Casa Doge, la insólita casa de lujo en un pueblo de Valencia que se paga sola. Javier de Paz García

Casa Doge, la insólita casa de lujo en un pueblo de Valencia que "se paga sola". Javier de Paz García

Economía

La insólita casa de lujo en un pueblo de Valencia que "se paga sola": es única en el mundo y desafía las reglas del mercado

Esta vivienda pone a prueba el mercado inmobiliario. La iniciativa aúna crítica, arte, tecnología, sostenibilidad y economía.

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Valencia
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A menos de una hora de Valencia se encuentra una vivienda de lujo jamás vista: es única en el mundo, "se paga sola" y desafía las reglas del mercado inmobiliario.

Se encuentra en la localidad valenciana de Carcaixent, municipio que se ha convertido en el epicentro de un experimento inmobiliario sin precedentes. Recibe el nombre de Casa Doge y es un inmueble de lujo que se construyó en diez años.

Esta casa, además, es un proyecto pionero. Busca financiarse a sí misma gracias a la minería de Dogecoin, una de las criptomonedas "más impredecibles" del mercado, cuya cotización está sujeta a los movimientos del magnate tecnológico Elon Musk.

La iniciativa, desarrollada en colaboración con la agencia creativa autodenominada "consultoría de futuros", Business Serio, ha sido liderada por el reconocido arquitecto y propietario Gerardo González.

Bajo el satírico lema "Esta casa es un MUSK", propone una reflexión sobre la especulación financiera y su impacto en un mercado tan relevante como el inmobiliario, así como el poder de personajes como Musk en todo el mundo.

Es la primera vez que se plantea este concepto de vivienda. De hecho, fue un caso de estudio en el Parlamento Europeo a través de la Universitat Pompeu Fabra.

Tanto para su construcción como para su diseño han convergido artistas emergentes, ingenieros y arquitectos.

González explica que Casa Doge está formada "a partir del 80% que se recuperó de la casa que había abandonada en este mismo terreno". Asimismo, sostiene que la filosofía de esta obra es "ruralizar lo urbano en lugar de urbanizar lo rural".

Desafiar las reglas

La vivienda está equipada con paneles solares y una escultura que simula el perro shiba inu o Doge, el meme que se hizo viral en 2013, y que da nombre a la criptomoneda del empresario sudafricano.

Bautizada como "Dogeminer L3 + 504", esta estatua canina transforma la energía captada en criptomonedas "de forma autónoma" y convierte el concepto de hogar en una inversión fluctuante y autosostenible.

Escultura canina que simula el perro shiba inu o Doge y transforma la energía captada en criptomonedas de forma autónoma. EE

Escultura canina que simula el perro shiba inu o Doge y transforma la energía captada en criptomonedas de forma autónoma. EE

"El perro genera dinero si está conectado a la red, por lo que la persona que compre la casa puede financiarla a través de las criptomonedas que se ganen con este aparato", asevera Gerardo González, arquitecto, propietario de la vivienda y creador del proyecto.

"La especulación financiera ha alcanzado niveles absurdos. He visto cómo propiedades aumentaban su valor sin que ocurriera nada tangible. ¿Por qué no aplicar la misma lógica a Dogecoin? Esto es un juego, pero también es una prueba de hasta qué punto estamos dispuestos a confiar en valores construidos sobre aire", afirma el arquitecto.

Sin embargo, además del cuestionamiento financiero, la iniciativa también incorpora un fuerte componente tecnológico y sostenible.

Exterior de la Casa Doge, en Carcaixent (Valencia). Javier de Paz García

Exterior de la Casa Doge, en Carcaixent (Valencia). Javier de Paz García

"Casa Doge es una vivienda autosostenible, diseñada para minimizar los gastos y generar su propia energía. Este proyecto hibrida arte y sátira con tecnología y economía con un solo objetivo: exponer hasta qué punto la especulación y la influencia de figuras como Musk pueden convertirse en un motor de impacto económico y social", apunta Joel Blanco, cofundador de Business Serio.

Es también uno de los 40 mejores futuristas de España, según Forbes, y afirma que "es un modelo que juega con la lógica de los mercados modernos, pero también la cuestiona".

Impacto global

El concepto detrás de esta vivienda cobra aún más relevancia en el contexto actual, con Elon Musk en la Casa Blanca. Desde que el magnate expresó su apoyo a Dogecoin en 2019, la criptomoneda ha experimentado drásticos altibajos cada vez que la menciona en redes sociales o eventos públicos.

En los últimos años, el auge del sector cripto ha llevado a la aparición de modelos de negocio innovadores, pero también a esquemas altamente especulativos.

"La volatilidad extrema de monedas como Dogecoin plantea dudas sobre su viabilidad como activo financiero sostenible, sumándose a su impacto cultural y económico", señala González.

Casa Doge, en Carcaixent (Valencia). Javier de Paz García

Casa Doge, en Carcaixent (Valencia). Javier de Paz García

Paralelamente, el sector inmobiliario busca nuevas formas de financiación y adaptación a las tendencias digitales. En Estados Unidos, algunos propietarios han comenzado a aceptar criptomonedas como forma de pago por sus viviendas.

Por esta razón, aunque Casa Doge es un proyecto local, tiene implicaciones globales. La pregunta en torno al peso de las decisiones de un solo hombre en la economía y la sociedad se convierte en "un caso de estudio" que se suma al debate sobre cómo estos factores podrían redefinir el valor de los bienes materiales en el futuro.

"Lo que estamos haciendo es una especie de experimento social. Si un multimillonario en Estados Unidos puede decidir si el valor de una criptomoneda sube o baja y eso, a su vez, puede determinar si una casa en un pequeño municipio de Valencia como Carcaixent se paga sola o no, significa que vivimos en una economía completamente impredecible y controlada por unos pocos", concluye Blanco.