Orixe: una apuesta por el entrenamiento biomecánico y funcional desde Vilagarcía de Arousa

Hace apenas dos años, Orixe aterrizaba en Vilagarcía de Arousa con el objetivo de promover un nuevo concepto de bienestar integral, combinando para ello la biomecánica deportiva y el entrenamiento funcional. Este tipo de ejercicios buscan analizar de manera minuciosa cada movimiento y los grupos musculares activos durante una determinada actividad, con el fin de identificar la técnica más efectiva para el desempeño y la prevención de lesiones. Este novedoso proyecto en O Salnés nació de la mano del tándem formado por Candela y Denis, quienes decidieron cambiar los ritmos frenéticos de la ciudad por este rincón de las Rías Baixas y crear aquí su propio centro de salud alternativa y holística. 

"Nuestra idea se empezó a formar en torno a montar una casa rural de terapias. Una casa de retiros donde pudiéramos mezclar esa parte de naturaleza, gastronomía y estilo de vida con lo que nosotros hacíamos", relata Candela. De hecho, la pareja inició su periplo por Galicia organizando una serie de retiros bajo ese mismo concepto. Poco después, el local del número 6 de la Rúa Arzobispo Gelmírez se cruzó en sus caminos y Orixe terminó de convertirse en una realidad. A día de hoy, la actividad del centro está dirigida sobre todo a la corrección de disfunciones, la mejora de la postura y el movimiento y a los entrenamientos de intensidad, con el añadido de fomentar en cada usuario una revisión individualizada de sus hábitos diarios.

"Tratamos de que la gente entienda que para conseguir cambios en una estructura necesitas hacer un análisis de todo lo que envuelve a tu cuerpo y también a tu mente", explican ambos. Para ello basan su labor en un método de acción que los diferencia y caracteriza a partes iguales: el buscar el origen de cada disfunción o lesión ―de ahí su nombre― en vez de centrarse únicamente en tratar la consecuencia. La idea es "corregir directamente la causa y poder cambiarla", sentencia Candela, que asegura además que la clave de todo ello se encuentra "en la constancia y la consciencia". 

Así es Orixe, el principio del cambio

Aunque no son muchos (al menos en la zona), la mayoría de los centros especializados en biomecánica deportiva suelen estar dirigidos a optimizar los movimientos humanos en deportistas experimentados o de alto rendimiento, como puede ser el caso de corredores, tenistas o ciclistas. En Orixe, tal y como aseguran sus impulsores, plantean una "biomecánica accesible para todos", orientada del mismo modo a la mejora de esas técnicas que implican los movimientos del día a día.

Por esa razón, desde Orixe ponen el foco sobre los "tres grandes pilares del movimiento humano", que según comenta Denis, serían: "la postura estática, el caminar y el correr". Este amplio rango de actividad que proponen desde centro se refleja de igual manera en el perfil de cliente, cuyas edades oscilan entre los 8 y los 90 años, siendo la "mujer de casi 50, que trabaja con un ordenador y con niños" el más repetido en la lista.

Desde que abrieron sus puertas, en Orixe han notado un ligero cambio en la tendencia de dolencias y lesiones a tratar. En el caso de los grupos de deportistas, lo más común es ocuparse de zonas como las caderas o rodillas; pero fuera del ámbito deportivo, las cervicales cargadas, el dolor de hombros o la rigidez en la zona de los trapecios han ido comiendo terreno a los recurrentes problemas de espalda.

Para sus propietarios, "el momento de incertidumbre que estamos viviendo" tras la llegada de la pandemia es la gran causante de esta notable variación. Al fin y al cabo, los factores externos y los hábitos diarios influyen en gran medida en el estado de salud físico y mental de cada persona. "Aquí lo que hemos visto por ejemplo a diferencia de otros sitios en los que hemos trabajado, es que la humedad que hay en el ambiente, creemos, genera muchos problemas relacionados con la inflamación de las articulaciones", comenta Denis.    

Biomecánica, funcionalidad y hábitos

Como señalamos al inicio del reportaje, desde Orixe buscan profundizar en la causa de cada dolencia o lesión para actuar de manera directa y consciente sobre ella. El primer paso a seguir, según nos indican, es plantear un estudio de cada usuario y su estructura, para así ver "dónde existe alguna disfunción o desequilibrio que está provocando una pérdida de funcionalidad o movilidad, o bien un dolor o lesión", indica Candela. "Siempre tenemos que empezar con un análisis y entrenamiento biomecánicos. Esto siempre es individual y un trabajo bastante exigente a nivel concentración", agrega. 

Más adelante, una vez la persona se encuentra sin dolor y "con el cuerpo medianamente conectado", es el momento de empezar a hablar de un trabajo funcional. Un entrenamiento que en Orixe puede llevarse a cabo de manera individual, en pareja o grupos reducidos, en sesiones de unos 45 minutos. "Nuestro objetivo con todos los clientes es que se muevan sin dolor, y después que se muevan más y mejor", asegura Denis. Tal y como aclaran ambos propietarios, este tipo de ejercicios funcionales lo que buscan es darles movimiento a aquellos patrones creados gracias a la biomecánica y desarrollar objetivos como "ganar elasticidad, agilidad, coordinación o fuerza". 

Durante todos los procesos, desde el centro realizan un seguimiento del usuario y su evolución de manera regular a través del "control fotográfico (con imágenes o vídeos a cámara lenta) y el propio feedback del cliente". De hecho, según confiesan Candela y Denis, en las redes sociales el "before and after" es uno de los contenidos que más capta la atención de sus seguidores. "Lo que mucha gente no sabe, y también es importante, es el trabajo que hay detrás (...) Son cambios súper llamativos pero normalmente no es sólo gracias a nuestro trabajo aquí, sino que conlleva todo un cambio de hábitos", reconoce Candela. 

Conscientes de la importancia que tiene generar hábitos saludables, desde Orixe proponen una dinámica que va más allá del trabajo en el propio centro. En definitiva, esa revisión completa de las costumbres diarias que comentábamos al principio. "Nosotros solemos mandar muchos deberes para casa", comenta Denis, aludiendo al recuerdo educacional. "Nuestros deberes pueden ser desde masajes de autoliberación del tejido, hasta caminar descalzo por la naturaleza, exponerse a la luz solar y reducir la exposición a las pantallas y la luz azul, terapias de respiración o terapias con agua fría", enumera Candela. Una larga lista de prácticas que una vez convertidas en hábitos aportan grandes beneficios para la salud física y mental y además, tal y como recalcan ambos profesionales, son totalmente gratuitas.