
Paula y Raúl, dueños de Alium
El único restaurante de Vigo 100% libre de gluten que destaca por su cocina sostenible
Situado en Rúa Ecuador, este restaurante ofrece una carta que puede disfrutar cualquier tipo de persona, ya que cuenta con opciones para cualquier tipo de intolerancia
Podría interesarte: El restaurante del centro de Vigo con 120 años de historia donde degustar la mejor carne de Galicia
Cada 16 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermedad Celíaca, con el fin de dar visibilidad a las personas que padecen esta enfermedad para normalizar la vida del colectivo. No poder comer gluten altera el día a día y, sobre todo, el ocio de mucha gente. Por eso, iniciativas como Alium, el único restaurante 100% libre de gluten de Vigo, son fundamentales para que cualquiera pueda disfrutar de una cena con sus amigos y probar todo tipo de sabores.
Alium —que significa diferente en latín— nació hace cinco años, tres meses antes de la pandemia. "El principio fue complicado porque no teníamos clientes fijos, no nos conocían todavía", explica su propietaria, Paola, que dirige el local junto a su marido, Raúl. Ambos se conocieron en Barcelona, donde se formaron y llegaron a trabajar para restaurantes de estrella Michelin.
Esta experiencia ha marcado la identidad de su restaurante. Vivieron el boom de la restauración de los 2000 y presenciaron el desperdicio y la falta de un control exhaustivo en los productos y, en consecuencia, decidieron crear una cocina mucho más sostenible en su nuevo proyecto de Vigo.

Exterior del restaurante Alium, en Rúa Ecuador
Pero, ¿por qué un espacio 100% libre de gluten? La razón son las vivencias personales: su cuñada es celíaca y, cada vez que comían fuera de casa, ella se tenía que conformar con una ensalada. "Trabajando en otros sitios veías que había cocinas que decían: mira que viene este raro a comer. Y nosotros comentábamos que no nos costaba nada adaptarnos", explica el jefe de cocina.
Producto de proximidad y de calidad
El objetivo final es ofrecer a cualquier tipo de persona una experiencia especial, incluso a las mascotas, que reciben con una galleta y un poco de agua. Por eso, la calidad de sus productos es envidiable. Raúl y Paola se recorren los mercados de la comarca en busca de las mejores verduras, carnes y pescados de la Ría, que controlan de forma estricta para evitar la contaminación cruzada. Cuentan además con carne de
"Intentamos aportar ese granito de arena hacia el cliente que siempre sale con miedo a comer", afirma Raúl. Pero sus comensales también les ayudaron a crecer, ya que fueron una parte esencial durante su aprendizaje para hacer una comida mucho más inclusiva.

Interior del restaurante Alium
Así, poco a poco fueron adaptando la carta de su pequeño, pero moderno, restaurante familiar. "Por ejemplo, hemos visto que muchos celíacos tienen otro tipo de intolerancias, como a la lactosa", explica Paola. Esta es la razón por la que su carta cada vez incorpora más platos veganos, así como postres sin lactosa. "La prioridad es que estén tranquilos", destaca Raúl.
La formación continúa, clave
Si por algo destacan los trabajadores de Alium es por su conocimiento de lo que ofrecen al cliente. Paola y Raúl tienen un acuerdo con la Asociación Gallega de Celíacos (ACEGA), que les permite formar a su personal cada vez que hay una nueva incorporación. "Le damos mucho valor, porque con los años nos hemos ido formando más, hemos aprendido de los clientes, y ahora entendemos mucho más la prioridad de que no haya contaminación cruzada", incide Raúl.
"Todo viene de escuchar todo el tiempo a los clientes y de una continua formación", recalca Paola. Estas dos características influyen en su carta, que se va moldeando y actualizando con los nuevos descubrimientos de la pareja, que admite tener algún plato fuera de carta para adaptarse a las necesidades de cada cliente.

Uno de los postres caseros que cocinan en Alium
Platos estrella
Al fin y al cabo, el objetivo es aportar una experiencia especial y divertida a cualquier tipo de consumidor, tenga las intolerancias que tenga. Un comensal al que le ofrecen platos que no puede degustar en otro sitio si padece de celiaquía, como el caso de los calamares a la andaluza que prepara Raúl, aptos para celíacos.

Zanahorias al horno con crema de anarcardo
El cocinero confirma que la mayoría de sus clientes que no pueden consumir gluten suelen "ir de cabeza" a los platos que llevan harinas y que no pueden saborear en un restaurante al uso. Por eso, las albóndigas son también otro de sus platos estrella. O las croquetas, que están fuera de carta y hay que tener suerte para cuadrar el día en el que haya y poder degustarlas.

Pollo teriyaki de Alium
Pero hay dos platos que sobresalen sobre el resto: las zanahorias con crema de anacardo y el pollo teriyaki, tanto en su variante eura como carnívora. "También es el comodín, cuando no están seguros porque es su primera vez, el cliente sabe que no es un plato extremadamente extraño", afirma la pareja, que también destaca los postres caseros que elaboran cada día.