Virginia González y Ramón Feijoó viajaban este fin de semana hacia el municipio Chantada (Lugo) cuando de repente escucharon un disparo, seguido de un ensordecedor aullido, cargado de sufrimiento. “¡Ha matado a la perra!¡Ha matado a la perra!”, le gritó Virginia a su marido producto del nerviosismo. Ramón, en consecuencia, dio marcha atrás y paró el coche. La pareja se bajó del vehículo y se dirigieron a un puente del municipio, donde vieron a un cazador con una escopeta. Cargaba el arma, quería rematar a su víctima: una perra que acababa de tener seis cachorros.

El matrimonio gallego, envalentonado, le gritó al cazador que “no lo iban a consentir”, según cuenta Virginia a EL ESPAÑOL. El maltratador de la perra, quien presuntamente antes le había pegado una paliza al animal, les contestó “que era cazador y por eso podía hacerlo”. Sin embargo, al ver que Virginia y Ramón habían llamado a la Guardia Civil, el cazador gallego cogió una cuerda, la ató al cuello de la perra moribunda, y la comenzó a arrastrar para “llevarla a su casa”. Ramón sacó su móvil, abrió la cámara y grabó la secuencia “para tener pruebas” del delito.

El cazador discutió con el matrimonio y justificó su brutal acción argumentando que “la perra estaba abandonada”. Por ello, decía que su deber era matarla “para evitar que el animal provocase un accidente y matase a una familia”. No obstante, según las pesquisas de la Guardia Civil no se ha probado que la perra no fuese de su propiedad, ya que “encontraron en su parcela la caseta con seis cachorros”, hijos del animal.

La ONG Mundo Vivo, en consecuencia, ha decidido difundir las imágenes de la brutal agresión a través de las redes sociales. Asimismo, han iniciado acciones legales contra el maltratador de animales “para que se le ponga la pena máxima, situada en 18 meses de prisión en España”, algo que Marta Cueva, vicepresidenta de la ONG, considera una pena “poco dura”. Pese a ello, Marta relata a este periódico que ejercerán de acusación particular en el inminente proceso que se abrirá contra el cazador en los Juzgados de Lugo. Y no sólo solicitarán pena de cárcel para el cazador, sino que “pedirán la inhabilitación para que este señor tenga animales durante los próximos diez años”, puesto que se presume que el maltratador tiene más animales a su cargo. “Si pudiésemos solicitar más años, lo haríamos, pero es el máximo que permite la ley”, se ha quejado Marta.

La perra lucha por sobrevivir

Mario González, veterinario de la Clínica Veterinaria 22 de Chantada, fue quien atendió a la perra malherida. Su primer diagnóstico determinó que tenía los dos húmeros rotos como consecuencia del disparo así como varias heridas por haber sido arrastrada. Pese a ello, la perra estaba “en alerta, respiraba y estaba consciente”. Por ello, fue trasladada al Hospital Veterinario de la Universidad de Lugo, donde en este momento lucha por sobrevivir y volver con sus hijos.

Los cachorros, no obstante, están siendo acogidos por el veterinario Mario, quien cuenta a este diario que “se encuentran bien” y que pronto “serán traslados a la protectora de animales con la que tiene convenio el concello”. Otra veterinaria de Chantada, a raíz de este caso, denuncia que esto ocurre a diario en las localidades españolas y más “en los municipios pequeños como Chantada, en las que las autoridades no multan a los propietarios de animales sin chip, que es obligatorio para que el veterinario tenga control del estado de salud de los animales”.

Como consecuencia de los hechos, los cazadores también hablan. La Federación Galega de Caza ha expresado a través de Facebook su “máxima repulsa” a la agresión cometida contra la perra por el cazador. “Los actos de este tipo no tienen cabida en ningún grupo, y mucho menos en el cinegético, donde los perros son siempre los mejores compañeros en el desarrollo de nuestra actividad y en la vida cotidiana”, añade la Federación en su comunicado. De hecho, van a estudiar la acción ocurrida para determinar si también presentan un cargo particular contra el maltratador.

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