Tristán Tristán, presidente del club de negocios Tom Collins.
Tristán Tristán, presidente del club Tom Collins: "Los empresarios pasamos de héroes a villanos muy rápido"
El empresario sevillano sostiene que "los mejores negocios se hacen cuando lo pasas bien y te relajas", y muestra de ello es el éxito que ha cosechado su iniciativa.
Más información: Tom Collins, el club de negocios sevillano con nombre de cóctel que persigue una forma distinta de hacer networking
El club de negocios Tom Collins nació casi por casualidad, cuando cuatro amigos empresarios decidieron reunirse una noche para compartir ideas y contactos de una forma distinta a la habitual.
Lo que empezó como una cena entre conocidos se convirtió pronto en una comunidad con más de una veintena de miembros, con una estructura formal y una directiva establecida. Su objetivo es claro: fomentar relaciones empresariales reales en un ambiente distendido, lejos del networking convencional.
Cada mes organizan visitas a empresas y cenas en las que los socios pueden invitar a nuevos participantes. El próximo 30 de octubre, Tom Collins celebrará su encuentro más importante del año, una cita solidaria que contará con la participación de la Fundación Ronald McDonald, con el propósito de recaudar fondos para ofrecer una vivienda a una familia cuyo hijo se encuentre hospitalizado en Sevilla.
¿De qué se trata el club de negocios Tom Collins y cómo empezó?
La historia empieza con cuatro amigos empresarios que nos juntamos un día. Ahí pensamos que no nos gustaba el sistema que tenían antiguamente otros clubs de empresarios a los que habíamos asistido. Entonces propusimos reunirnos una vez al mes y que cada uno llevara un invitado a la cena para que aportara mucho.
Cada vez que hacíamos una cena, alguien se quería apuntar al evento, de forma que empezamos siendo seis personas en una cena y, en cuestión de un año, nos convertimos en más de veinte personas. Ya nos vimos en la obligación de hacer algo más serio e hicimos unos estatutos. Yo era el presidente.
Ahora tenemos una directiva y somos 22 miembros. Hacemos dos reuniones todos los meses. En una visitamos a nuestro compañero y nos enseña su empresa. Así nos vamos con una imagen en la cabeza de lo que realmente es nuestro compañero. El otro evento que hacemos es el último jueves de cada mes y es cuando hacemos la cena. En ella, como en el principio, cada uno lleva a un invitado.
Son reuniones muy dinámicas en las que intentamos que todo el mundo se conozca y, sobre todo, intentamos que la gente vaya a pasárselo bien. No queremos que la gente vaya a un networking. De hecho, cuando invitamos a alguien no le decimos que vamos a un networking; decimos "vente a cenar, que te voy a presentar a gente bastante interesante".
¿Se puede apuntar cualquier empresario a vuestros encuentros?
Normalmente tiene que ser invitado por un miembro de Tom Collins, pero en la página web se puede solicitar y pueden venir a cualquier evento.
¿Qué tipo de empresas forma parte de vuestro club?
Hay de todo. Hay mucha empresa de construcción, tenemos empresas del sector legal, nosotros somos del sector servicios, hay informática, hay limpieza y recursos humanos, financieros... No estamos cerrados a un solo sector, sino que el abanico es muy amplio.
Está de moda hacer networking, ¿qué destacaría de vuestra manera de organizarlo?
Nosotros, más que networking, hacemos un after work. La idea es echar un rato el último jueves del mes y compartir las ideas que hemos hecho en nuestro negocio o nuestros casos de éxito. En Tom Collins hay más proyectos que ventas, por ello a la gente que viene le decimos que no traigan tarjetas ni vengan a vender; que vengan simplemente a pasárselo bien.
Esto es como en la feria, al final los mejores negocios los haces cuando te lo estás pasando bien y estás relajado. Queremos crear un ambiente donde, el que tenga capacidad de decisión, se lo esté pasando bien, esté relajado, porque cuando alguien se lo pasa bien y es relajado es capaz de escuchar a quien está enfrente. Ahí es donde salen las oportunidades de negocios y muchos proyectos.
