Antes de las redes sociales era el cine, la televisión, la publicidad y el boca a boca lo que nos influía a la hora de encontrar el destino ideal para nuestras vacaciones. Sin embargo, ahora una simple fotografía en Instagram sirve de reclamo para que un lugar se llene de turistas en un abrir y cerrar de ojos.

Lo que para algunos es una oportunidad para promocionar sus negocios a bajo coste, para otros muchos supone una auténtica pesadilla. Lugares paradisíacos deteriorados por el paso irresponsable de millones de visitantes y la tranquila vida de los lugareños perturbada por ejércitos de jóvenes que buscan la mejor pose para acaparar los likes.

De un tiempo a esta parte, autoridades y vecinos se han alzado en pie de guerra contra los instagramers y pelean por mantener el equilibrio en destinos mágicos que están inundados de turistas. Estos son algunos de ellos:

Playa Maya Bay (Tailandia)

La película La Playa (1999), protagonizada por Leonardo DiCaprio, popularizó este enclave situado en la isla de Phi Phi Leh. Con el auge de las redes sociales el número de visitantes aumentaba cada año hasta que en junio del pasado año tuvieron que cerrarla para que la zona se recuperase. Hasta 6.000 turistas la visitaban a diario para sacarse la foto de rigor, un trasiego de embarcaciones que ha afectado mucho a su arrecife de coral.

Reserva Natural de Walker Canyon en California (Estados Unidos)

Las lluvias torrenciales de los últimos meses propiciaron un curioso fenómeno en la zona: millones de amapolas naranjas florecieron allí. Todo un caramelo para los instagramers que acudieron en masa al lugar. Se registraron más de 60.000 turistas en solo un fin de semana, una llegada masiva que colapsó el tráfico y obligó a cerrar el paso a turistas. Además, el aluvión acabó afectando a las flores, que terminaron pisoteadas.

Jardín Majorelle de Marrakech (Marruecos)

El pintor francés Jacques Majorelle creó este mágico lugar que más tarde adquirió y restauró el diseñador Yves Saint-Laurent. Todo un oasis mediterráneo que supone el decorado perfecto para las imágenes de los influencers. Aunque siempre fue de obligada visita, ahora hay que hacer cola para que en tu fotografía no aparezca un instagramer poniendo morritos.

Santorini (Grecia)

Paredes inmaculadas y tejados azules con vistas a un mar turquesa, el telón de fondo perfecto para cualquier fotografía y los intagramers lo saben. Los visitantes aumentaban sin parar anualmente -llegaron a sobrepasarse los 10.000 al día- y las autoridades griegas han tenido que echar el candado y fijar un máximo de 8.000 turistas diarios. Además, aquellos que tengan sobrepeso no podrán realizar el recorrido en sus famosos burros para preservar el bienestar animal dentro de lo que cabe.

Cañón Fjaðrárgljúfur (Islandia)

El cantante Justin Bieber grabó allí el videoclip de su canción I’ll Show You en 2015 y ahí comenzó la invasión turística. Millones de personas han acudido hasta el lugar y las autoridades islandesas han tenido que cerrarlo este pasado mes de junio para intentar reparar las zonas dañadas.

Al país también le ha hecho mucho daño el auge de Juego de Tronos. Varios de los paisajes que se ven en la serie están grabados allí y los fans, gracias a vuelos baratos y campañas publicitarias, abarrotan esos lugares doblando las cifras anuales de turistas y llegando a provocar, incluso, la inflación de los precios para residentes.

Bogle Seeds (Canadá)

La idea de esta familia de granjeros era ganar unos ingresos adicionales durante las dos semanas que su cosecha de girasoles estaba floreciendo, así que subieron una foto de los campos a Instagram y pusieron la típica frase motivacional. No tardaron en arrepentirse. Se habían preparado para la llegada de los instagramers a su granja de Ontario, incluso colocando baños portátiles, pero la invasión de turistas fue mucho más grande y caótica de lo que se imaginaban: acabaron colapsando el tráfico y pisoteando sus cultivos.

Auschwitz (Polonia)

Aunque este lugar fundamental para la memoria del siglo XX siempre ha sido un templo de peregrinación, las poses de decenas de instagramers banalizando los asesinatos que allí se cometieron provocaron que los responsables del recinto hiciesen un llamamiento y advirtiesen a sus visitantes la necesidad de guardar respeto en todo momento.

Rue Crémieux de París (Francia)

El adoquín de sus suelos y las fachadas pintadas en color pastel hacen que estar allí sea como colarse en un decorado de Wes Anderson. Miles de turistas se acercan a diario a esta calle del distrito 12 que los vecinos están realmente hartos. Han pedido al Ayuntamiento que instalen un acceso restringido para que los dejen en paz.

