José Luis García, delegado de Barrios de Atención Preferente del Ayuntamiento de Sevilla.
José Luis García, el delegado de Barrios, defiende al Polígono Sur: "Tiene una falsa fama de peligrosidad que no es real"
Este barrio, históricamente marcado por la desigualdad y los conflictos, está siendo atendido con programas sociales e intervención comunitaria para mejorar la vida de sus vecinos.
El Ayuntamiento y la Junta continuarán con la demolición de los bloques destruidos, que estaban siendo utilizados para actividades delictivas, y su sustitución por viviendas dignas.
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El Polígono Sur, uno de los barrios más conocidos y a la vez estigmatizados de Sevilla, ha sido considerado durante décadas un lugar lleno de desigualdad urbana, pobreza estructural y conflictos sociales.
Sin embargo, también es un territorio donde se concentran muchos programas sociales y recursos de intervención comunitaria que buscan mejorar la vida de sus vecinos.
Para abordar los retos de este barrio de atención preferente -donde en una parte del mismo se ve afectada por la violencia y el tráfico de drogas- el Ayuntamiento ha reforzado la presencia de trabajadores sociales, equipos de calle y dispositivos de formación y empleo, al tiempo que trabaja junto a la Policía Nacional para garantizar seguridad y normalidad.
José Luis García, delegado de Barrios de Atención Preferente, analiza en esta entrevista con EL ESPAÑOL de Sevilla cómo se conjugan estos esfuerzos, cuáles son los principales enemigos del barrio y cómo se proyecta una gestión que aspire a recuperar los espacios públicos y ofrecer oportunidades reales a niños, jóvenes y familias.
¿Qué implica que el Polígono Sur sea un barrio de atención preferente?
Que el Polígono Sur sea considerado un barrio de atención preferente significa que recibe un refuerzo específico de recursos y actuaciones sociales por parte de las administraciones. Esto se traduce en más servicios, más profesionales y más programas que en otros barrios de Sevilla.
Por ejemplo, el Polígono Sur cuenta con un centro de atención temprana infantil que no está presente en otras zonas. También dispone de técnicos de intervención social y laboral que trabajan directamente en la calle con los jóvenes, así como un mayor número de trabajadores sociales para atender a las familias.
A nivel de empleo, el barrio tiene un dispositivo especial con talleres formativos y programas específicos, como el denominado sub-web. Además, recibe más subvenciones destinadas a iniciativas como el programa Equípate, que ayuda a las familias con la compra de material escolar.
En resumen, ser un barrio de atención preferente implica que los programas sociales que existen en otras zonas se aplican en el Polígono Sur con mayor intensidad y que, además, cuenta con servicios extra —como el grupo de calle o el centro de terapia— que no se ofrecen en todos los barrios.
En los últimos meses se ha hablado de avances pero también ha habido nuevos episodios de violencia. ¿Cómo se conjuga el trabajo social con el control de la seguridad?
La coordinación entre el trabajo social y la seguridad es esencial. Sin un entorno seguro, la labor de los trabajadores sociales se ve limitada e incluso puede ponerse en riesgo. Es cierto que no siempre es fácil vincular directamente la intervención social con una presencia policial constante, porque eso puede generar rechazo en parte del vecindario. Aun así, un aumento de la seguridad facilita que los equipos sociales puedan desarrollar su trabajo con mayor eficacia.
Conviene distinguir competencias: la Policía Local suele centrarse en tareas como el control del tráfico o los ruidos, pero los problemas de seguridad más graves del Polígono Sur —como los tiroteos o el tráfico de drogas, que siguen siendo las principales preocupaciones— corresponden a la Policía Nacional, que es quien debe actuar ante ese tipo de delitos.
Los avances sociales solo pueden consolidarse si van acompañados de un refuerzo en la seguridad. Ambos ámbitos deben trabajar en paralelo: la intervención social para mejorar las condiciones de vida del barrio y la seguridad para garantizar un entorno donde ese trabajo sea posible.
¿Cuál es el objetivo a medio plazo de su delegación en esta zona?
El objetivo a medio plazo de la delegación es, sobre todo, recuperar el espacio público para la ciudadanía. Muchos de esos espacios están deteriorados o han sido ocupados por personas que no les dan un buen uso, y la idea es devolverlos a los vecinos: que los niños puedan jugar, que las familias paseen, que las personas mayores se sienten en una plaza y que haya convivencia y vida comunitaria.
