Glamping do Mar, 'cabañas' originales con vistas privilegiadas en Baiona (Pontevedra)
La zona de Baiona, en la provincia de Pontevedra, es de una riqueza paisajística inconmensurable. Cada año miles de personas visitan la villa para disfrutar de sus vistas al mar, su entrañable casco histórico —donde el ambiente en las noches de verano nunca muere— o su impresionante parador. Sin duda, se ha establecido como un destino turístico de referencia, pero del que aún queda mucho por explotar.
Esta idea la comparte Mar, dueña del recién estrenado negocio Glamping do Mar: "Teniendo en cuenta el potencial turístico de Baiona, queríamos buscar algo distinto y que estuviera en el rural". Ella sola, con el apoyo de su familia, le ha dado forma a este nuevo proyecto de turismo sostenible que aprovecha el encanto del entorno para ofrecer una experiencia única. Y además, aprovechando la tendencia de las 'cabañas', un estilo de alojamiento que se ha puesto muy de moda en los últimos años.
El Glamping do Mar, a cinco minutos en coche del centro de Baiona, acaba de abrir sus puertas este otoño. Es el primer proyecto hotelero de su creadora, Mar, y empezó a fraguarse hace ya cuatro años. "La pandemia de por medio trastocó todo", suspira la gerente; pero por fin es una realidad.
Elipsoides para aislarse del mundo
Como indica su nombre, el Glamping do Mar no es un hotel al uso, sino que se acerca más a la idea de los clásicos campings. Sin embargo, los bungalós de este lugar sorprenden por su forma de elipsoide, diferenciándose de otros alojamientos que ofrecen la experiencia de descansar en plena naturaleza.
"La idea de hacerlos así surgió hablando del tema de la naturaleza. Ya que estamos al lado del mar, queríamos hacer algo que simulase la forma de los erizos de mar", explica Mar. El glamping cuenta con un total de cinco elipsoides totalmente equipados como pequeños apartamentos independientes. Cada uno de ellos mide 40 metros cuadrados y tiene cocina, cama de 1,8 x 2 metros, bañera de hidromasaje, baño y terraza propia.
Algunos de los bungalós están pensados para parejas, pero Mar, como madre, no quería dejar de lado la oportunidad de que las familias pudieran alojarse en el Glamping. Sus propios hijos la instaron a equipar tres de los alojamientos con literas para los posibles niños que visiten la villa. El elipsoide más cercano a la recepción, además, está preparado para el acceso de personas con movilidad reducida.
Los precios del Glamping do Mar varían en función de la temporada. Como explica Mar, la dueña, en la temporada baja la noche costará 150 euros de lunes a jueves, subiendo a 180 los fines de semana. De cara al verano, desde finales de junio hasta septiembre, dormir en estas originales cabañas costará 240 euros por velada.
Un entorno idílico
Los elipsoides cuentan con unas amplias cristaleras que en todo momento permiten ver el mar Atlántico. Si el interior de los bungalós es capaz de transportar al visitante a otro mundo, la panorámica de la costa de Baiona permite viajar sin moverse del sitio. El glamping se erige sobre una finca de 5.000 metros cuadrados en pendiente, rodeada de naturaleza.
El sendero de tierra que atraviesa el terreno y que conduce hasta los elipsoides se ilumina por las noches mediante una serie de farolillos, creando una atmósfera mágica. Y si se prefiere el bosque antes que el mar, a las espaldas del alojamiento hay un frondoso monte sobre el que se encuentra el mirador de Cabo Silleiro.
Cerca del Glamping do Mar —que se encuentra en el Camiño de Cela, en Baredo— pasa un tramo del Camino de Santiago, por lo que su dueña espera recibir también a bastantes peregrinos que quieran concederse una noche en un lugar más apacible. De hecho, antes de inaugurar el negocio ya recibieron diversas llamadas de personas de fuera de Galicia preguntando cómo reservar, así como consultas en la web.
En definitiva, el Glamping do Mar ha llegado para seguir enriqueciendo la zona de Baiona desde una visión del turismo sostenible y respetuosa con la naturaleza. Las instalaciones cuentan con paneles fotovoltaicos, hay depósitos para recuperar las aguas grises y regar la finca y los bungalós están construidos con un 90% de madera y vidrio.
