Vicente Mompó, Juanfran Pérez Llorca, María José Catalá, Miguel Tellado y Juan Carlos Caballero, este jueves en la cena de Navidad del PPCV. PPCV
La nueva estructura del PPCV, primera prueba de fuego en el partido para Pérez Llorca con un Mompó revuelto
Los cambios en el Gobierno y en la formación despiertan tensiones internas mientras Génova avala los primeros pasos del presidente de la Generalitat.
Más información: Llorca diseña un Gobierno continuista con la era Mazón en el que suma perfiles de peso político y de la época de Camps
La configuración de la dirección del PP de la Comunitat Valenciana tras la dimisión de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat será la primera prueba de fuego de Juanfran Pérez Llorca en el partido. Y resulta de importancia.
El nuevo jefe del Ejecutivo autonómico quiere intentar ser líder del PPCV antes de Navidad si nada se tuerce. Alberto Núñez Feijóo apuntó al 22 de diciembre, justo después de las elecciones en Extremadura, como fecha probable.
Pero este relevo irá acompañado de un nombramiento clave: el del secretario o secretaria general. Es decir, el del número dos del partido.
Se trata de un puesto fundamental en cualquier formación política y en el caso de los populares valencianos deberá ser la persona encargada de pilotar una importante movilización interna de cara a 2027 en un momento de transición que no está siendo fácil.
Además, tendrá que ir de la mano de Pérez Llorca para lograr el objetivo de que sea el candidato en las próximas elecciones. Un trabajo para el que cuenta con, exactamente, un año de margen.
Todo ello en un contexto de ciertas tensiones dentro del partido entre diversos sectores -sobre todo en la provincia de Valencia-, de múltiples incertidumbres que se tendrán que ir despejando en el próximo 2026 y de un Francisco Camps cada vez más molesto.
Pese al barullo, el PP de la ciudad de Valencia liderado por María José Catalá celebró este jueves su tradicional cena de Navidad en el hotel Valencia Palace. Un evento que sirvió para exhibir unidad y al que acudieron Pérez Llorca; el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó; el secretario general del PP nacional, Miguel Tellado; y diversos consellers como Susana Camarero.
El mar de fondo, sin embargo, existe. Si el grado de tensión se eleva o se reduce se comprobará a partir de las Navidades. Eso sí, por el momento Pérez Llorca cuenta con el aval de Génova en las decisiones que tome, puesto que se encuentra coordinado con la dirección nacional.
La 'compensación' a Mompó
¿Y qué es lo que está ocurriendo estas semanas? De un lado, el descontento de Mompó. El líder del PP en la provincia de Valencia se ha sentido desplazado por parte del presidente de la Generalitat en los nombramientos del Gobierno autonómico.
Según indican fuentes del partido, Pérez Llorca contactó con él para pedirle perfiles de consellers antes de la reciente remodelación.
Mompó le dio el nombre del diputado nacional Carlos Gil, una persona de su total confianza. Pero el presidente de la Generalitat no atendió a la sugerencia en una estrategia que no ha caído nada bien en el presidente de la corporación provincial, uno de los grandes aliados hasta la fecha del jefe del Ejecutivo autonómico.
El descontento, en realidad, es por una mezcla de factores. No sólo por el de no incluir a ningún conseller 'cuota' de Mompó, sino por el hecho de que María José Catalá sí se haya visto notablemente agraciada con nombramientos próximos a ella -como la consellera de Educación, Carmen Ortí- o por la destacada presencia del denominado sector cristiano del PP en el Gobierno, especialmente en Presidencia.
En definitiva, nombramientos que en el entorno del presidente de la Diputación respetan pero entienden que van en detrimento de él y que se producen tras la firma de la alianza entre Catalá y Pérez Llorca.
Así que la siguiente pantalla de 'pelea' es la del partido, con la figura del secretario general. Realmente, para alguien como Mompó su batalla no está en el Gobierno sino en el ámbito orgánico, en el que por ejemplo se eligen todos los aspirantes a las alcaldías.
El presidente provincial se sabe con poder en la provincia puesto que lo tiene. Y trata de reclamar su peso en la nueva estructura.
Los perfiles
Quién es su apuesta se podría circunscribir a tres perfiles. Avelino Mascarell y Vicente Huet son sus dos personas de confianza en el actual Comité Ejecutivo Provincial. Especialmente el primero.
Los estatutos del PP marcan que el secretario general ha de ser elegido de entre los 22 vocales de este órgano y sobre todo Mascarell aparece como probable.
Si hubiera algún tipo de fórmula alternativa para nombrar este nuevo cargo, despuntarían otras opciones. Por parte de Mompó no parecería descabellado que quisiera volver a proponer a Carlos Gil, a quien ya quiso como conseller.
Gestora no deseada
Este movimiento, en todo caso, no resulta nada sencillo. Comportaría, o bien una gestora, o bien otro tipo de soluciones como nombrar a un coordinador general que asumiera las funciones de secretario general. Algo que hay quien no ve con malos ojos para abrir las posibilidades de perfiles y no ceñirse a los vocales del Comité Ejecutivo.
Las opciones se encuentran abiertas. Pero hay maniobras que sí parecen difíciles en un momento delicado para el PPCV. Una gestora, por ejemplo, no es algo que contemple Pérez Llorca. Tampoco Génova. Este órgano no trasladaría un mensaje ni de estabilidad ni de unidad como se pretende ahora. Además, la estructura que se conforme ha de dirigir el partido con normalidad hasta que haya un congreso.
De manera que, al margen de la apuesta de Mompó, si finalmente se elige al secretario general de entre los 22 miembros, ya quedarían descartados algunos nombres como los alcaldes de grandes municipios -Catalá, Eduardo Dolón, Pablo Ruz, Luis Barcala...- o aquellos que ostenten cargos públicos como Macarena Montesinos.
El aval de Génova
En cualquier caso, Pérez Llorca cuenta con libertad para tomar su decisión sobre el número dos. Génova se la ha dado. La relación con Miguel Tellado ha mejorado especialmente en los últimos días después de varias conversaciones, según comentan fuentes del partido.
Algo relevante después de la tensión que provocó la famosa comida con los presidentes provinciales y Mazón en la que plantearon un pulso a la dirección nacional.
Génova ha otorgado un año de margen a Pérez Llorca para decidir sobre su candidatura. Por el momento ven con buenos ojos el inicio de su andadura, pero la determinación llegará entonces.
El congreso regional
Un año de margen no parece una fecha casual, pues seguramente sea el plazo para celebrar el congreso regional, que de acuerdo con los planes iniciales tendría lugar pocos meses antes de las elecciones. Es decir, de cara a finales de 2026 o comienzos de 2027. Ahí la dirección nacional señalará al elegido aunque sea mediante un cónclave.
Y a nadie se le escapa que Pérez Llorca deberá tener a esas alturas el partido amarrado y en paz si quiere ser candidato. Por lo que movimientos como el de estas semanas con la secretaría general resultan de importancia ya de entrada para los equilibrios internos.
Mientras todo esto sucede, el PPCV cuenta con un elemento distorsionador cada vez más molesto: el de Francisco Camps, quien este mismo jueves presentó a su equipo de campaña -sin que el congreso haya sido convocado todavía- entre ataques directos a Pérez Llorca.
Un cónclave con el ex presidente de la Generalitat de candidato puede que ya se vea como algo inevitable en el seno de la formación.