10 cosas que has hecho si perteneces a la generación 'baby boomer' de Vigo

Vigo ha cambiado, y mucho, a lo largo de los años, igual que ha cambiado la vida, las costumbres, la alimentación, el ocio o los transportes gracias a los avances y a la tecnología. Solo hace falta echar un vistazo a las fotos antiguas para confirmar que la ciudad ha evolucionado y ha crecido en los últimos 50 años.

Pero aquel Vigo pasado permanece en la memoria de una generación que se ha hecho mayor al mismo tiempo, que ha visto cerrar negocios clásicos y levantar nuevos edificios, expandirse la urbe, regenerar zonas deshabitadas y cambiar los nombres de las calles. Una de ellas es la de los baby boomers, a la que pertenecen los nacidos desde mediados de la década de los 40 hasta mediados de los 60; un nombre que se relaciona con la explosión de natalidad tras la Segunda Guerra Mundial.

En Treintayseis hacemos un repaso a aquellos planes, actividades y formas de vida de los que ahora superan los 60 años en el Vigo de su juventud. Son diez, pero podían ser muchas más, que tratan de dibujar una postal de aquel Vigo que, lejos de quedar en el olvido, se mantiene vivo para toda una generación.

Viajaste en tranvía

A pesar de que su huella ya ha desaparecido del asfalto, los tranvías formaron parte de la imagen de Vigo durante muchos años como único medio de transporte colectivo. Desaparecieron con la llegada de los autobuses y los trolebuses y dejaron de circular en 1968.

En una ciudad que todavía no estaba conectada entre sus barrios, era la mejor forma de ir al centro, que era el único lugar en el que la oferta de tiendas y ocio era amplia y variada. Nueve líneas, además de las que se construyeron después para unir Vigo con Samil y con Porriño y Mondariz, eran las encargadas de trasladar a los vigueses de punta a punta de la ciudad.

La concepción de ciudad de aquella época se entiende mejor con la frase que se decía en los barrios cuando iban al centro: "Hoy vamos a Vigo".

Compraste en los Almacenes Simeón

La zona de Príncipe ya era, en aquella época, la que centraba el comercio vigués; no existían grandes superficies, como El Corte Inglés, ni centros comerciales, pero sí comercios que tenían fama por la calidad o el tamaño del local. Ese era el caso de los Almacenes Simeón, la "catedral del comercio gallego", como lo definió El Pueblo Gallego.

Estaban situados en el edificio con el mismo nombre, propiedad del emporio comercial de Simeón García, al que también perteneció el Banco Simeón, y en donde hace unas semanas abrió Cañaveral.

En la zona, las compras se hacían también en La Villa de París, justo al lado, en la mercería La Favorita o, ya en la calle Magallanes, Saldos Arias, la primera tienda "low cost" de Vigo, entre otras.

Fuiste al Ayuntamiento en la plaza de la Constitución

En 1971 se aprobó la construcción del actual edificio del Ayuntamiento de Vigo; hasta esa fecha, la casa consistorial se encontraba en pleno centro, en la plaza de la Constitución. Un edificio más clásico, más sobrio y, sobre todo, menos polémico si miramos la actual torre que se levanta en plena plaza del Rey.

El edificio, construido en 1859, era el centro de la vida administrativa y política durante esos años, pero se quedó pequeño con el crecimiento de la ciudad, que a principios de los años 70 superaba los 250.000 habitantes.

Fuiste de copas al Tiffanis y al Kremlin

Fueron dos de los referentes de los años 70 en la movida nocturna viguesa. El Tiffany's estaba situado en Playa América y era una de las discotecas míticas de la época. Regentada por Ramón Álvarez Costas, famoso empresario de la noche, se convirtió en un referente en Galicia, evocando una imagen similar a la de las postales de la Costa del Sol y su Marbella Club.

En Kremlin, por su parte, era lugar de peregrinación, especialmente con la Movida de los 80. El antiguo cine ubicado en Coruxo se convirtió en una de las salas más importantes de la ciudad y un imprescindible de las aventuras nocturnas.

Tomaste un café en el Flamingo

Al lado del actual edificio del Marco estaba una de las cafeterías más populares de la ciudad, el Flamingo. La terraza, una sala acristalada, se situaba sobre la parte derecha del edificio.

Punto de encuentro de la calle peatonal, es recordado también por su peculiar decoración, con una pared forrada de piel con relieves un quinqué de hierro forjado. Además, el mobiliario era un diseño hecho en exclusiva para el local. Otro de sus puntos fuertes era las actuaciones de música en directo.

Fuiste a la sesión continua del Tamberlick

Antiguo teatro situado en Eduardo Iglesias, el Tamberlick hacía las funciones de cine, con la sesión continua como referencia. Es uno de los muchos cines de Vigo que ya han desaparecido, sustituidos por las plataformas digitales y las grandes salas en los centros comerciales.

Nombres como el Odeón o el Fraga salen rápidamente a la luz cuando se habla de ver películas en esos años. Alejado del centro, en las Traviesas, era referencia el cine Disol, situado en el conocido como "monte del cuco", donde ahora se encuentra el edificio de Povisa.

Para ti, el Marco era "la cárcel"

Antes de ser un museo de arte contemporáneo, el edificio del Marco albergaba los juzgados y la cárcel de la ciudad. Así, los vigueses de la época se referían a él como "la cárcel", simplificando la función de sus instalaciones.

Hacia finales de los años 70, con la apertura de la cárcel en la Avenida de Madrid, dejó de acoger a los presos de la ciudad, igual que, pocos años después, trasladó a la calle Lalín la actividad jurídica de Vigo, quedando el edificio como futuro museo.

Hiciste la "mili" en el cuartel de Barreiro o en la Etea

Si eras hombre, estabas obligado a hacerlo; si eras mujer, conocías a más de uno que se marchaba unos meses a hacer la "mili". En Vigo, el servicio militar se hacía en el cuartel de Barreiro, en Lavadores, que fue derruido en 2001; o, si la hacías por la marina, en las instalaciones de la Etea.

Conoces a alguien que tenía un Mehari

Entre los años 1969 y 1980 se fabricaron más de 12.450 unidades del Citroën Mehari, un vehículo concebido para el ocio, precursor de los actuales todoterrenos ligeros.

Era un modelo muy llamativo que empezó a circular por Vigo durante los primeros años de la década de los 70, descapotable y de colores vivos, con una carrocería de plástico ABS.

No hacías botellón, ibas a guateques y a bailes

Igual que hoy en día los jóvenes celebran botellones o se juntan en pubs, en los años 60 el plan era ir a un guateque o a un baile en la época del conocido como Vigo Ye-Ye, siguiendo la estela de grupos como los Beatles que comenzaban a sonar en esa época.

Una época en la que comenzaban a surgir los "conjuntos" formados por jóvenes que querían emular a los ídolos lejanos y donde la música se bailaba en los eventos que se organizaban en lugares como el Náutico o el Círculo Mercantil, en donde ahora está A Sede del Celta. Los guateques, por su parte, se organizaban en casas particulares o en las parroquias.