Otro objetivo importante es garantizar que las familias dispongan de los recursos mínimos para su día a día, como acceso a alimentos, apoyo para cubrir necesidades básicas y medidas que contribuyan a normalizar su vida cotidiana.
Y, junto a todo ello, hay una prioridad transversal que es la seguridad. Para lograr la tranquilidad y la normalidad que tendría cualquier otro barrio, la delegación considera fundamental un refuerzo de la Policía Nacional, que permita estabilizar la zona y facilitar el trabajo social y comunitario.
¿Cómo se combate el estigma que pesa sobre el Polígono Sur sobre los propios sevillanos?
Combatir el estigma del Polígono Sur pasa, ante todo, por invitar a los propios sevillanos a conocer el barrio. Existe una falsa fama de peligrosidad que no se corresponde con la realidad. Es cierto que hay zonas con problemas y conflictos, pero eso no define a todo el barrio.
En el Polígono Sur se puede pasear con normalidad, asistir a un taller, estudiar o disfrutar de sus espacios culturales. De hecho, cuenta con una oferta educativa muy destacada, con ciclos de Formación Profesional y grados superiores de gran nivel para los jóvenes. También tiene equipamientos culturales de referencia, como la Factoría Cultural, y recursos comunitarios plenamente accesibles mediante transporte público.
Es un barrio humilde, sí, y tiene áreas más deterioradas que otras, como ocurre en muchos lugares. Pero la mayor parte de sus vecinos son personas trabajadoras, que se esfuerzan cada día por sacar a sus familias adelante. Los problemas que generan estigma provienen de una minoría muy pequeña.
Por eso, la mejor forma de combatir esa imagen negativa es mostrar la vida real del barrio, su gente, su cultura y sus oportunidades, y dejar claro que la percepción de inseguridad generalizada es, en gran parte, un mito.
¿Cuál diría que es a día de hoy el principal enemigo del Polígono Sur?
Hoy por hoy, el principal enemigo del Polígono Sur es la falta de seguridad, derivada en gran parte de la insuficiente actuación de la Policía Nacional. No por culpa de los agentes, sino por una falta de medios y de decisiones políticas que ha permitido que determinadas zonas del barrio queden en manos de grupos que generan delincuencia y degradación.
Si se reforzara la seguridad, toda la inversión que ya están haciendo el Ayuntamiento y la Junta -derribando bloques en ruinas, recuperando espacios públicos y construyendo nuevas viviendas- tendría un impacto mucho mayor. A esto se suma el trabajo social que se está activando en los últimos meses.
El objetivo principal es devolver la normalidad y la tranquilidad al barrio. Los problemas se concentran en una parte muy pequeña del Polígono Sur, pero esa minoría genera un ruido y un impacto enorme sobre la imagen general.
En los próximos meses se van a poner en marcha actuaciones concretas, como dos equipos de intervención social, formados por ocho profesionales, que trabajarán directamente con las familias de zonas como Martínez Montañés.
En paralelo, el Ayuntamiento y la Junta continuarán con la demolición de los bloques destruidos, que estaban siendo utilizados para actividades delictivas, y su sustitución por viviendas dignas. Además, el Gobierno municipal está a punto de culminar la eliminación del asentamiento chabolista de Los Ángeles, del que solo quedan tres chabolas. Será el primer gobierno de la ciudad en erradicar uno de los asentamientos más antiguos de Sevilla.
Si dentro de cuatro años tuviera que resumir la gestión del barrio en una sola imagen, ¿cuál le gustaría que fuera esa imagen?
Si tuviera que resumir la gestión del barrio en una sola imagen dentro de cuatro años, me gustaría que fuera la de un espacio público lleno de vida, simbolizado por recursos que ya están dando esperanza, como el Centro de Atención Temprana o la LAC, el centro municipal de orientación social.
Son lugares donde se acompaña a niños y jóvenes, donde se trabaja con las familias y donde se construye futuro. Esa sería la imagen que querría transmitir: la de un barrio con servicios funcionando, con oportunidades reales y con niños que crecen en un entorno seguro y lleno de posibilidades.