Susanna Griso y Ana Rosa Quintana están permanentemente en la diana de las críticas, pero desde que empezó la crisis sanitaria la desaprobación de los tuiteros ha ido en aumento por lo que consideran una forma "irresponsable" y "sensacionalista" de trasladar la información a los ciudadanos. Sobre todo teniendo en cuenta que buena parte de su audiencia está compuesta por personas mayores más vulnerables al miedo y a los bulos en estos tiempos inciertos para todos.

Esta vez el premio a la imprudencia periodística se lo he llevado Nacho Abad y su cuestionado directo desde IFEMA para Espejo Público. La semana pasada abría sus puertas el hospital de campaña que se ha tenido que habilitar en el recinto ferial para atender a los pacientes de la Comunidad de Madrid. El programa de Antena 3 quiso entrar hasta la cocina para que su público viese cosas tan importantes como cajas de leche y bombonas de butano.

Abad, micrófono en mano, acudió hasta allí acompañado de un cámara y sin pedir ningún tipo de permiso se introdujo en lo que parece el lugar de almacenamiento de alimentos y otros productos para dar servicio al recinto. Por si esto fuera poco, el lumbreras entró sin guantes y con la mascarilla bajada, tocando cosas y tosiendo varias veces: "Nos hemos colado aquí. No sabemos si podemos, pero bueno", se le escucha al tiempo que enumera los alimentos que ve.

"Hay que aprovechar"

"Zumos, maíz dulce, leche, leche, más leche...", va narrando Abad antes de llamar al cámara para decirle que "vamos a aprovechar y vamos a entrar hasta el final". Desde el plató lo arengan diciendo cosas como que "la imagen es impagable, compañero" y él reconoce que "hay que aprovechar". La propia Griso incide en que sí, que "hay que aprovechar mientras no te ven" y el resto lo justifica señalando que "es mejor pedir disculpas que pedir perdón":

Desde La Jungla no queremos ser los aguafiestas que le quiten la candidatura al Pulitzer, pero las imágenes de productos alimenticios apilados en un almacén de un hospital de campaña son solo eso: una obviedad que aporta poco o nada a la información. ¿Había necesidad de colarse ahí y de hacerlo siendo tan negligentes con las medidas de protección?

Esto mismo se lo han preguntado los tuiteros y la respuesta ha sido unánime: no. De hecho, aunque las imágenes habían llegado a las redes el pasado viernes, ha sido este lunes cuando el nombre de Nacho Abad ha permanecido entre las tendencias nacionales buena parte del día y no, precisamente, por su gran trabajo periodístico sino por su "irresponsabilidad":

Por el momento ni Espejo Público, ni Susanna Griso ni el propio Nacho Abad han dicho esta boca es mía. Esperemos al menos que las críticas hayan servido para que la cordura impere la próxima vez.

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