Manuela, dueña de una peluquería, vive épocas de trabajo sin "apenas descanso"
Manuela, dueña de una peluquería: "En Navidad solo cerramos las fechas señaladas, ganamos hasta 700 euros al día"
La propietaria explica que durante la temporada invernal, trabajan "sin apenas descanso".
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Durante el mes de diciembre y la proximidad de la Navidad, estas fechas están marcadas por la acumulación de eventos navideños, cenas de empresa y fiestas familiares, los ciudadanos buscan lucir peinados impecables, nuevos estilos y cortes de pelo.
Para profesionales como Manuela, dueña de una peluquería, esta demanda convierte el mes en una carrera de fondo donde el descanso pasa a un segundo plano.
La empresaria afirma que esta época representa "la más fuerte del año", un periodo crítico que exige mantener la persiana levantada casi sin interrupción para garantizar la viabilidad del negocio.
La presión por conseguir una cita en su peluquería obliga a las clientas a reservar "con semanas de antelación" para asegurarse un hueco en la agenda.
Esta previsión resulta necesaria ante unas jornadas que Manuela describe como "muy intensas", donde el equipo trabaja muchas más horas de lo habitual y, en ocasiones, "sin apenas descanso".
La política del establecimiento durante estas semanas es clara: "aprovechar cada minuto productivo. Solo podemos cerrar las fechas señaladas, como Nochebuena o Navidad, porque es cuando se concentra la mayor parte del trabajo", explica la propietaria.
Renunciar a las vacaciones en estas fechas no es opcional, sino una estrategia de supervivencia financiera. Según detalla Manuela, cerrar en estos días implicaría perder unos "ingresos importantes".
Descansan "lo justo"
Por ello, la organización interna busca descansar "lo justo" para continuar atendiendo el flujo constante de clientes que llenan el local desde primera hora de la mañana hasta el cierre.
El esfuerzo físico y logístico tiene su recompensa en la caja. Manuela revela que, en los días de máxima afluencia, el negocio logra facturar "hasta 600 o 700 euros", una cifra que, según asegura, "no ocurre en ningún otro momento del año".
Este ingreso resulta fundamental para la estabilidad anual de la empresa. La campaña navideña permite a estos negocios "equilibrar meses más flojos", convirtiendo el sacrificio de estas semanas en el salvavidas que permite cerrar el ejercicio con cierta tranquilidad. "Si la Navidad va bien, el año se cierra con algo de tranquilidad pero si va mal, se nota mucho", señala.
Los costes
Sin embargo, el incremento de la facturación no siempre implica beneficios. La propietaria destaca el aumento de los costes necesarios para soportar tal volumen de trabajo.
Durante la campaña navideña, la peluquería asume costes adicionales en "más personal, más productos y más consumo eléctrico".
Manuela matiza la percepción externa del éxito comercial en estas fechas: "No todo es beneficio, aunque desde fuera pueda parecerlo".
A pesar de los costes y la fatiga acumulada, la dueña concluye que el esfuerzo "compensa", consolidando la Navidad como la campaña clave para la supervivencia del pequeño comercio local.