Parque Nacional de Banff (Canadá)

Situado en Alberta, los responsables de este enclave natural tuvieron que cerrarlo provisionalmente en 2017 por la cantidad de turistas que acudían a fotografiarse junto a sus famosos lagos y montañas. Reabrió tiempo después, pero acotando los espacios permitidos para el paso de visitantes.

Machu Picchu (Perú)

Pocas personas en el mundo no desean ir a la famosa montaña, al menos, una vez en la vida. Las autoridades se vieron obligadas a limitar el acceso a varios de sus sectores porque, en el conjunto arqueológico, se registraron varios accidentes. Turistas heridos tratando de buscar la mejor fotografía entre las ruinas e incluso muertes por imprudencias. Ahora, solo 2.500 personas pueden subir a diario en un límite establecido por la UNESCO.

Mona Lisa (París)

El famoso cuadro de Leonardo da Vinci descansa en las paredes del Museo del Louvre parisino. Resulta paradójico que la obra, de un tamaño muy inferior al esperado, esté rodeada de visitantes siempre mientras que muchos cuadros famosos de su alrededor son obviados. Ni que decir tiene que es misión imposible sacar una foto sin gente.

Nueva Zelanda

El país, habitual decorado cinematográfico de películas como las de El Señor de los Anillos, está en el punto de mira de los viajeros. Aunque el turismo es fundamental para la economía del país, generando un 7,5 % del empleo, lo cierto es que los locales se quejan de que los turistas acampan donde les da la gana, no respetan el medio ambiente y generan una basura que es complicada de gestionar.

Tulum (México)

Precisamente, esto es lo que está pasando también en esta zona de paradisíacas playas, cuevas y lagunas subterráneas. Se trata de un pequeño pueblo costero que ha pasado de ser un remanso de paz a recibir a influencers de todo el mundo. Eso ha provocado que los residuos no se puedan controlar y se acumule la basura.

Fushimi Inari (Japón)

Este santuario de Kioto se popularizó cuando apareció en la película Memorias de una geisha. ¿Consecuencia? Miles de turistas se agolpan allí intentando imitar la pose de la protagonista y, de paso, hacer un poco el ridículo.

Torre de Pisa (Italia)

Ridículos también son los que van a fotografiarse con el famoso monumento italiano. Ya saben, la pose por excepción es la de fingir que sujetamos la torre inclinada con nuestras manos para dejar que la perspectiva haga lo demás. Casi imposible desfrutar sentados en el campo contiguo de un poco de paz, pueden hasta pisarnos.

Monte Everest (China y Nepal)

La fiebre del postureo ha llegado también al campamento base de una de las montañas más famosas del mundo. El que está situado en la zona del Tíbet ha tenido que restringir la entrada por la afluencia masiva y la acumulación de basuras. Las autoridades chinas barajan otorgar solamente 300 permisos anuales para poder ascender a su cima en su popular ruta.

Monumento en memoria a las víctimas del Holocausto (Berlín)

La comunidad judía está francamente cabreada después de ver cómo se comportan los turistas en un monumento tan importante para ellos y que atrae cada año a miles de visitantes. Cientos de ellos se pierden a diario en sus pasillos laberínticos y muchos otros se suben a las piedras para fotografiarse.

Cuba

El país siempre ha sido un destino turístico por excelencia, pero con la muerte de Fidel y los guiños a la cultura occidental las visitas se han disparado ante el temor de que pierda su esencia en los próximos años. La primera consecuencia de este bum es que los hoteles tienen que adquirir más alimentos y, por lo tanto, que los precios suban para los locales.

Playa de Las Catedrales (Galicia)

Esta idílica playa situada en la costa de la provincia de Lugo activa durante los períodos vacacionales un protocolo que limita las visitas a 4.812 diarias. Son pases gratuitos que se solicitan online y dan derecho a una visita guiada. El Gobierno gallego decidió adoptar la medida al constatarse el deterioro del lugar por culpa del turismo masivo.

Muralla Roja de Calpe (Alicante)

El último caso de vecinos hasta el gorro de los instagramers lo hemos conocido en nuestro país. Los residentes de la famosa urbanización construida por Ricardo Bofill están solicitando del Ayuntamiento todo tipo de medidas para que los turistas no se metan (literalmente) en su casa para fotografiarse.

[Más información: Así le declaran la guerra a los 'instagramers' estos vecinos hartos de las fotos a su edificio]

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