Los pequeños andaluces adquieren las primeras nociones de la comunidad en la que viven en la escuela, o cuando se dirigen a ella. Memorizar el himno o recordar los añorados paseos por ‘Andalucía de los niños’ forman parte de los primeros recuerdos escolares de muchos lectores. ¿Quién no ha recitado alguna vez en clase el célebre canto de Manuel Machado? Dentro de tres días, el 28 de febrero, Andalucía celebra su día. Su capital hace referencia en el callejero a todas las provincias. Sigamos el “andar y contar” de Manuel Chaves Nogales para hacer un recorrido por nuestra particular “tierra de encuentro” a través de tres avenidas y cinco calles que conforman esta otra ‘Andalucía’ sevillana.

Nuestra avenida de Cádiz no es precisamente "salada claridad", aunque sus árboles ofrecen una gran sombra que se agradece durante los meses de verano. El azul del mar lo mantiene, aunque solo sea por la zona de aparcamiento que tanto susto da a quienes se mueven en coche. Aquí no hay carnaval. Antes los sevillanos partían desde la estación que preside la vía hacia la ‘tácita de plata’, pero ya no hace falta coger un tren para nadar o comer pescado, pues el edificio alberga hoy un gimnasio con piscina y un completo mercado.

Las calles Francisco Bruna y Tetuán están unidas por Granada. El único "agua oculta” que por aquí “llora" son las lágrimas de aquellos políticos que cada cuatro años deben abandonar sus despachos, o la que cargan los ‘aguaores’ que acompaña a los costaleros que cargan sobre sus cuellos lágrimas de dolorosas al atravesar la calle por la Carrera Oficial antes de entrar en la Plaza.

Córdoba tiene algo todavía de "romana y mora", aunque solo sea por el incienso que venden bajo su decorado azulejo, junto a la puerta lateral del patio de los naranjos de la iglesia del Salvador. La plaza aledaña permanece muda -más que “callada”- en la noche del Domingo de Ramos, cuando el Cristo del Amor sube la rampa.

La avenida de Málaga va desde la fuente de Menéndez Pelayo hasta la calle Juan de Mata de Carriazo, antigua frontera del barrio de San Bernardo. En los últimos años ha despegado tanto como los aviones del aeropuerto de la Costa del Sol. Ni las locomotoras cantan ya. De ”cantaora” solo queda el sonido de las declaraciones de los juicios celebrados en la audiencia cercana...

Almería une las calles Baños y Luis Rey Romero. Lo de “dorada” no sé si será por los 412 kilómetros que nos separan de su playa. Únicas capitales de la comunidad enlazadas en vuelo directo. Quizás la lejanía, como la del Neolítico tardío que vio nacer al Indalo (el símbolo más antiguo de Andalucía), es la razón por la que lleva su nombre una de las calles más perdida que la caseta de feria.

La plaza Nueva se conecta con Albareda a través de la calle Jaén. “Plateado” eran los relojes que mostraban los escaparates de la tradicional joyería que a ella se asomaban hasta hace poco. También el color de los bolsos de moda ansiados por las turistas asiáticas que visitan la ciudad. Hasta Jaén se viajaba en bus, hoy asoman a esta calle las cristaleras de la compañía de autobuses turísticos más internacional, que además es sevillana.

Huelva une la plaza de Jesús de la Pasión (antigua plaza del Pan) con Ángel María Camacho. La única orilla existente por aquí está bajo tierra, en la próxima cisterna romana. Seguro que habitan más de tres calaveras (no "carabelas"), bajo los suelos de mármol de las iglesias cercanas. Provincia generosa siempre, la ciudad dedicó un tramo de esta calle a quien compusiera el Himno del centenario de la coronación de la Virgen del Rocío, el gran Rafael González Serna.

“Y Sevilla”, cuya avenida nos conecta con el futuro: la universidad. Pablo de Olavide, el ilustrado que puso Sevilla y sus calles en un plano hacen más de 250 años.

La ciudad también tiene una avenida de Andalucía, cuyo vecino más ilustre es Gambrinus, pero ese sueño empresarial es otra gran historia que daría para una columna, o dos. Andalucía hoy anda y cuenta. Feliz Día de Andalucía.