Una pareja quitándose el anillo de casados.
Sevilla, a la cola en divorcios en Andalucía pese a ser la más poblada mientras Huelva lidera la lista con la menor población
Las tasas más bajas de divorcios se dan en Jaén, con 155 por cada 100.000 habitantes, y Almería, que ocupa el último lugar con una tasa de 144.
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Pese a ser la provincia más poblada de Andalucía (en abril de 2025 contaba con 1.972.505 según datos oficiales), Sevilla presenta una de las tasas de divorcios más bajas de la comunidad autónoma. En la otra punta de la balanza, la provincia menos poblada, Huelva, es líder en divorcios.
En concreto, Sevilla se sitúa en el quinto lugar del ranking andaluz, con una tasa de 171 divorcios por cada 100.000 habitantes. Esta cifra la posiciona por debajo de otras cuatro provincias, aunque las diferencias no son especialmente acusadas.
La provincia con mayor número de divorcios en proporción a su población es Huelva, que encabeza la lista con 176 divorcios por cada 100.000 habitantes. Es reseñable el hecho de que el territorio onubense es el menos poblado de toda la región andaluza, con 535.836 habitantes según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Muy cerca se encuentran Cádiz y Córdoba, ambas con una tasa idéntica de 175. Granada, por su parte, ocupa el cuarto lugar con 172 divorcios, solo uno por encima de Sevilla.
A continuación, Málaga, la segunda provincia más poblada de Andalucía, se sitúa apenas un punto por debajo de Sevilla, lo que muestra que estas cinco provincias —Huelva, Cádiz, Córdoba, Granada y Sevilla— se mantienen en un margen relativamente estrecho. Sin embargo, hay una diferencia algo más marcada con respecto a las provincias que cierran el listado.
Las tasas más bajas de divorcios en Andalucía se dan en Jaén, con 155 por cada 100.000 habitantes, y Almería, que ocupa el último lugar con una tasa de 144.
Aumento de separaciones
El caso concreto de la provincia de Sevilla, es importante señalar que experimentó en 2024 un repunte en el número de separaciones, con un total de 196 casos registrados durante el pasado ejercicio.
Se trata de la cifra más alta en los últimos cinco años, lo que supone un ligero cambio de tendencia tras un periodo de relativa estabilidad.
De estas separaciones, la gran mayoría (177) fueron no contenciosas, es decir, se resolvieron de mutuo acuerdo entre las partes. Solo 18 casos necesitaron de la intervención de un juez, lo que refleja una preferencia clara por soluciones pactadas en este tipo de procesos.
En cuanto a los divorcios, la cifra también ha aumentado respecto a 2023, aunque de forma moderada. Durante 2024 se produjeron 3.374 divorcios en la provincia, una cifra que se mantiene dentro de la media habitual registrada en Sevilla, situada en torno a los 3.551 casos.
Pese al repunte, los datos confirman una tendencia sostenida y sin grandes fluctuaciones en la última década.
Matrimonios sin hijos
Tanto en las separaciones como en los divorcios, los matrimonios sin hijos representan un porcentaje elevado. En el caso de las separaciones, el 67,35 por ciento de los procedimientos registrados en 2024 correspondían a parejas sin descendencia. En los divorcios, el 42,52 por ciento también se produjeron en matrimonios sin hijos.
No obstante, en los procesos de divorcio se aprecia una presencia significativa de parejas con hijos en situación de dependencia —menores de edad o con necesidades especiales—. En estos casos, el 35 por ciento de los divorcios registrados correspondieron a matrimonios con dos hijos o más.
Por otro lado, los datos confirman que la mayoría de las parejas que se divorcian lo hacen sin pasar previamente por un proceso de separación legal. Solo un 8,3 por ciento de los divorcios registrados en la provincia durante 2024 estuvieron precedidos de una separación formal. En consecuencia, el 91,7 por ciento de las parejas optaron directamente por el divorcio.
Diferencia entre separación y divorcio
En este contexto, conviene recordar que la separación y el divorcio, aunque a menudo se utilicen como sinónimos en el lenguaje común, tienen implicaciones jurídicas diferentes.
Según el Código Civil, mientras que la separación supone el cese de la convivencia y de las obligaciones conyugales sin romper el vínculo legal del matrimonio, el divorcio implica la disolución definitiva del mismo.
Es decir, las personas separadas siguen estando casadas y no pueden volver a contraer matrimonio, mientras que las divorciadas recuperan su capacidad legal para hacerlo.
Desde la reforma del Código Civil de 2005, no es necesario separarse antes de iniciar un proceso de divorcio, lo que ha llevado a muchas parejas a optar directamente por esta vía cuando deciden poner fin a su relación.