Un niño usa a la vez varios dispositivos electrónicos.

Un niño usa a la vez varios dispositivos electrónicos. E.P.

Salud

El Virgen Macarena lucha contra las pantallas en la infancia: "Crean trastornos del lenguaje y la sociabilización"

La obesidad, la fatiga visual, la miopía progresiva o el estrabismo agudo en la infancia son también algunos riesgos de los dispositivos electrónicos.

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Sevilla
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El abuso de móviles, tablets y videojuegos durante la infancia no solo afecta al sueño o la vista: tiene consecuencias directas a nivel cognitivo, emocional y físico de los menores. Tanto es así que puede generar "trastornos del lenguaje y la sociabilización".

Así lo advierte el neuropediatra Andrés Rodríguez Sacristán, del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, que advierte de que el uso prolongado de pantallas en edades tempranas altera el descanso, favorece el sedentarismo, afecta a la alimentación e incluso puede generar cambios en el estado de ánimo o la conducta.

Para combatir este fenómeno, el centro hospitalario ha puesto en marcha una campaña pionera con espacios libres de dispositivos electrónicos en el área de Pediatría, que promueve el juego creativo y la desconexión digital desde la sala de espera.

"Las pantallas, cuando se usan de forma excesiva, reducen la calidad de vida de los niños en múltiples áreas", explica el especialista.

En el plano neurológico, detalla que su uso antes de dormir interfiere en los ritmos circadianos y la producción de melatonina, lo que retrasa el inicio del sueño, acorta la fase REM y genera somnolencia diurna.

A estos efectos se suman otros como la alimentación desequilibrada, el riesgo de obesidad, la inactividad física o la fatiga visual, con patologías cada vez más comunes como la miopía progresiva o el estrabismo agudo en la infancia.

Trastornos del neurodesarrollo

"Todo esto favorece estados de ánimo depresivos, alteraciones de conducta, baja autoestima" e, incluso, "una alteración del desarrollo cerebral", señala.

En este sentido, el especialista apunta hacia "algunas formas de trastornos en la comunicación, trastornos en el lenguaje y trastornos en la sociabilización", sobre todo en niños pequeños.

"Entre el año y los tres añitos sí se ha visto que hay formas de dificultades en la comunicación que se están acrecentando por el uso excesivo de las pantallas", ratifica.

El papel clave de las familias

El entorno familiar juega un papel determinante en el uso que hacen los menores de las pantallas. "Existe una fuerte asociación entre el tiempo que los padres pasan frente a dispositivos y el de sus hijos, especialmente durante las comidas y en el dormitorio", señala el doctor Rodríguez Sacristán.

Este modelo de comportamiento puede afectar a la interacción con los hijos, dificultando la interpretación de sus necesidades y generando conductas de malestar, como rabietas o alteraciones del comportamiento para reclamar atención, según apunta el neuropediatra.

Además, el uso del teléfono como herramienta de recompensa o distracción en niños de entre uno y cuatro años puede provocar una dependencia temprana del dispositivo.

"Cuando se utiliza el móvil para calmar al niño, este acaba exigiéndolo como única vía para regular sus emociones. Si no lo consigue, se frustra, y esa frustración impide que desarrolle estrategias propias de autogestión emocional", advierte el especialista.

Peor en la adolescencia

Sin embargo, Rodríguez Sacristán matiza que durante la adolescencia los efectos son aún más profundos. El uso intensivo de pantallas activa de forma desproporcionada el sistema límbico, vinculado a la gratificación inmediata, mientras reduce la actividad de la corteza prefrontal, encargada de funciones ejecutivas como la toma de decisiones, la planificación o el control de impulsos.

Este desequilibrio se traduce en un aumento de la impulsividad, menor tolerancia a la frustración y dificultades para mantener la atención.

La multitarea digital, habitual en esta etapa, también tiene consecuencias: se asocia con una menor capacidad para filtrar distracciones, una memoria de trabajo más limitada y peores resultados cognitivos.

Según el experto, los adolescentes que pasan muchas horas frente a las pantallas tienen más probabilidades de presentar dificultades graves en su desarrollo cognitivo y académico.

Espacio libre de pantallas

Ante esta situación, el Hospital Virgen Macarena ha lanzado una campaña pionera para "desincentivar el uso de dispositivos móviles entre los pacientes pediátricos".

La medida consiste en la habilitación de un espacio libre de pantallas en la sala de espera de consultas externas de Pediatría. Allí, los menores pueden pintar, dibujar o realizar actividades creativas con materiales diseñados para fomentar la expresión artística y el juego simbólico.

El entorno se identifica con el lema: 'Las pantallas debes dejar, si puedes sentarte a pintar'. Además, el personal del hospital entregará un diploma a los niños que participen en la actividad como forma de reconocimiento.

La iniciativa se extenderá progresivamente al resto de salas de espera pediátricas del edificio principal, y se prevé organizar un concurso con todos los dibujos recogidos.

La campaña tiene como objetivo "humanizar las dependencias hospitalarias y promover estilos de vida saludables desde edades tempranas".

Según destacan desde la Consejería de Salud, el dibujo no solo entretiene: también mejora la coordinación ojo-mano, estimula la imaginación y facilita la expresión emocional, especialmente en aquellos niños que tienen dificultades para comunicarse verbalmente.

Con esta medida, el Hospital Virgen Macarena apuesta por un entorno más amable y consciente del papel que juegan los estímulos digitales en la salud infantil.