Jacobo de Santiago (26), inquilino de un piso compartido en Valencia. EE

Jacobo de Santiago (26), inquilino de un piso compartido en Valencia. EE

Valencia

Jacobo (26), inquilino, denuncia que la casera les echa del piso: "Nos sube el alquiler a 1.500 euros más los gastos"

El joven se queja de los avisos "con muy poco margen", de la subida del alquiler "difícil de asumir" y el estado general de la vivienda.

Más información: Mario, dueño de un bar en un pueblo de Cuenca, se mudó de Valencia harto de los altos precios: "Aquí es más barato"

Valencia
Publicada
Actualizada

Jacobo no puede más y estalla. Denuncia en sus redes sociales que la casera pretende subirles el alquiler a 1.500 euros más los gastos, un precio que considera "difícil de asumir".

El piso se ubica en el barrio de Algirós de Valencia, vive con tres compañeros de piso y paga 350 euros al mes por su habitación.

En realidad, a este joven de 26 años le enfada cómo se han hecho las cosas: "Avisos con muy poco margen, una subida del alquiler difícil de asumir teniendo en cuenta el tamaño de la habitación y el estado general de la vivienda, y situaciones que hemos vivido durante meses sin causar nunca ningún problema".

Tras comunicar un compañero que dejará el inmueble donde actualmente residen, la arrendadora solo les da dos opciones a los demás: o abonarle la misma cantidad sin que entre un nuevo inquilino, o subirles el alquiler 100 euros.

"Se va a poder quedar tu tía", dice, mientras enseña su habitación que define como su "pequeño zulo", por el que pagaría a partir de ahora más de 400€. Duerme en una cama de 90 cm y toca prácticamente pared con pared.

Jacobo, además, se queja de que hace un mes había desperfectos en la vivienda que la casera no quiso arreglar y que ahora interpreta como una estrategia para que ellos acabaran marchándose.

Pone como ejemplo el estado de las sartenes y de la ducha, que asegura tener que limpiar cada dos semanas mientras lidian con humedades: "Siempre vuelven. Es horrible".

Pero lo peor, para ellos, son las molestias que les han causado los vecinos de arriba. "Hemos tenido que llamar a la policía porque aporrearon nuestra puerta a las 8 de la mañana. Y lo peor es que ellos hacen muchísimo ruido. Los niños se levantan como a las 7 de la mañana. También aprovechan para pasar el aspirador", relata.

Hasta les han partido por la mitad el buzón, algo que no acaba de comprender.

Finalmente, Jacobo ha decidido irse a vivir a otro lugar después de que la propietaria les asfixie con subirles el precio. "No es una decisión que tome a la ligera, pero la situación y la forma en la que se han comunicado estos cambios me han dejado con mal sabor de boca", afirma.

Aunque el contrato termina en julio de 2026, ahora busca un nuevo hogar más asequible en el mismo barrio.

"No es justo"

Un día después, Jacobo volvió a publicar un vídeo en el que muestra cómo la arrendadora responde con comentarios despectivos a su 'denuncia': "Mi casera me llama mentiroso y creo que no se están entendiendo las cosas".

En la misma publicación insiste en que el problema no es solo el estado del piso o "lo de arreglar" los desperfectos, sino la forma en que se han gestionado las decisiones y se ha cuestionado su credibilidad.

"Usa la excusa de la dana y que todos los carpinteros de Valencia están ocupados. Sinceramente esa excusa no me vale", asevera.

"Cuando dice que 'hago las cosas por un like' no solo está simplificando mi trabajo, sino también ridiculizándolo y menospreciándolo", expresa, enfadado. "Yo no estoy atacando a tu trabajo como propietaria, y por eso me sorprende que se cuestione la mía".

Todo lo que comunica, dice, tiene un motivo. En este caso, visibilizar la situación para poder encontrar un nuevo hogar.

"Aquí está la puerta de nuestro armario de la cocina. Este es el armario de Dani, que en cualquier momento esto se cae y se lo hemos dicho. Esto de aquí está así porque teníamos arriba un tío loco que nos vino a amenazó a las 8 de la mañana y nos ha llegado hasta partir el buzón", critica, mientras exhibe el mobiliario visiblemente deteriorado.

Después, le dedica unas palabras a la casera: "Tú, de un mes para otro, porque se va un compañero de piso, no das dos opciones teniendo el contrato vigente hasta julio. Nos subes el alquiler a todos 57 pavos a cada uno y la otra es que te sigamos pagando lo mismo sin que el compañero esté y cuando te argumentamos, tú lo primero que nos dices es lo mal que estás y tu precariedad".

"Yo creo que lo que has hecho no está bien y no es justo", zanja.