Vista de la comarca de Valdeorras, en la provincia de Ourense.
Los 10 mejores planes y cosas que ver en la Comarca de Valdeorras de visita
La Comarca de Valdeorras goza de una singularidad única que difícilmente se puede explicar con palabras. En ella abundan recursos naturales y restos de la época megalítica en el Parque Natural de la Serra da Enciña da Lastra
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Valdeorras es la comarca más oriental de Ourense. Abarca 968,90 kilómetros cuadrados (m2) y se caracteriza por su elevación; de hecho, Peña Trevinca es el pico más alto de la provincia y de Galicia, con 2.125 metros de altura.
La Comarca de Valdeorras goza de una singularidad única que difícilmente se puede explicar con palabras. Aun así, hoy queremos contarte cuáles son los 10 mejores planes y cosas que ver en este rincón de Galicia de visita:
1. Conocer la historia de la Comarca de Valdeorras
Playa fluvial de O Malecón (O Barco de Valdeorras). Foto: Turismo de Ourense
La comarca de Valdeorras está compuesta por nueve municipios: A Rúa, O Barco de Valdeorras, Rubiá, Petín, O Bolo, Carballeda, Larouco, Vilamartín y A Veiga. En ella abundan recursos naturales y restos de la época megalítica en el Parque Natural de la Serra da Enciña da Lastra.
También se conservan varios trazos rupestres y los petroglifos de Valdegodos, Petín y San Esteban de A Rúa Vella.
Por otro lado, la comarca de Valdeorras cuenta con cientos de bodegas tradicionales en las que la elaboración y el cuidado del vino se llevaba a cabo en cuevas excavadas en barro, en las propias entrañas de la tierra.
La zona de producción de la D.O. Valdeorras ocupa parte de la cuenca de los ríos Sil, Xares y Bibei. La variedad preferente en blancas es la Godello, mientras que en tintas, las preferentes son la Mencía y la Merenzao.
2. Adentrarse en el Parque Natural de la Serra da Enciña da Lastra
Serra da Enciña da Lastra (Fuente: Turismo de Galicia)
El Parque Natural de la Serra da Enciña da Lastra es uno de los secretos mejor guardados en Galicia. Con 3.151,67 hectáreas de superficie, es el más joven de los seis parques naturales de la región y el cuarto en dimensión tras el vecino Invernadeiro.
Es lugar de peregrinación de espeleólogos y aficionados debido a las innumerables grutas o palas existentes en el parque. En estas cuevas se encuentran algunas de las mayores colonias de murciélagos de España. El parque es también un refugio ornitológico.
Aunque existen varias teorías sobre el origen del nombre del parque, la hipótesis que cobra más fuerza indica que se debe a una encina de grandes dimensiones servía antaño de guía a los viajeros por estas encrucijadas.
Se encuentra en las proximidades al cementerio de Covas (Rubiá) y está reconocido como Árbol Singular por la Xunta de Galicia.
Por otro lado, en el parque también destacan los bosques de castañales y matorrales mediterráneos que cuentan con peculiaridades como la presencia de campos de tomillares silvestres.
La Serra da Enciña da Lastra actúa como refugio ornitológico de aves de rapiña y otras especies. De hecho, el parque acoge la mayor concentración de aves nidificantes de Galicia, con grandes colonias de murciélagos en sus cuevas.
3. Visitar el Santuario de As Ermidas
As Ermidas
El Santuario de As Ermidas es otro de los principales atractivos de la Comarca de Valdeorras. Los orígenes del templo se remontan a los siglos XII y XIV, cuando el obispo de Astorga, Alonso Mesía de Tovar, ordena su construcción tras una curación milagrosa.
La fachada del Santuario de As Ermidas, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es considerada una de las mejores obras del Barroco gallego. En ella se observan varias imágenes y columnas salomónicas, decoradas con motivos vegetales.
El afamado templo se encuentra en la legendaria aldea del mismo nombre, donde se dice que iban los ermitaños que querían huir del mundo. Con un espectacular paisaje verde como telón de fondo, en este rincón se respira mucha tranquilidad y paz.
4. Pasear por O Barco de Valdeorras
Río Sil en O Barco de Valdeorras
O Barco es la capital de la Comarca de Valdeorras. Con 86,1 kilómetros cuadrados (km2) y una población de 13.395 habitantes, el municipio destaca por la producción minera y la producción vinícola.
Surgió de un antiguo asentamiento creado en un embarcadero desde el que se cruzaba el río Sil para acceder a la villa de O Castro. De hecho, en la plaza Mayor todavía se pueden ver algunos restos del puerto.