Es muy diverso, pero ¿cómo definiría al empresariado andaluz?
Yo creo que el empresario andaluz ha evolucionado muchísimo. De hecho, nuestro club de negocio empezó como algo totalmente distinto. No queríamos la típica asociación de empresarios andaluces con una banda, con un título o con diplomas. Queríamos algo fresco, queríamos gente con ganas de hacer cosas nuevas. Ahora el empresario andaluz es muchísimo más valiente. También encuentra más oportunidades porque hay más facilidad para acceder a la financiación y hay más formación. Hemos evolucionado para bien.
¿Y al sevillano?
Creo que depende mucho más de la generación. Los jóvenes vienen pisando muy fuerte con ideas muy nuevas y con cosas que nos aportan muchísimo la sociedad. Buscan la solución del cliente, que muchas veces pesamos más en la venta que en la solución que necesita como tal.
El próximo 30 de octubre tienen un evento, que es quizás vuestro networking más importante del año. ¿Qué tiene este de especial?
El evento surgió para darle una publicidad y una presencia a los clubes en Sevilla. Lo que pasa es que como todo ha ido evolucionando, han venido diferentes ponentes, han pasado por aquí Pablo López de Silbo, estuvo el año pasado Salvador Descampado y este año viene Fede Quintero, pero le hemos quedado un paso más y hemos cerrado con la Fundación Ronald McDonald. Vamos a hacer algo que va a ser superdivertido para que la gente se involucre y podamos recargar fondos para ayudar a esas familias que están pasándolo mal con sus hijos en los hospitales de Sevilla.
¿Podría adelantar algo?
Sí. Al final del evento, Ronald McDonald va a hacer una especie de exposición y después de eso nos dará la facilidad de poder aportar nuestro granito de arena en el mismo evento, con el objetivo de conseguir que una familia sevillana pueda tener un piso durante un año.
Usted como empresario y emprendedor ¿cree que España es un buen país para emprender?
España me recuerda a países como Italia, donde la política va por un lado y la economía va por otro. A pesar de todas las trabas que nos están poniendo, el empresario sigue siendo valiente, sigue contratando gente, se la sigue jugando y sigue intentando crecer. Yo no diría que nos lo ponen fácil; diría que hay dos caminos, uno en la política y otro en el empresario.
¿Cree que el problema es que no hay cultura emprendedora o no se impulsa en los institutos y universidades?
En mi época no se impulsaba absolutamente nada. Cuando estudié la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas nos preparaban para ser directivos, no para emprender. Ahora, sin embargo, los jóvenes salen muchísimo más formados. También hay muchísima más información en internet, y a eso se suma, en mi opinión, que las generaciones de esta edad son bastante más valientes.
¿Cree que el Gobierno central debería mirar más por los empresarios y emprendedores como creadores de empleo?
Pasamos de héroes a villanos muy rápido. Pasamos de autónomos y héroes cuando emprendemos y damos empleo, pero cuando seguimos siendo autónomos y necesitamos ayuda, ya somos villanos.
Y no estamos en la posición que creo que se debería tener a este empresario que se la juega, que se juega su patrimonio y que es capaz de contratar a gente y de ayudar a la economía y mover IVA, IRPF, mover impuestos de sociedades. Y, encima, muchas veces la imagen que damos es que restamos más que aportamos.
El Gobierno andaluz saca pecho del crecimiento de las empresas, pero como empresario ¿cómo valora el momento actual político, económico y social que está viviendo Andalucía?
Yo tampoco he visto muchísimas diferencias. A nivel económico, es cierto que vamos bastante bien, pero no sé si es por las acciones del equipo de Juanma Moreno o porque la inercia a nivel de España también nos está empujando a nosotros.
Creo que el político, no solo el andaluz, no está centrado en lo que la sociedad necesita realmente, que es creación de vivienda, la creación de puestos de trabajo y facilidad para los autónomos para crear empresas.