La playa de Matalascañas.
Un turista en Matalascañas explota ante la nueva zona azul: "Una vergüenza el saqueo continuo de Almonte"
El Ayuntamiento de Almonte defiende un sistema "adaptado y equilibrado", pero muchos lo perciben como un nuevo intento de recaudación injustificada.
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El anuncio de la futura implantación de la zona azul en Matalascañas ha desatado una oleada de críticas entre residentes, turistas y comerciantes. "Una vergüenza el saqueo continuo de Almonte", expresaba un usuario en la red social X (antes Twitter), reflejando el sentir de buena parte de la ciudadanía.
Aunque el Ayuntamiento de Almonte defiende un sistema "adaptado y equilibrado", con bonificaciones y tramos gratuitos, muchos lo perciben como un nuevo intento de recaudación injustificada a costa de quienes disfrutan de este enclave natural durante el verano.
La medida aún no está en vigor, ya que su aplicación se prevé para 2026 tras varias licitaciones fallidas y recursos judiciales, pero ya ha encendido los ánimos.
La Asociación de Propietarios de Matalascañas ha sido una de las voces más activas en la oposición, al considerar que el proyecto responde más a fines económicos que a una necesidad real de ordenación del tráfico o mejora de los servicios.
"Se está imponiendo un modelo sin consenso, con una duración de hasta 30 años y con una opacidad que genera desconfianza", afirman desde la entidad, que incluso ha recurrido a la Fiscalía y al Defensor del Pueblo Andaluz.
En las redes sociales se acumulan los mensajes críticos. Una usuaria denunciaba: "Es vergonzoso que con el estado lamentable del pavimento y el asfalto pretendan recaudar con el aparcamiento en zona azul, por no mencionar que este año no han instalado ni siquiera duchas".
Críticas como esta aluden a la paradoja de pagar más por menos servicios, en un núcleo urbano que, año tras año, sufre de infraestructuras deterioradas, playas mal acondicionadas y ausencia de equipamientos básicos en plena temporada alta.
Respuesta del Ayuntamiento
El consistorio almonteño, por su parte, insiste en que el sistema previsto no se aplicará de forma homogénea, como "algunos insisten en hacer creer". La zona azul se dividirá en tres áreas con tarifas diferenciadas en función de la cercanía a la playa.
Además, los empadronados en Matalascañas no pagarán por aparcar, mientras que los residentes en Almonte y El Rocío podrán beneficiarse de precios reducidos o gratuidad en una de las zonas.
También se han previsto bonos para trabajadores y veraneantes de larga estancia, con el objetivo de "facilitar la convivencia y evitar perjuicios a quienes hacen vida diaria en la zona".
Sin embargo, las explicaciones no han calmado el malestar. Comerciantes y hosteleros temen que la medida disuada a muchos visitantes, afectando a la economía local en los meses de mayor actividad. "Después del caos del año pasado, con calles sin asfaltar y servicios mínimos, ahora quieren cobrarnos por aparcar. ¿Qué será lo siguiente?", se preguntan desde varios negocios de la zona.
El debate ha llegado incluso a provocar movilizaciones. El pasado mes de julio se convocó una protesta con cierre simbólico de locales, en la que vecinos y trabajadores expresaron su rechazo frontal al proyecto.
Entre las principales demandas, piden que se prioricen las inversiones en infraestructuras, se abra un diálogo real con los afectados y se reduzca la duración de la concesión prevista, que en el último pliego superaba los 40 millones de euros y los 30 años de vigencia.
A la espera de que finalicen los trámites administrativos y se resuelvan los recursos aún pendientes, el futuro de la zona azul en Matalascañas sigue siendo motivo de polémica, tensión y desconfianza.
Mientras tanto, el sentimiento generalizado entre vecinos y visitantes es que, más que ordenar el aparcamiento, el Ayuntamiento busca aprovechar el tirón estival para engordar las arcas municipales, sin garantizar a cambio mejoras visibles en el día a día del núcleo costero.
