
El municipio costero con casas desde 80.000 euros para entrar a vivir. Turisme CV
Este es el pueblo más barato de Valencia para comprar una casa al lado del mar: en primera línea de playa desde 80.000 euros
Este municipio también cuenta con una amplia oferta de viviendas para reformar desde tan solo 30.000 euros.
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Se acerca el verano y la costa valenciana vuelve a ganar protagonismo. El calor y el buen tiempo invitan a pensar en la época estival y en todos los posibles destinos que visitar en el litoral mediterráneo.
Y para todos aquellos que estén pensando en comprar una vivienda frente al mar, el municipio valenciano de Tavernes de la Valldigna es el lugar ideal por el económico coste de sus inmuebles y su excepcional situación en el mapa.
Con un precio medio de 1.197 euros por metro cuadrado, es la segunda localidad costera de toda la provincia de Valencia con el menor coste por metro cuadrado según datos de abril de 2025 publicados por el portal Idealista.
Tavernes de la Valldigna cuenta con una población de 17.631 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2024 y se ubica en la comarca valenciana de La Safor.
En concreto, a unos metros de la playa de Tavernes, el portal web cuenta con viviendas ofertadas desde 80.000 euros listas para entrar a vivir, siendo este un precio muy económico para un lugar de alta densidad turística y con un entorno natural único en la costa valenciana.
Además, también se encuentran a la venta otras viviendas en el casco urbano del municipio para reformar o renovar por completo desde tan solo 30.000 euros, promocionándose como "una oportunidad para inversores".
Pero, además, también cuenta con viviendas por debajo de los 100.000 euros, un precio que se supera con creces en otros lugares como Sueca, Cullera o Gandía.

Tavernes de la Valldigna. Turisme CV
Litoral valenciano
Tavernes de la Valldigna se distingue de otras zonas costeras de la provincia de Valencia por su tranquilidad y valor natural pese a ser un espacio turístico muy concurrido.
A tan solo cinco kilómetros del casco urbano se encuentran seis kilómetros de costa con playas amplias y bien conservadas, las cuales no están tan masificadas como las de otros lugares del litoral.
Cuenta con dos playas principales. En primer lugar, la playa de Tavernes, con más de dos kilómetros de arena fina, que es ideal para quienes buscan sol, baño y deportes acuáticos como el windsurf o el kitesurf.

Playa de Tavernes de la Valldigna. Turisme CV
La segunda es la playa de la Goleta, más recogida y familiar, que alberga el Parc del Llac, un espacio verde perfecto para el ocio en familia. Ambas han sido galardonadas con la Bandera Azul y la Q de Calidad Turística.
Más allá del mar, Tavernes ofrece paisajes naturales únicos. Las rutas de senderismo por la Serra de les Agulles o la Muntanya de l’Ombria permiten descubrir enclaves como el Clot de la Font o el Mirador de la Valldigna, con vistas espectaculares del valle.
Historia y fiestas
La vida en Tavernes se remonta a miles de siglos atrás. Así lo evidencia la Cova de Bolomor, un yacimiento arqueológico que conserva evidencias de ocupación humana de hasta 350.000 años de antigüedad y que alberga las primeras pruebas del uso del fuego en la península ibérica.
En el centro urbano, la Iglesia de San Pedro Apóstol y las ermitas del Cristo del Calvario y de San Lorenzo dan testimonio del legado cultural y religioso de la localidad.
La vida festiva de Tavernes es intensa durante todo el año. Las Fallas, la festividad de San Juan, la romería de San Lorenzo y las fiestas patronales de septiembre llenan las calles de música, pólvora, procesiones y tradiciones populares.
Gastronomía
Por último, su gastronomía es otro de los principales atractivos de la localidad. Entre sus platos más tradicionales destacan el esgarrat o espencat, las habas guisadas o las gambitas con acelgas.
Pero también hay elaboraciones autóctonas como les farinetes, una especie de gachas elaboradas con harina de maíz, o el popular arròs amb fesols i naps, un arroz meloso con alubias y nabos que es todo un emblema de la cocina valenciana.
En cuanto a los postres, destaca el arnadí, un dulce típico elaborado con calabaza o boniato, y los rosegons o carquiñoles, perfectos para acompañar un café o una mistela.