En el casco viejo también encontramos otras construcciones relevantes, como la iglesia de Santa Rita y la iglesia de San Mauro. Por otro lado, en la calle Real está la Casa del Río Cigüeño, cárcel y centro de represión durante la Guerra Civil.
El Ponte Romano de Éntoma es otro de los imprescindibles que ver en O Barco. También resulta de interés el Parque do Malecón, un gran espacio de recreo que recorre la orilla derecha del Sil en el casco urbano del municipio.
5. Hacer la ruta de los vinos de D.O. Valdeorras
Vino tinto.
La Comarca de Valdeorras es tierra de vinos. La variedad preferente en blancas es la Godello, pero también se cultivan entre otras la Doña Blanca que denominan Moza Fresca; mientras que en tintas, las preferentes son la Mencía y la Merenzao.
Para conocer las viñas de la zona, es conveniente hacer la llamada Ruta de los Vinos de D.O. Valdeorras. Desde A Portela, una aldea a 8 kilómetros de O Barco, comienza un recorrido a pie de unos 12 kilómetros que se completa en menos de 3 horas.
La ruta también pasa por los pequeños municipios de Córgomo y Vilamartín de Valdeorras, lo que permite al visitante disfrutar de los mejores paisajes de viñedos que existen en Galicia, con permiso de la Ribeira Sacra.
6. Subir al Mirador do Barranco Rubio
Mirador do Barranco Rubio
Ubicado próximo a los 800 metros de altitud, en una ladera del valle fluvial del Sil, la visita al Mirador de Baranco Rubio es obligatoria. Al norte, se puede apreciar la sierra del Cereixido, y al sur, los núcleos de A Rúa y Petín, además del embalse de San Martiño y grandes extensiones de viñedo. ¡No te lo puedes perder!
7. Descubrir la casa que homenajea a Gaudí
La Casa das Pedriñas en una imagen tomada este martes.
La Casa das Pedriñas es una singular edificación ubicada en A Veiga (Ourense) que evoca al alma de Gaudí, a la Sagrada Familia y al modernismo catalán.
Daniel Mancebo, un ourensano que emigró a Barcelona, levantó esta peculiar edificación utilizando piedras de canto rodado, recogidas de un embalse cercano. La complejidad de la obra la convirtió en un proyecto de años, quedando inacabado debido a su fallecimiento.
A día de hoy, la Casa das Pedriñas se encuentra en estado semirruinoso. A pesar de ello, este enclave se ha convertido en uno de los lugares más visitados de A Veiga, junto a la emblemática Cántara da Moura.
8. Adentrarse en la Cántara da Moura
Área recreativa Cántara da Moura
A 50 kilómetros de la frontera entre Galicia y Castilla y León, la Cántara da Moura es una cueva llena de historias, muchas de ellas recientes, pues llegó a albergar a personas que huían de la Guerra Civil.
La tradición oral cuenta que en esta cueva habitaba una moura, un ser mitológico gallego que se esconde en la profundidad de los bosques y ríos de la región.
La forma más fácil de llegar es por la carretera que lleva a Corzos y aparcar en el área recreativa ubicada a los pies del embalse de Prada. Desde allí tan solo tendremos que seguir una pequeña senda sin mucha dificultad.
9. Visitar el Castillo de O Bolo
Castillo de O Bolo
Situado en el pueblo de O Bolo, es uno de los monumentos más emblemáticos e importantes de la zona. Perteneció a los Condes de Lemos y sufrió importantes daños con motivo de las Revueltas Irmandiñas.
Por este motivo, la fortaleza se reconstruye a finales del siglo XVI bajo el patrocinio del conde de Benavente. A lo largo del tiempo, se empleó como cantera, escuela de primaria, cárcel y campo de fiestas.
En 1999 comenzaron las obras de rehabilitación, que concluyeron en el año 2001. En la actualidad, el museo del castillo está abierto al público y es interactivo, permitiendo acercarnos de forma amena y entretenida a la fascinante historia de la fortaleza.
10. Cruzar el puente de A Cigarrosa
Puente de A Cigarrosa
El puente de A Cigarrosa atraviesa el río Sil, uniendo los municipios de Petín y A Rúa. De origen romano, fue reconstruido por Juan de Náveda en el siglo XVI y reformado 100 años después, por lo que pocos restos se conservan de la estructura primitiva.
En la actualidad, la construcción posee cinco arcos de luces desiguales, de los cuales uno solo, con una luz de alrededor de 20 metros, salva el cauce del Sil. El puente es de uso peatonal, existiendo otro más moderno para el paso de la circulación rodada entre Petín y A Rúa.