Ocho rutas para celebrar el Día Mundial del Agua en Vigo y alrededores
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado el día 22 de marzo como el Día Mundial del Agua para insistir en la necesidad de ser conscientes de lo mucho que necesitamos el agua para llevar a cabo nuestra vida. "Los problemas que se encuentran a lo largo del ciclo del agua están socavando el progreso en los principales conflictos planetarios, desde la salud hasta el hambre hasta la igualdad de género a los trabajos, pasando por la educación, la industria, los desastres naturales y la falta de paz", explica la organización.
Por estas razones, en 2015 "el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6", que forma parte de la Agenda 2030, adquiriendo el compromiso de que habría agua y saneamiento gestionados de forma segura en todo el planeta para 2030. No obstante, hoy estamos todavía lejos de conseguirlo: "El agua afecta a todos, por lo que se necesita que todos tomemos medidas".
Con este objetivo, el día 22 de marzo nace como un día de concienciación, de respeto por la naturaleza y de admiración de nuestros paisajes y nuestro entorno. Galicia es una comunidad especialmente bella gracias al agua que la rodea, desde el océano Atlántico hasta los espectaculares manantiales y ríos que bañan la región. Por ello, este miércoles puede ser un día especial para acercarse a uno de esos espectáculos naturales y admirar lo que el agua ha hecho para embellecer nuestros montes, nuestras rías, nuestras playas y nuestro hogar.
Senda da Auga (Vigo)
La ciudad de Vigo cuenta con una de las rutas relacionadas con el agua más hermosas y singulares, pues la Senda da Auga discurre por el antiguo canal que llevaba el agua desde el embalse de Eiras (Fornelos de Montes) hasta la ciudad olívica. La ruta comienza, de hecho, en la urbe y acaba en el embalse, construyendo un recorrido de 23 kilómetros prácticamente llano.
Río Eifonso (Vigo)
En las parroquias rurales del término municipal de Vigo se pueden encontrar también maravillas naturales que asombran por su belleza, como es el caso del sendero del río Eifonso, en Bembrive. La ruta, de 4 kilómetros, es sencilla y prácticamente no tiene desnivel. Además, es perfecta para hacer en familia los días en los que no ha salido el sol pero tampoco llueve con fuerza, pues la tupida vegetación actúa como paraguas natural y ofrece unas vistas únicas.
Molinos de Zamáns (Vigo)
En otra de las parroquias rurales, en Zamáns, los antiguos molinos fluviales ofrecen una imagen original del aprovechamiento del agua antiguamente, observando estas pequeñas casitas de piedra a lo largo del curso del río. El recorrido, de aproximadamente 3 kilómetros, permite ver cinco molinos en buen estado.
Poza da Moura (Moaña)
La ruta de la Poza da Moura, en Domaio (Moaña), es perfecta para pasear y ver el agua caer entre las piedras. Cerca de Vigo y accesible en coche, ofrece impresionantes vistas de la ría y un entorno en el que disfrutar de un agradable paseo por el bosque. El nombre hace referencia a una historia popular que cuenta cómo una joven, hija de un "moro", se enamoró de un campesino, aunque su padre desaprobaba la relación y mató al chico: ella enloqueció y se sumergió en las pozas, donde se supone que llora cada noche.
Costa da Vela (Cangas)
En la península del Morrazo nos encontramos con una de las rutas costeras más bonitas y sencillas de las Rías Baixas. Una senda que recorre la Costa da Vela realiza una ruta circular de poco más de ocho kilómetros, con escaso desnivel y buena señalización, con espectaculares panorámicas de las rías de Vigo y Pontevedra. El sendero, además, conduce a los tres faros que coronan la península, un camino perfecto para admirar la fuerza del mar.
Fervenza de Casariños (Fornelos)
En el municipio de Fornelos de Montes, a poco más de media hora de la ciudad de Vigo, se encuentra una de las cascadas más desconocidas y hermosas de la provincia de Pontevedra. La Fervenza de Casariños, en la parroquia de Laxe, se compone de una bella escalinata de piedra en un salto de más de 25 metros de altura. Este salto nace de la unión de dos pequeños ríos, la Barranqueira de Fonte Uceira y la Barranqueira do Rego de Casariños, acabando en una espectacular cascada.
Parque Natural de Barosa (Barro)
El Parque Natural de Barosa, en el municipio de Barro, esconde 17 molinos fluviales en perfecto estado que descienden por el curso del río Agra. Las cascadas que se forman en el río, además, llegan hasta los 30 metros de desnivel, ofreciendo un paisaje único y espectacular.
Fervenza del río Toxa (Silleda)
La fervenza más alta de Galicia se esconde en la localidad pontevedresa de Silleda, en el río Toxa: sus 30 metros de caída le otorgan el primer puesto gallego, convirtiéndose en un paisaje impresionante. Junto a la cascada, además, hay una pequeña ruta de senderismo que ofrece varios miradores sobre el río y sobre el monasterio de Carboeiro.
