No corren buenos tiempos para Unidas Podemos. Hace cuatro años tuvieron una noche memorable en la que sus aliados consiguieron alzarse con múltiples ayuntamientos, incluyendo los de Madrid y Barcelona. Hoy, los únicos "ayuntamientos del cambio" que se mantienen son Valencia de mano de un Compromís cada vez más alejado de Pablo Iglesias, y Cádiz, fortín de su archienemigo José María González 'Kichi'.

Y cuando llegan las derrotas, los cuchillos empiezan a volar. Y eso que en Podemos hace tiempo que volaban. Pongámonos en situación: la hemorragia todavía no estaba cortada, viendo como el bloque de izquierdas perdía la Comunidad de Madrid precisamente por el hundimiento de Podemos y la división del voto entre Madrid en Pie y Más Madrid, cuando asomaron las navajas.

Por su condición de 'externo' al partido, Juan Carlos Monedero siempre ha gozado de barra libre para defender al pablismo con su particular estilo marrullero. Y la ocasión era propicia para Íñigo Errejón, su enemigo jurado desde propiciara su marcha del partido en 2015 por sus problemas con Hacienda:

Sin embargo, el intento de Monedero de echar las culpas exclusivamente a Errejón se viene abajo en el momento en el que observas con un mínimo de detenimiento los resultados del Partido en todo el país:

Y es que visto lo visto, los zascas se dan solos:

Aunque también hay algunos que han estado de acuerdo con su discurso de "la culpa es de todos menos mía":

Pero la mayoría no estaba de acuerdo ni con la gramática del mensaje:

Aunque quizá también tuviera mucho que ver que su campaña incluyera mensajes como este -ahora borrados- que parecía que los tenían preparados antes de que Juego de tronos acabase como acabó. Y les importó poco que estuvieran haciendo campaña con, básicamente, Hitler.

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