La noche se la esperaba el PP como la del temor. Como mucho, se podría resistir, pero nunca triunfar. Y al final la cerró con sonrisas, y hasta saltos dentro de la sede. Tan mal se veían venir los resultados que hasta se celebró con mayor algarabía mantener la Comunidad de Madrid que recuperar el Ayuntamiento de la capital. Y sólo faltó el confeti, a pesar de que ambos triunfos sólo podrán sustanciarse si Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida son capaces de llegar a un pacto con Ciudadanos y con Vox a la andaluza.

Cuando las ventanas de Génova dejaban ver alegría y hasta saltos, cuando los operarios comenzaron a armar el andamio en la entrada de la sede del partido, los resultados contabilizados no justificaban tanto jolgorio. Pero las proyecciones de voto, según las mesas electorales que quedaban por escrutar, daban por segura la victoria del PP quedando segundo.

Pedro Sánchez habrá logrado teñir de rojo el mapa de Madrid, pero no ha "rematado la faena". Su candidato ungido para el Ayuntamiento, el exseleccionador de baloncesto Pepu Hernández, ha quedado cuarto con un tristísimo 13,72% y sólo ocho concejales, empeorando incluso los exiguos resultados de Antonio Miguel carmona hace cuatro años. Y es su fracaso la principal rémora de las izquierdas en el Ayuntamiento, porque el Más Madrid de Manuela Carmena sólo se ha dejado 18.000 votos y menos de un punto -del 31,85% al 30,93%-.

Carmena asume que no podrá ser alcaldesa de Madrid

Pero la alcaldesa se jubilará -ya anunció que sólo se quedaría en política si seguía al frente del consistorio- como consecuencia de la operación Errejón. Lo que iba a fortalecerla, finalmente provocó la venganza de Pablo Iglesias con nombre de militante de IU, Carlos Sánchez Mato, ex concejal económico de Carmena en Ahora Madrid. Los votos que a él no le han dado ni un concejal, a ella le habrían servido para ganar cuatro años más al frente del Ayuntamiento.

Martínez Almeida, heredero inesperado con cara de meritorio de los restos del naufragio de Esperanza Aguirre, ha demostrado tener el Ayuntamiento en la cabeza, ha desplegado un discurso poderoso en los debates y ha superado su carencia de carisma contra la que parecía su rival directa en la batalla, Begoña Villacís. El PP ha sacado 393.000 votos (24,24%), por 310.000 Ciudadanos (19,13%), cuando hace sólo un mes, el partido naranja le soplaba en la nuca a los populares, a sólo 19.000 votos de distancia.

Almeida puede incluso presumir de 4.000 votos más que Casado en la capital. Quizás el secreto de la resistencia del popular esté en el menor daño que ha hecho Vox: unos 100.000 votantes de Abasca hace un mes, esta vez se han quedado en casa.

La Comunidad, la sorpresa inesperada

Se las prometía muy felices Ángel Gabilondo. Y ya le advertía Íñigo Errejón: "Estamos muy cerca de un cambio histórico, pero alguno va sin prisa, así no se muestra ilusión por el cambio". A saber si ha sido eso. Pero el caso es que entre la imagen agradable del candidato socialista, al que nadie lanzó una crítica en campaña -sólo Ignacio Aguado, candidato de Cs, que lo llamó "marioneta de Sánchez", y nadie le creyó- y la emergencia de Errejón, la victoria de las izquierdas parecía cantada.

Si a eso se sumaba que Podemos había logrado una lista más o menos sólida, con Isa Serra al frente y toda la otra izquierda a su lado, el único dilema parecía averiguar cómo se iban a entender la progresía moderada de Gabilondo y la radicalidad anticapitalista de los podemitas, con Errejón "el traidor" en medio.

Además, la popular Isabel Dïaz Ayuso se reveló como una candidata proclive a declaraciones que alimentan memes de internet. La bisoñez que mostró en los debates, algunas propuestas lanzadas sin preparar a fondo y su supuesto "amor" por los atascos de Madrid la dibujaron como una mala elección de Casado para lograr que el PP resistiera en el Gobierno madrileño.

Pero tantos errores no eran dignos de quien había llevado la comunicación del partido en Madrid hasta hacía pocas fechas. Supo salir de los embrollos, a veces con gracia y otras cambiando el tema del discurso. Y si bien no es a sus resultados que el PP podrá retener el mando -pierde 340.000 votos, 11 puntos y 18 escaños-, sí que ha revertido el sorpasso que sí le había dado Ciudadanos al PP en la Comunidad el pasado 28-A.

El caso es que ella tiene más votos que Ignacio Aguado, porque Ciudadanos se deja 170.000 votos en menos de un mes, y podrá ejercer de líder del centro y la derecha también ante Vox, que se desinfla perdiendo prácticamente la mitad de sus votos desde el 28-A.

Dïaz Ayuso, la inesperada, triunfó en la noche que la estaban esperando los sorayos para utilizarla de ariete contra Casado. Quizá por eso la algarabía en Génova era total. No sólo resistía el PP, lo hacía este PP.