Oda a los buenos

Oda a los buenos

Tribuna Abierta

Oda a los buenos

Una breve reflexión sobre la bondad y amabilidad de algunas personas que se convierten en rayos de luz en nuestro día a día; por esa gente amable que lo es sin esperar nada a cambio y por ser más como ellos en este año que empieza. Por los buenos.

Publicada

El año pasado realicé, con la llegada del año nuevo, una reflexión profesional que trataba del acoso y derribo que muchos trabajadores sufren en sus compañías; algo que, por desgracia, ocurre continuamente. Mantengo intactas esas palabras y todos mis pensamientos sobre esa terrible realidad. Pero ahora, en este año que empieza, me gustaría dedicarle menos espacio a esa gente tóxica que contamina organizaciones y daña personas en favor de otros: los amables.

Las buenas personas, por suerte, también abundan. A veces solo es cuestión de mirar con calma, escuchar y dejarse querer. Normalmente, la gente amable no es consciente de su buen hacer, ni de la suerte que tienen los demás por cruzarse en su camino; esas personas buenas no saben que son un rayo de luz en un día malo, o en un día cualquiera… pero brillan y (lo mejor) hacen brillar.

En esta vida que va tan rápido y en la que el estrés y las tensiones forman parte del día a día, ahora que llevamos casi dos años de pandemia mundial superando baches y barreras que antes parecían ficción, la gente amable, las buenas personas, cobran aún mayor relevancia. Y se hacen también más necesarias.

Mi agradecimiento y reconocimiento para todos ellos, mi oda a los amables, por serlo, por alegrarnos el día, por hacer de este mundo un lugar mejor, por ser ejemplo y por dar luz, también, en los momentos más oscuros. 

Hace muy poco se fue una de esas personas que dejan huella. Sin conocerlo demasiado, pero sí a algunos muy cercanos a él, uno se da cuenta a la perfección de que Jaime Mateo era uno de ellos: gente buena de verdad. La inesperada muerte de este músico ourensano a los 41 años, una de esas grandes personas que dejan un vacío inmenso, me hizo pensar en todos aquellos que hacen magia y brillan sin saberlo.

Ojalá el 2022 sea el año del fin de esta pandemia que nos ha llevado al límite, que se ha llevado a muchos, y ojalá proliferen los amables, los buenos, los grandes. Que dejen huella, que den ejemplo. Y que todos hagamos el esfuerzo continuo de hacerle la vida más fácil a los demás. 

Que el éxito (profesional, personal y de cualquier índole) sea de los buenos.