Vigo se queda sin luz. Un apagón generalizado ha sorprendido a los vivieses a media mañana, poco después de las 12:30 horas. Además, tampoco funciona la cobertura en muchos puntos de la ciudad. El apagón ha afectado a toda España -con la única excepción de las Islas Baleares y Canarias-, así como en Portugal y sur de Francia.
Qué comer. Ese fue el primer pensamiento de la mayoría de los vigueses. Muchos ciudadanos, quizás impulsados por la resaca de la pandemia, salieron a la calle y se acercaron rápidamente a supermercados, panaderías y locales de hostelería. "Se me descongela la comida en casa y no tengo como cocinarla", decía una vecina del centro de Vigo.
"No me gusta ser pesimista, pero esto pinta muy feo. Hay alguien que nos está queriendo decir: estoy aquí", comenta otra vecina. En un barrio de la periferia viguesa, buscaban respuesta a través del único medio al que tenían acceso: la radio. Varios vecinos se juntaban alrededor de un vehículo para escuchar las últimas informaciones sobre el apagón eléctrico.
Con una actitud completamente contraria, hubo quien prefirió aprovechar el buen tiempo tomarse algo en una de las muchas terrazas de la ciudad. "Comida no tenéis, pero una cerveza fría sí, ¿no?", preguntaba un vigués al que el corte eléctrico le impidió trabajar. Y es que el apagón provocó que todos los comercios, bancos y la mayoría de supermercados cerraran sus persianas.
Por ejemplo, el Eroski de García Barbón se vio obligado a cerrar después de un par de horas al agotarse la batería de los generadores. "Estuvimos abiertos un rato, pero ahora no podemos hacer nada. No van los generadores y no podemos cobrar", explica la encargada, que añade que las trabajadoras deben quedarse el resto de su jornada por si volviese la luz.
"Es el único que está abierto, así que viene todo el mundo aquí", declara un trabajador del Alcampo de Vialia Vigo. Este supermercado sigue abierto con ayuda de un generador de gasoil y podrán seguir funcionando hasta que se apague el combustible. Situación similar viven en el Alcampo del barrio de Coia, que también se mantiene abierto.
"Solo quiero volver a mi casa"
La situación de parálisis se extendió a las diversas estaciones de transporte de la ciudad. En el puerto, la naviera Mar de Ons confirma a Treintayseis que los barcos podían seguir operando con normalidad. Quienes no tuvieron tanta suerte los pasajeros que tenían programados viajes en tren o autobús.
En la estación de Guixar había muchas personas esperando a que volviese la electricidad. El único que podría haber tenido la suerte de llegar era el Tren Celta, que conecta Vigo con Porto. Sin embargo, este también sería truncado por una huelga en el país luso.
"Iba a Santiago a las 15:00 horas y esperaré aquí hasta que pueda salir el tren porque no se puede hacer otra cosa", se lamenta un afectado. Otra viajera explica que el apagón le pilló en la sala de espera del dentista y finalmente no pudo ser atendida. "La verdad que no pensé que fuera para tanto y solo quiero volver a mi casa", confiesa.
Algo parecido se vivió en la estación de Urzáiz, donde Renfe les aseguró entonces a los usuarios que hasta las 18:00 horas no podrá salir ningún tren. "Teníamos billete de tren, pero no nos dieron ninguna alternativa", dice una usuaria que decidió dirigirse a la estación de autobuses ante la falta de soluciones.
Que cogiera un taxi, esta fue la alternativa que le ofrecieron a un hombre de avanzada edad que viajaba a Santiago para someterse a una operación. "¿Me lo pagas tú?", le respondió este vigués indignado al trabajador de Renfe.
Desde la estación aseguran que los autobuses funcionan con normalidad, pero ante la abundante demanda hay bastantes colapsos que propician largas colas de más de dos horas para subirse a un autobus. Principalmente, estos afectan a los viajes entre Vigo y las capitales gallegas. "No hay organización", se quejaban muchos usuarios en la estación intermodal.