El Español
Quincemil
Vivir
|
GastroGalicia

Tradición culinaria y tintes de vanguardia: así es la receta de Playa Salvaje en Sanxenxo

Con una gastronómia basada en el producto de temporada y cercanía, desde el restaurante apuestan por introducir recetas que fusionan la esencia de la cocina tradicional con las técnicas, estéticas y sabores más modernos
Playa Salvaje Gastrobar, A Lanzada, Sanxenxo.
Andrea Area Estudio Creativo
Playa Salvaje Gastrobar, A Lanzada, Sanxenxo.
Ofrecido por:

Natural de Cuntis, pero sanxenxina de adopción: Marina Bello Aboy es el alma mater detrás de Playa Salvaje Gastrobar. De su ilusión por emprender dentro del mundo de la hostelería nació este proyecto que lleva desde el verano de 2021 encendiendo los fogones para acercar al entorno de A Lanzada una propuesta gastronómica muy diferente a la que estamos acostumbrados a encontrar en la capital turística de las Rías Baixas. "Yo vengo de un mundo muy distinto porque mi profesión es masajista y de hecho estuve muchos años trabajando en el Gran Hotel La Toja, pero sí que es cierto que mis inicios fueron en la hostelería, cuando empecé como camarera con 18 años mientras estudiaba", reconoce Marina Bello. "Tenía una pasión por la cocina y ya cuando mis hijos fueron creciendo empecé a hacer cursos, a formarme y a valorar un poco la idea de tener un negocio propio", añade. 

La pandemia puso el freno a una idea que empezaba por fin a materializarse, pero Marina no dudó en luchar contra viento y marea para sacar adelante el sueño de Playa Salvaje, una armonía culinaria a medio camino entre la cocina tradicional y moderna. Lo cierto es que desde este restaurante en Sanxenxo apuestan por introducir el producto local y de proximidad como la base de todas sus recetas, donde el buen hacer y las elaboraciones típicas de Galicia se fusionan con las técnicas de vanguardia y unas presentaciones culinarias mucho más cercanas en semblante a las de la alta cocina. En definitiva, una gastronomía en constante evolución que se resiste a abandonar sus raíces: "buscaba darle una vuelta de tuerca al negocio. Yo soy mucho de guisar y me encanta la cocina tradicional, pero a la hora de presentar el plato o añadir algún ingrediente nuevo no quería dejar de lado esa parte más innovadora", admite su propietaria sobre una carta repleta de opciones fijas y sugerencias de temporada para todos los bolsillos y paladares.

Productos de cercanía y mucha esencia gallega

Marina Bello, propietaria de Playa Salvaje. Foto: Andrea Area Estudio Creativo 

"Yo siempre entendí la sala y la cocina como si esto fuese mi casa y estos fueron mis invitados, mis huéspedes, y yo su anfitriona", afirma la propietaria. Y así es también la propuesta de Playa Salvaje, una auténtica oda a la los platos cocinados a fuego lento, a la gastronomía elaborada con mimo, con esmero y sobre todo con mucho amor, ese ingrediente secreto al que siempre alude el hijo de Marina cuando habla de las recetas de su madre. "Este es un negocio al que le puedes echar todas las horas del mundo (...) y el tiempo se pasa volando cuando lo que haces lo haces con ganas y con cariño", sentencia esta indómita cocinera. 

En los fogones, las recetas del mar y la tierra se entremezclan con coherencia para ofrecer al comensal un amplio espectro de platos donde la carne, los pescados y mariscos de la ría e incluso las verduras de temporada se convierten en las grandes  protagonistas. "A mí me gusta trabajar con productos locales, de kilómetro cero, cosas que me traigan los productores pequeños o que encuentro en la plaza", asegura Marina Bello. "Tenemos una carta pequeña, pero muy variada y que también vamos trabajando según la temporada", agrega. 

Para ir abriendo boca, el recetario de Playa Salvaje se compone de platos clásicos y reinterpretaciones como la ensalada templada de vieiras, unos mejillones salvajes con salsa thai o unas sabrosas almejas con salsa de codium. En este apartado  también podemos encontrar una de las recetas insignia del restaurante ―y sin lugar a dudas: una de las elaboraciones más populares entre los comensales―, la tortilla negra de calamares, una especialidad única bajo la firma culinaria de Marina Bello. Por otro parte, para aquellos amantes de las carnes y los pescados, manjares como las costillas barbacoa, las carrilleras y risotto de San Simón, el pulpo planchado, el arroz de rape y gambón o el rodaballo con remolacha encurtida son algunas de las opciones más destacadas en carta. 

Con la temporada estival a la vuelta de la esquina, la propietaria de Playa Salvaje reconoce que pronto llegarán al menú habitual del restaurante algunos platos fríos y de temporada que empiezan a convertirse en habituales durante los meses de verano. "Hay platos de verano que he sacado siempre y que voy a seguir haciendo este año, como la ensaladilla temática con huevo poché por encima o el gazpachos de verduras asadas de temporada", adelanta Marina. "Un paté artesano de mejillones o una presa Ibérica con una salsa ponzu, que son platos fríos que en verano siempre apetecen, funcionan bien y que de momento los voy a seguir teniendo aparte de la carta que ya tenemos".

Del dulce al vino: el broche de oro de Playa Salvaje

Zona exterior de Playa Salvaje. Foto: Andrea Area Estudio Creativo 

Más allá de la experiencia culinaria que supone degustar unos platos del mar, la huerta y la tierra tan diferentes y sabrosos como los presentes en el recetario de Playa Salvaje, el broche de oro a la propuesta gastronómica de Marina Bello se extiende también hasta las sobremesas y maridajes del restaurante. En el apéndice más dulce del negocio, la carta de postres artesanales se confecciona a través de cuatro o cinco propuestas diferentes entre las que destacan elaboraciones como el tradicional arroz con leche, en este caso acompañado de migas dulces, orejones y chocolate; una crema cuajada con vainilla fresca y fresas estofadas o el tiramisú "al momento", una versión exquisita de todo un clásico de la cocina italiana elaborado con soletillas, mascarpone, cacao y licor. "Nuestros postres son 100% caseros, todo lo que le añadimos lo elaboramos nosotros, desde una salsa a un culis", apunta Marina. 

Por otra parte, a la hora de acompañar cada entrante, principal o sobremesa, desde Playa Salvaje también han querido hacer una inversión muy importante en lo que respecta al recetario de vinos. Si bien es cierto que la carta inicial giraba en gran medida en torno a la producción más local, hoy por hoy en el restaurante ya podemos encontrar muchas referencias de renombre y etiquetas tanto de dentro como de fuera de Galicia. "Al ir avanzando en el tiempo sí que hemos ido añadiendo referencias más conocidas y clásicos que se venden solos (...) pero sin dejar de lado tampoco a esos pequeños productores y bodegas que son muy importantes para la zona", aclara la propietaria. "Esto es un complemento que tiene que estar porque el maridaje entre vinos y platos para mí es fundamental (...) Incluso tenemos vinos dulces también para los postres".

Vivir