A todo nos ha pasado alguna vez. Estar escribiendo un texto en Word, tocar un poco las opciones del texto para ver cómo queda mejor. Interlineado, tamaño de la fuente...  de golpe tocas el espacio entre los caracteres, todo se apelotona y tus ojos...

Y entonces empiezas a machacar el control+Z como si no hubiera mañana, hasta que todo vuelve a la normalidad y el orden vuelve al universo.

Más o menos eso es lo que le pasó el otro día al diseñador de Zara, solo que en vez de intentar corregirlo, le pareció una absoluta genialidad. Así que decidió presentar el diseño y ha acabado convirtiéndose en el nuevo logo de la compañía gallega:

La razón del cambio es que la compañía quiere colocarse a la altura de otras marcas como Pull&Bear o Balenciaga y crear ropa en la que la gente luzca el logo con orgullo. Por alguna razón, creen que un amasijo de letras es una buena forma. La cosa es que va en línea con los rediseños de otras marcas:

A las redes sociales les encantan los cambios y los reciben siempre con alegría, aplausos y fuegos artificiales... Que no, hombre, no. Es broma. Nada saca más de quicio a la gente que alguien mueva un pixel de su sitio. Y aquí hay muchos pixeles movidos.

Vista la evolución, de los últimos años, podemos hacernos una idea de cómo será dentro de unos años:

Y más allá...

Si quieren que la gente lo lleve puesto, no sé si van por el mejor camino:

De hecho, sospechamos que la forma en la que se llegó al nuevo diseño fue algo así:

Pero vamos a ver, estamos siendo injustos. En realidad las letras del logo se están haciendo un selfie:

Aunque igual tanto cachondeo y no os habéis dado cuenta de que el cambio de logo oculta un mensaje...

Ahora estás avisado...

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