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Mon Tapias lleva años en Madrid, donde se ha dedicado, esencialmente, al mundo de la música, tanto como director de las radios musicales de Prisa como con sus propias empresas, una de management con René Ramos, hermano de Sergio Ramos, y la productora Padamon.

Precisamente, sus socios en esta última, Paco y Dani Marín, fueron dueños de una de las principales salas de la capital, el Costello, un nombre que se ha diversificado con, entre otros, el montaje de un mercado en la zona de Madrid Río, a orillas del Manzanares.

"Dani y Paco son mis socios en la música desde hace muchos años y cuando me comentaron que iban a abrir el Costello Market no lo dudé y les pedí un hueco", explica Mon a Treintayseis, que reconoce que él solo no se hubiese metido en un negocio así "ni loco", pero sus dos socios llevan toda la vida en el sector hostelero, al igual que su familia. Así nació el DVigo Calamari Sándwich.

Este espacio, el Costello Market, cuenta con una terraza de 400 metros y cuatro puestos que ofrecen cada uno un tipo de comida que busca salirse de la típica oferta: uno de gildas, otro de cocina de barrio, otro con hamburguesas y el DVigo Calamari. Además, cuenta con una sala privada, donde suelen acomodarse los muchos músicos que pasan por el mercado, fruto de la relación de los dueños con la música, y donde, anuncia Mon, pronto se comenzarán a ofrecer conciertos.

Un aceite con sabor a Grammy

Lo curioso del DVigo es que el primero que probó dos de los productos que ofrece la carta fue, ni más ni menos, Alejandro Sanz. Concretamente, la tapa de pulpo y el bocadillo de calamares.

"Cuando le conté que iba a montar el DVigo, me dijo que quería probarlo. Un día fui a su casa y le hice dos tapas de pulpo: una con aceite de oliva virgen y otra con el aceite que tenía en su casa. Al probar la segunda, me dijo 'le queda perfecto'".

A las tres semanas, le llamaron diciéndole que el ganador de 4 Grammys le había dejado 60 litros de su aceite, "que es el de su finca", celebra Mon, que asegura que cuando renueve la carta, hará constar que ese aceite es de Alejandro Sanz.

Eso sí, en el DVigo no se habla de bocadillo de calamares, se pide un Jicho; para la tapa de pulpo, un No hay fallo, porque es de lonja gallega; un Chollo es una ración de calamares; A Rebolos, un plato de callos, pata y morro; y nada de una ración de pimientos de Padrón, que sí que son de Padrón, sino que pides un Toxo. Y el Príncipe de las Bateas es un bocadillo muy especial al que hay que darle "un puño" antes de comerlo.

"Cuando era pequeño, bajaba a la Alameda a jugar al fútbol y todos los niños iban con su bocadillo de nocilla, de jamón... yo iba con mi bocata de mejillones en escabeche, me encantaba", rememora Mon, que ha llevado la receta hasta el DVigo: pan de cristal, mejillones, piparra y patatillas. El nombre, homenaje a Iago Aspas.

"El deportista que más ha hecho por Vigo es un tipo de Moaña llamado Iago Aspas, y además de la adoración que le tenemos, veía que era su último año y quería hacerle un homenaje", explica el vigués, que espera que el '10' del Celta vaya a probarlo, aunque mientras planea hacer algo con su hermano Pablo Aspas Juncal, como aperitivo.

Los nombres, DVigo

Todos los nombres de la carta son palabras típicas de Vigo y de Galicia, las mismos que están en las paredes del local, y que darán nombre a los platos que se vayan sumando a la carta.

Mon anuncia que pronto hará un cocido gallego para "retar" al madrileño, lo mismo que un día cocina un arroz negro con calamares para el menú del día, que también ofrecen. "Un amigo me dice que yo lo que quería era tener una cocina en el centro de Madrid", dice entre risas.

Volver a Vigo con cada bocado

Lo cierto es que lo está "disfrutando". "Es mi forma de volver a Vigo todos los días", reconoce de un negocio con el que está descubriendo un sector como el de la hostelería que le está "encantando": "Es un cambio de vida, también. Sigo con la música, pero me está fascinando".

En el DVigo destaca el producto y cómo se trata. En Madrid, presumen de un bocadillo de calamares como los que se pueden probar en los varios locales que rodean la Plaza Mayor; pero en el DVigo "no es de pota", sino que es el calamar como se hace en la ciudad olívica y con un toque de mayonesa de lima. Lo mismo ocurre con la tapa y con el pulpo: llegado, hecho y tratado como aquí. Una "carta corta" pero "de mucha calidad". "Muchos amigos que son de Vigo pero viven aquí, dicen que el que más les sabe a Vigo es el bocata Príncipe de las Bateas", añade.

A pesar de que lleva poco tiempo abierto, el DVigo está siendo un éxito en el que llevarte a la boca "un trocito de Vigo en Madrid". Asegura Mon que siempre hay "buen ambiente" y que es un local perfecto para el "tardeo" de 19:00 a 23:00, para tomarse una caña con una tapa o un bocata "con sabor a Galicia" y con un ambiente "muy musiquero".