José Gosálbez, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Valencia. EE
Vox rechaza 'in extremis' la ordenanza de Zona de Bajas Emisiones de Valencia y expone a Catalá a perder 115 millones
El partido de Santiago Abascal había votado a favor en todos los trámites y este martes ha dado la sorpresa, por lo que la norma no ha prosperado.
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Sorpresa en el último pleno del Ayuntamiento de Valencia. Vox ha rechazado este martes la Ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad elaborada por el gobierno municipal de María José Catalá, del que también forma parte. Su rechazo ha impedido que la normativa municipal saliera adelante y el ejecutivo se expone a perder 115 millones de euros.
El partido de Santiago Abascal, que se integra en el gobierno con cuatro concejales, había votado hasta ahora de forma favorable a la tramitación de la ZBE. Sin embargo, en la sesión plenaria ha dado la sorpresa al anunciar que votaría en contra al texto legal definitivo. Un contratiempo para la alcaldesa, que se ha visto empujada a negociar con la oposición para tratar de validarlo.
Catalá ha iniciado unas negociaciones urgentes con el portavoz del PSPV, Borja Sanjuán, pero el acuerdo entre ambas formaciones no ha tenido frutos y finalmente la ordenanza ha contado únicamente con los votos favorables del PP, que cuenta con 13 ediles en un consistorio que integran 33 concejales.
Por lo pronto, el rechazo del proyecto conlleva que pueda no entrar en vigor el 1 de diciembre, cuando estaba previsto que lo hiciera. Pero también expone al consistorio a perder 115 millones de euros de las subvenciones de Next Generation.
Los nervios en el gobierno municipal, con todo, son evidentes, si bien cabe apuntar que todavía queda una última opción de que la normativa pueda aprobarse en el pleno del mes de noviembre, antes de la fecha prevista para su entrada en vigor. Pero para ello, el PP tendrá que convencer a Compromís o PSPV para sumar sus votos, algo que será difícil de conseguir.
Negociaciones con PSPV y Compromís
La normativa municipal para regular la ZBE ha llegado a esta sesión plenaria por despacho extraordinario, fuera del orden del día planteado inicialmente, y tras haber sido aprobada el pasado 21 de octubre en la Comisión de Patrimonio del consistorio con el voto a favor de todo el equipo de gobierno. Esa unidad se ha roto en el pleno de este martes al desmarcarse Vox.
La ordenanza iba a afectar, desde la entrada en vigor prevista hasta el 31 de diciembre de 2026, únicamente a los vehículos matriculados fuera de la provincia de Valencia con etiqueta A (también llamados sin etiqueta): los de gasolina matriculados antes del año 2001 y los diésel matriculados antes del año 2006.
La restricción a la circulación del tráfico que planteaba no afectaba a los conductores de la ciudad de València hasta enero de 2028.
Vox ha justificado su voto en contra en el pleno aludiendo a "la libertad de movimiento de los valencianos", como ha señalado su portavoz y segundo teniente de alcalde, José Gosálbez, que ha asegurado que la ZBE es "una imposición derivada de las políticas climáticas impulsadas desde Bruselas y el Gobierno de Pedro Sánchez".
"Las Zonas de Bajas Emisiones no son una casualidad, son consecuencia directa de las políticas que ha promovido Bruselas y el Congreso de los Diputados, siempre con el voto en contra de Vox", ha apuntado.
El edil de Movilidad, Jesús Carbonell (PP), que ha defendido la ordenanza, ha rechazado las críticas de la oposición, que le ha acusado de perder los 115 millones de euros de subvenciones europeas para poner en marcha la ZBE si esta no prospera. El concejal ha dicho que la responsabilidad era la de quienes no apoyaban la propuesta que ha presentado en el pleno.
Los dos grupos de la oposición han criticado siempre la Zona de Bajas Emisiones planteada por el equipo de Catalá, por considerarla "de mínimos" y por entender que no busca reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire de València sino "solo cumplir el trámite" para su puesta en marcha.
Antes de finalizar el debate, y ya sabiendo que Vox iba a rechazar su iniciativa, Carbonell se ha mostrado dispuesto a "aceptar la propuesta de Compromís y PSPV para ampliar el perímetro", de modo que se aumentara el entorno inicialmente previsto por la Concejalía de Movilidad y pasaría, como ha apuntado su titular, a abarcar a toda "la ciudad de València en el suelo urbano y urbanizable".
En ese momento del pleno, se ha planteado la posibilidad de realizar un receso de dos minutos para abordar ese planteamientos, pero no se ha llevado a cabo finalmente y se ha pasado la votación con la que la ordenanza no ha prosperado.