús, pues es allí donde se encontraron restos romanos. Según algunas hipótesis, estos restos pertenecieron a la ciudad de Artemision.
Además, es en esta misma ubicación donde aparecieron los restos de dos cabezas de hombre y mujer talladas en mármol blanco, junto a dos lápidas romanas.
El patrimonio arquitectónico de Daimús va más allá. En este pueblo se puede descubrir la Iglesia de San Pedro Apóstol. Esta data del siglo XIX, aunque está construida sobre un templo del siglo XV.

Iglesia de San Pedro Apóstol. CV
También se puede encontrar en este municipio costero la Casa Grande, una casa señorial de finales del siglo XIX digna de visitar. O el antiguo lavadero, situado en la calle Assagador.
En este lavadero es donde antiguamente lavaban las mujeres la ropa sucia. Hoy en día todavía quedan algunos restos de él, y se conoce también que es el principio de una serie de acequias que nacen desde el subsuelo.
Esta población mediterránea permite elegir entre playa o montaña. Así, los agradables paisajes, junto al clima cálido incluso en invierno, hace accesible este pueblo para todo tipo de gustos.
En invierno son pocos quienes se atreven a darse un baño en el mar, aunque se puede disfrutar del sol caminando por la arena fina de las playas. Dar un paseo por la orilla del mar siempre es buena opción, y más teniendo en cuenta los tres kilómetros de costa que tiene Daimús.
Además, esta playa cuenta con un cordón dunar de grandes dimensiones, y también una pequeña zona de humedales al sur.
Aunque también se puede igualmente tomar el sol con un paseo por la montaña, recorriendo sus sendas y aprovechando la naturaleza más pura.
Es precisamente cerca de la playa donde se construyó una barriada donde se afincaron los pescadores de la zona. Ellos fueron los primeros habitantes de la playa, y en el mismo lugar se encuentran actualemente una serie de edificaciones que sirven mayoritariamente como residencias de verano.
Más allá de los monumentos y los paisajes, un gran interés de quienes visitan Daimús es su gastronomía. La localidad costera cuenta incluso con un restaurante estrella Michelín.
El chef Manuel Alonso es valenciano, y en su Restaurante Casa Manolo ofrece las recetas típicas y tradicionales de su familia con un toque personal suyo, convirtiéndolas en innovadoras y vanguardistas.
Cerca de la playa se encuentra también la popularmente llamada plaza de la Barca, donde se concentra la zona comercial de Daimús. Allí abren cada día múltiples heladerías y restaurantes.