Con tantos cambios de opinión y con una agenda política tan frenética la hemeroteca, maldita a veces, puede jugar malas pasadas.
"No caben negociaciones bilaterales para discutir un modelo de financiación, porque todos bebemos de la misma fuente y comemos de la misma tarta".
Estas no son palabras del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el pasado lunes tras firmarse el acuerdo entre el Gobierno con la Generalitat de Cataluña para un nuevo modelo de "financiación singular".
No, ni tampoco de la portavoz del Gobierno del PP y consejera de Hacienda, Carolina España. Son de la actual vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien por cierto se ausentó de esa firma.
Y no son del pasado lunes, sino de hace nueve años. Las dijo durante una entrevista concedida a Canal Sur el 4 de noviembre de 2016 cuando ella era consejera de Hacienda del Gobierno de Susana Díaz en Andalucía.
La hemeroteca, por enésima vez, ha vuelto a traicionarla tras achicharrarse las manos por Santos Cerdán y cuestionar hasta a Josep Borrell.
Y puede hacerlo de nuevo. Sobre todo porque nueve años después, hace unos días y en la tierra que aspira a gobernar tras las próximas elecciones autonómicas, dejó muy claro su objetivo: "federalizar" para todas las comunidades "por igual" el citado sistema de financiación singular.
El cual, insiste por activa y por pasiva, no supone "ningún agravio". "Mientras haya un solo socialista en la Moncloa, nunca jamás habrá privilegios de unos territorios contra otros", dijo el otro día en Cádiz.
Su intención con esa frase es también salvar los últimos muebles socialistas en Andalucía, donde su partido, según el último barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra), publicado el pasado jueves, va en caída libre en intención de voto y hacia el abismo.
De hecho, con Montero como líder, según esta encuesta, la federación más numerosa de España se anotaría el peor resultado de su historia en la comunidad: obtendrían entre 24 y 26 escaños, lejos de los 30 que tienen ahora y de los hasta 28 que les daba el mismo Centra en marzo de este año.
Mucho ha llovido desde que ella misma pusiera esa línea roja como consejera andaluza. Sobre todo porque en esta misma entrevista de noviembre de 2016 dijo que el Gobierno andaluz de entonces vigilaría al Ejecutivo para que este no cayera "en la tentación de paliar los problemas de Cataluña compensándola económicamente en detrimento de otros territorios como Andalucía".
Lo peor es lo que muchos socialistas del sur opinan: el acuerdo puede que no llegue a consumarse porque necesita la reforma de leyes, como la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFTA), cuestión improbable ante la situación del Congreso.
Pero al PSOE andaluz, de cara a su parroquia, lo destroza y le hace un daño terrible. Por eso, como cuenta Laura Garófano en su reportaje, cada vez son más los socialistas que piden a cara descubierta que María Jesús Montero venga y explique las cosas.
Otros le solicitan directamente que deje el Ministerio de Hacienda y salga ya el Gobierno en un intento de suavizar la debacle.
Tras pasar unos días sin agenda pública por el tsunami del cupo catalán, el pasado jueves Montero reapareció en Málaga.
Y lo hizo con una bocanada de aire tras la imputación de su predecesor en el cargo, el que fuera ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, por supuestamente tejer una "red de influencias" para beneficiar con cambios legislativos a empresas del sector de los gases a cambio de pagos a la consultora Equipo Económico.
El 'y tú más'
Montero entró de lleno en el 'y tú más', pidiéndole explicaciones al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y del PP andaluz y presidente de la Junta, Juanma Moreno, sobre lo que hacía Montoro entre 2011 y 2018.
Es decir, ellos sí tienen que saber lo que hacía el ex ministro mientras Feijóo gobernaba en Galicia y Juanma Moreno era secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad y, a partir de 2014, presidente del PP andaluz.
Pero Pedro Sánchez no tiene por qué saber nada sobre lo que hacían sus dos últimos máximos cargos de confianza, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, en su partido y en su gobierno. Es como si a Sánchez le preguntara Feijóo por el caso Filesa.
Sin embargo, no sólo Montero debe tener cuidado con la hemeroteca, también el PP, ya que la imputación de Montoro fue como un déà vu de aquellos tiempos convulsos que llevaron a Sánchez a hacerse con las riendas de un país, según él, a la deriva por la corrupción.
También porque la estrategia de los populares sobre la corrupción del PSOE ha quedado tocada y hay que tener en cuenta que ya ha quedado lejos aquello de que los ciudadanos no la castigan con su voto. El último sondeo del Centra dice lo contrario.
El 36 por ciento de los andaluces sitúa la insatisfacción con la política, la desconfianza y la corrupción como el principal problema que existe en España.
Todo ello, por encima del acceso a la vivienda o del paro, vitales en la vida de cualquier persona. Es decir que el 'y tú más' ya no pasa tan desapercibido y más vale que nuestros gobernantes y los que aspiran a serlo tomen nota.