Imagen de un miembro de la Guardia Civil en la casa.

Imagen de un miembro de la Guardia Civil en la casa. EP. Sevilla

Sevilla SUCESOS DE SEVILLA

David, el camarero acusado de apuñalar 480 veces a Anabel, culpa a la droga del crimen: "Es reservado y desagradable"

El presunto autor de los hechos iba y venía desde La Algaba a San Jerónimo, donde trabajaba, en patinete eléctrico.

Antes de vivir en el citado municipio, vivía en la Macarena, pero de aquel piso lo echaron.

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Sevilla
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David A. S., presunto autor material del asesinato de Anabel en la localidad sevillana de La Algaba, a la que asestó 480 puñaladas, es natural de Alhaurín de la Torre (Málaga) pero lleva años afincado en Sevilla y trabajando como camarero en un bar de San Jerónimo, en la calle Factores.

Fumador, poco hablador y "algo desagradable", así lo describen los vecinos de la barriada de San Jerónimo que solían tener relación con él, ahora consternados por los recientes acontecimientos.

Su labor era atender las mesas de los veladores, de modo que el contacto con los clientes era habitual y diario. Sin embargo, y pese a la cercanía que podría llegar a mostrar una persona con tal oficio, los clientes lo definen como alguien "reservado".

"Más de una vez la gente se había quejado de las contestaciones que daba", afirma una vecina. La misma fuente asegura que el presunto autor del asesinato aprovechaba cualquier momento para salir del bar, irse a la esquina, y encenderse un cigarrillo de liar.

"Allí hablaba por teléfono, siempre al otro lado de la calle, lejos, nunca delante de los clientes", relata. Además, afirma que llegaba y se iba solo. "Aparecía por la esquina con el uniforme negro y, a la hora de irse, hacía lo mismo".

"No he mantenido jamás una conversación con él, y voy muy a menudo al bar, pero es una persona manifiestamente desagradable", asegura la sevillana. "Educado", matiza, "pero desagradable".

No se presentó a trabajar

La mañana de los hechos, la del domingo 14, David no se presentó a trabajar. Una fuente cercana al caso afirma que, en un principio, se pensaron que estaría de resaca. "Le gustaba tomarse sus cervecitas. Varias, de hecho", declara a este medio.

Pasadas las horas y sin responder al teléfono móvil ni a los mensajes, comenzaron a preocuparse. "Iba y venía en patinete de La Algaba, y días antes alguien le había avisado de que tenía la luz fundida", relata.

Por ese motivo, la hipótesis de su ausencia laboral pasó de centrarse en una noche de fiesta a un trágico accidente. Horas después, y tras personarse en la casa del presunto asesino, descubrieron la situación.

Esta misma fuente apunta a que, cuando David se entregó en la farmacia, "estaba completamente ido". "Solo decía que quería hablar con la policía y que todo era culpa de la droga", afirma.

Fue el lunes 15 de diciembre cuando el varón malagueño se personó en la farmacia ubicada en la Plaza de la Papachina, lugar en el que, después de emitir un discurso "extraño" solicitó a los trabajadores poder hablar con la Policía.

"Cuando se entregó llevaba la misma ropa con la que había salido de su trabajo el sábado sobre la una de la mañana", confirma la fuente más próxima al caso. Es decir, llevaba dos días con las mismas prendas.

Drogas

El malagueño ha achacado los hechos del crimen al consumo de drogas. No obstante, ninguno de los vecinos de la barriada ni clientes del bar lo han visto consumir.

"A ciencia cierta no lo sé, yo no lo he visto nunca consumir", asegura un vecino de San Jerónimo. "Lo he visto con la 'caraja', pero pensaba que era porque se habría tomado algunas cervezas", declara.

Sin embargo, esta misma fuente insiste en que el lugar en el que residía en la actualidad David en La Algaba era un espacio de "mucho menudeo", por lo que "no sería extraño que consumiera droga".

En este punto es importante señalar que, antes de residir en La Algaba, el malagueño había pernoctado un tiempo en la barriada de La Macarena. "De aquel piso lo echaron, no sé si por impago o por liarla, pero lo echaron".

Autor confeso

Fuentes internas a la investigación han confirmado a EL ESPAÑOL de Sevilla que en el calabozo, David A. S. se negó a hablar en todo momento. "Ha sido por culpa de la droga" y "quiero hablar con mi abogado" es todo lo que salía de la boca del presunto asesino.

Finalmente, ante la Juez, David ha reconocido ser el autor de los hechos y ha atribuido el asesinato al consumo de sustancias estupefacientes.

El cuerpo de Anabel fue hallado por su hijo menor de edad, que encontró a su madre en el baño y llamó a su padre, exmarido de la asesinada, quien avisó al servicio de Emergencias 112.