Teresa Ribera. Ronald Wittek / Efe

Teresa Ribera. Ronald Wittek / Efe

Valencia

Teresa Ribera invirtió 33,7 millones en obra hidráulica en el Ebro el año en que descartó el desvío del barranco del Poyo

El primero y más importante de los proyectos para los cauces de la dana solo costaba 55 millones en tres años, pero el Gobierno lo desdeñó en 2021.

Más información: El presidente de la CHJ tuvo 20 llamadas el día de la dana y en ninguna abordó la avenida letal de la cuenca del Poyo

Valencia
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En el ejercicio 2021, cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez gobernó con sus primeros presupuestos y descartó las inversiones ideadas por los expertos para la cuenca del Poyo, sí hubo inversión en infraestructuras hidráulicas. Se las llevaron otras cuencas, entre las que destaca la del río Ebro.

Mientras los fatídicos barrancos de la dana se quedaban sin presupuesto -a pesar de que el primero y más importante de los proyectos, el desvío al Turia del barranco del Poyo, costaba solo 55 millones en tres años- el Ministerio para la Transición Ecológica presupuestó para el Ebro 33,7 millones en un solo año.

Así se desprende de las cuentas de aquel año del Gobierno de Sánchez, consultadas por EL ESPAÑOL. En el anexo de "inversiones reales y programación plurianual" de la dirección general del Agua, adscrita al ministerio de la socialista Teresa Ribera, constan tres inversiones millonarias.

En primer lugar, 11,9 millones de euros a invertir ese ejercicio 2021 en "actuaciones de infraestructura hidráulica en la cuenca del Ebro", en particular, en "el sistema Aragón-Irati".

Aparecen otros 3 millones de euros para "actuaciones de reposición de infraestructura hidráulica" en la cuenca del Ebro, en concreto, para la "implantación del sistema automático".

Por último, figuran 18,8 millones de euros en "otras actuaciones de infraestructura hidráulica en la cuenca del Ebro", sobre las cuales no precisa nada el documento.

Estas cantidades complementan grandes inversiones presupuestadas los años previos -y también los anteriores- bajo los mismos conceptos.

"Mitigar el riesgo"

En la nota de prensa que difundió entonces el ministerio, presumió de haber presupuestado "actuaciones para mitigar el riesgo de inundación". No obstante, pese a las reivindicaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar -dependiente del propio Gobierno- ignoró el que existía al sur de la ciudad de Valencia.

Meses después, en septiembre del mismo ejercicio 2021, la propia CHJ reveló mediante una presentación que el macroproyecto para encauzar, desviar y laminar el agua de la cuenca del Poyo había sido descartado "por falta de disponibilidad presupuestaria y problemas ambientales".

Con "problemas ambientales" se referían a la Ley de la Huerta de Ximo Puig, que restringió las actuaciones en el área metropolitana de Valencia.

No obstante, la impulsora de esa norma, la exconsellera socialista de Territorio María José Salvador, niega esta excusa del Gobierno central de su partido, y defiende que el Ejecutivo tenía "informes favorables condicionados" para ejecutar el proyecto.

Otra de las excusas que brinda el Gobierno central es que la declaración de impacto ambiental habría caducado en 2016 al tener una vigencia de solo cinco años. Pero los ingenieros desdeñan este argumento: "La DIA es un trámite legal que los políticos tienen que solucionar. Están para eso".

De hecho, el Gobierno de Sánchez tuvo dos ejercicios completos para restituirla tras llegar en 2018, los de 2019 y 2020.

Se da además la circunstancia de que Teresa Ribera conocía de primera mano el proyecto ideado para la cuenca del Poyo, ya que fue ella, como secretaria de Estado, quien rubricó en 2011 la declaración de impacto ambiental positiva de la iniciativa.

Solo 55 millones

Como reveló este periódico, el proyecto original completo para la cuenca del Poyo que la Confederación Hidrográfica del Júcar ha escondido desde la dana ha salido por fin a la luz.

Ese plan revela que la primera y más importante de las obras previstas, que consistía en un desvío de aguas al Turia, solo costaba 55 millones a ejecutar en tres años.

Si Pedro Sánchez la hubiera incluido en sus primeros Presupuestos, los de 2021, habría ejecutado esta obra antes de la fatídica dana del 29 de octubre de 2024.

Con ese mismo coste de 55 millones, los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy podrían haber ejecutado el proyecto. Ambos justificaron su descarte por la crisis económica que sufría España aquellos años.

El proyecto, negado a EL ESPAÑOL por la Confederación Hidrográfica del Júcar, vio por fin la luz gracias a la comisión de investigación de Les Corts Valencianes.

La CHJ lo proporcionó al Parlamento valenciano tras una solicitud oficial de información y documentación.

Se trata del documento completo para encauzar, laminar y desviar el agua de la cuenca del Poyo, elaborado en 2010 por la firma de ingeniería Typsa y validado en diciembre de 2011 por el Gobierno de Zapatero con la preceptiva declaración de impacto ambiental (DIA).

El documento, que consta de decenas de tomos y miles de páginas, permite poner cifras a lo ya expresado por el entonces presidente de Typsa, Javier Machi, o el ingeniero que lo redactó, Jorge Paciarotti.

El conjunto de la actuación costaba 240 millones de euros, pero estaba previsto para ser ejecutado por fases que permitían una inversión cómoda y gradual para llevarlo a término.

En ingeniería hidráulica, las actuaciones siempre han de acometerse desde la desembocadura hacia arriba, de modo que, según los expertos, la primera obra que debió abordarse fue la denominada "proyecto de vía verde de conexión del barranco del Poyo con el nuevo cauce del río Turia y adecuación del barranco del Poyo entre el acueducto Júcar-Turia y Paiporta".

Se da además la circunstancia de que se trata de una de las más determinantes, al consistir en un desvío del agua de la cuenca del Poyo al nuevo cauce del río Turia, que consta de un amplio cauce al sur de Valencia. El mismo canalizó con holgura la avenida del 29 de octubre de 2024.

"Solo haber tenido hecho esta vía verde habría supuesto un alivio inmenso", subrayan los expertos consultados por este periódico.

La mirada retrospectiva hacia esa actuación resulta desoladora. Constaba con un presupuesto base de licitación de tan solo 55,63 millones de euros, tal y como consta en la memoria de la obra.

Tabla del presopuesto para desviar el Poyo al Turia. EE

Tabla del presopuesto para desviar el Poyo al Turia. EE

Además de las vidas humanas que pudo salvar la actuación, la comparación con los daños causados por la dana, valorados en cerca de 20.000 millones de euros, da buena cuenta de que habría sido una inversión muy rentable para el Gobierno de España.

Solo restaba la voluntad política. El proyecto entregado por Typsa estaba completo, listo para licitar y ejecutar, con los pliegos ya redactados. En los mismos consta que el plazo de ejecución debía ser de tres años.

"Para la realización de las obras objeto del proyecto se ha fijado un plazo total de realización de 36 meses, contados a partir del día siguiente a la recepción de la autorización de inicio de las obras", precisa el pliego.

En consecuencia, el Gobierno de Pedro Sánchez, como los de sus predecesores, tuvo margen suficiente para acometer tanto el conjunto del proyecto como, al menos, la primera y más relevante de las iniciativas: el desvío del barranco al Turia.