Sevilla
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Alberto es entrenador personal y es autónomo. Cada sesión de entrenamiento le cuesta a sus clientes 40 euros, una tarifa que, según explica, le permite "llegar bien" a final de mes.

Sin embargo, detrás de esa aparente estabilidad económica, esconde una jornada laboral con diferentes dificultades para él.

"Empiezo a las ocho de la mañana y termino, muchos días, más tarde de las diez de la noche", cuenta Alberto, que combina su trabajo en gimnasios y de entrenador personal con diferentes clientes.

Pese a su dedicación, asegura que la situación del sector le obliga a mantenerse como autónomo: "Trabajo también en gimnasios, pero solo me pagan por clases, así que tengo que seguir siendo autónomo", cuenta.

"Al final, para poder pagar el autónomo y que me quede un dinero para poder vivir, estoy todo el día trabajando", explica sobre su situación.

El entrenador reconoce que la diferencia de ingresos entre ambas modalidades es notable. "Los entrenamientos personales se cobran muchísimo mejor que las clases en los gimnasios", reconoce.

"Un entrenamiento personal lo puedo cobrar por 40 euros y una clase de spinning por 15 o 20, depende del gimnasio", añade. Esa diferencia le empuja a buscar constantemente clientes particulares para equilibrar sus ingresos y compensar las horas que dedica en los centros deportivos.

Estudió Ciencias del Deporte

Alberto estudió Ciencias del Deporte, pero desde el principio tuvo claro que no quería dedicarse a la enseñanza ni opositar en el sector público.

"Desde siempre he tenido claro que no quería opositar ni trabajar con niños, así que la única opción que me quedaba era sacarme cursos para poder trabajar en gimnasios y seguir especializándome", afirma.

El auge del deporte y la preocupación por la imagen física han impulsado la demanda de entrenadores personales. Alberto considera que este fenómeno ha beneficiado al sector.

"Por suerte para mí y para mi gremio, estamos viviendo un momento en el que el culto al cuerpo está muy presente. Más allá de que la gente es más consciente de que tiene que cuidarse y hacer deporte por salud, lo que más influye son las ganas que tienen de verse físicamente bien", asegura.

A pesar del largo horario y las exigencias del trabajo autónomo, Alberto mantiene el entusiasmo. Cada cliente nuevo es una oportunidad para seguir creciendo profesionalmente en un entorno competitivo, pero también apasionante.