Joan, jubilado y viudo, en el programa 'La clau per a viure' de À Punt. EE
Joan (77), jubilado y viudo: "Después de tantos años trabajando de carpintero, no me queda una pensión digna"
El hombre vive en el barrio de Ruzafa de Valencia y busca una solución a futuro en la que pueda pasar sus últimos años sin angustia económica.
Más información: Un inversor valenciano gana 780 euros al mes por una casa "sin poner ni un euro": "Todo me lo ha financiado el banco"
Joan tiene 77 años, es jubilado y, además, viudo. Después de tantos años trabajando de carpintero, asegura, no le queda "una pensión digna" para vivir con tranquilidad.
Después de fallecer su esposa, encontrarse "solo y abandonado" y con única pensión ajustada, este hombre que vive en el barrio de Ruzafa de Valencia precisa de una solución a futuro en la que pueda pasar sus últimos años sin angustia económica.
Su caso lo lleva a acudir al programa La clau per a viure, en busca de respuestas de los expertos que le expliquen sobre alternativas patrimoniales.
En una de sus entregas, el programa de À Punt explora las posibilidades para vender la casa cuando se necesita el dinero, pero sin necesidad de dejar de vivir en ella ni tener por qué mudarse. Es el caso que se plantea Joan.
La clau per a viure explora así dos fórmulas cada vez más habituales entre las personas mayores que buscan tranquilidad económica sin renunciar a su casa: la nuda propiedad y la hipoteca inversa.
Joan reside en la casa donde compartió toda una vida con su mujer. Ahora, sin ella, quiere explorar vender la nuda propiedad de la vivienda, es decir, recibir una cantidad importante de dinero ahora, pero mantener el derecho de uso y de residencia hasta el final de su vida.
Joan, entrevistado en el programa 'La clau per a viure' de À Punt. EE
En la mesa de debate le acompañan Joaquín Serrano, notario con cuatro décadas de experiencia, y Elena Lafuente, agente inmobiliaria especializada en la nuda propiedad, que explican cómo funciona esta fórmula, qué ventajas y riesgos tiene, y cómo afecta a la herencia de los familiares.
El caso de Joan pone rostro a una cuestión que cada vez más persones mayores se plantean: cómo obtener liquidez sin perder el hogar.
El vecino de Ruzafa cuenta que ha tenido una vida "muy activa" en un barrio del que no le gustaría irse. Todos sus recuerdos están allí.
Tampoco tiene hijos, por lo que se siente solo, "en el abismo". Con su pensión no se puede permitir "ningún capricho": "Tengo que estar pendiente del dinero que entra y del que gasto, saber lo que cuesta una manzana o una pera y comprar la más barata".
"Con mi mujer teníamos dos sueldos. Pudimos comprar la casa hace mucho tiempo, cuando todavía los precios eran económicos. Solíamos hacer vida cultural, íbamos casi todos los domingos a los museos, a sesiones de conferencias. De vez en cuando, si nos permitía el dinero, hacíamos algún viajecito", recuerda, compungido.
Joan, entrevistado en el programa 'La clau per a viure' de À Punt. EE
A Joan le gustaría quedarse "toda la vida" en su casa, pero lo que no quiere es tener que estar pendiente de cada céntimo que gasta. "Cuesta mucho", insiste.
"Sería interesante que un comprador adquiriese la casa, diese dinero y que este ingreso me ayudara a vivir mejor", afirma. Además, considera que uno debe vivir "como quiere, sin malgastar el dinero, pero bien, con tranquilidad".
Expertos
Elena Lafuente, agente inmobiliaria, explica que la nuda propiedad es una "buenísima noticia" porque "permite vender esa propiedad, pero que ellos puedan seguir viviendo el resto de su vida de una manera digna".
La experta asegura que son operaciones "contadas" que van a ir en aumento, ya que es "una alternativa muy buena". Pero advierte que el perfil de la persona compradora es la que puede apalancar ese dinero todos esos años, es decir, inversores.
Preguntada Lafuente por el significado del término "apalancar", pone un ejemplo: "Si se valora el usufructo del piso de Joan en 300.000 euros, la persona tiene que tener la capacidad de tener parado ese dinero hasta que pueda hacer uso de de ese piso".
"Normalmente las nudas propiedades son vitalicias, hasta que la persona fallezca, pero también hay temporales", añade.
El notario Joaquín Serrano aclara que para separar la propiedad (nuda propiedad) del usufructo es necesario hacer una escritura, lo que garantiza seguridad jurídica, y pasar por un notario para su posterior inscripción en el Registro de la Propiedad.
"Realmente Joan se quedaría con el derecho de usufructo. Podría disfrutar, vivir, alquilar la casa y hacer lo que le dé la gana. Lo que pasa e que en estos contratos, lo primero que hay que mirar es la escritura y fijarnos en qué es lo que pactan las partes", señala.
Vender sin mudarse
El capítulo "Vendre sense mudar-se" (Vender sin mudarse) reflexiona sobre la dignidad, la seguridad y la independencia en la vejez. un espacio en el que se debate sobre la planificación financiera en la jubilación, la importancia de mantener la autonomía y las alternativas que ofrece el mercado para garantizar una vida digna.
El programa muestra cómo el valor de una casa puede transformarse en tranquilidad y bienestar sin tener que abandonarla. Se trata, pues, de una decisión valiente y práctica para garantizarse una vejez segura.