Turistas en la Plaza de España.
Un vecino de Sevilla estalla contra la masificación en el Centro: "Habría que poner un impuesto a los turistas"
La provincia de Sevilla ha registrado 4,9 millones de pernoctaciones solo en los seis primeros meses del año.
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"Esto ya no se puede aguantar. Habría que poner un impuesto a los turistas, como mínimo. Estamos perdiendo Sevilla". Así de tajante se expresa Manuel, vecino del centro histórico, harto de la masificación que sufre su barrio día tras día.
Su denuncia, aunque lanzada desde la frustración, no es una excepción. Cada vez son más los sevillanos que alzan la voz ante la creciente saturación turística, especialmente en zonas como la Catedral, la Alameda, la calle Mateos Gago o la Plaza del Salvador.
"Sales de casa y no puedes ni caminar. En Semana Santa ya no se cabe, pero es que en pleno julio pasa igual. Aquí no hay descanso", cuenta Manuel, que vive en la zona de la Alfalfa desde hace más de veinte años.
"No son solo las colas o los ruidos. Es que ya no quedan panaderías, ni ferreterías, ni bares de siempre. Todo son heladerías, souvenirs o bares con carta en inglés", añade.
Su propuesta puede sonar radical, pero no es nueva. De hecho, la posibilidad de establecer una tasa turística en Sevilla ha vuelto al debate público tras las declaraciones del subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano.
Tasa turística
En palabras del propio Toscano, "es necesario que, de una vez por todas, la Junta de Andalucía establezca un marco normativo que permita el cobro de una tasa turística que ayude a que estas pernoctaciones lleguen a toda la ciudadanía y pueda ser invertida en la mejora de los distintos servicios públicos".
Las cifras respaldan la preocupación institucional. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia de Sevilla ha registrado 4,9 millones de pernoctaciones solo en los seis primeros meses del año.
De ellas, 3,8 millones corresponden a alojamientos hoteleros y más de un millón a opciones extrahoteleras como apartamentos turísticos, casas rurales o campings.
"Lo mínimo que se podría hacer es que esos ingresos se noten en los barrios. Que se arreglen las calles, se refuerce la limpieza, que haya más policía...", reclama Manuel. "Los vecinos pagamos impuestos, pero somos los que menos importamos. Todo se hace para el turista, no para el sevillano".
Modelo de ciudad
El debate sobre la masificación turística en Sevilla no solo gira en torno a la incomodidad vecinal. También se está transformando en una cuestión de modelo de ciudad.
Entidades vecinales, urbanistas y hasta algunos comerciantes alertan del riesgo de perder la identidad local y de convertir el centro en un "parque temático". A esto se suma la proliferación de viviendas turísticas, que ha elevado el precio de los alquileres y ha expulsado a muchos residentes históricos del casco antiguo.
En otras ciudades europeas como Barcelona, Lisboa o Ámsterdam, ya se aplica desde hace años una tasa turística destinada a mitigar los efectos del turismo masivo. Sevilla, pese a su creciente atracción internacional, sigue sin contar con una regulación autonómica que permita aplicarla.
Mientras tanto, Manuel sigue viendo desde su balcón cómo cada día se forman nuevas colas frente a los bares y los free tours. "No tengo nada contra los turistas, que conste. Pero esto se nos ha ido de las manos. O se regula, o nos echan a todos".