Sevilla TechPark. Sevilla
La Sevilla que apostó por la innovación: la Cartuja triplica su facturación en 10 años con los retos de espacio y movilidad
El enclave tecnológico sevillano se encuentra a la espera de construir un solar en el que ubicar comercios, hoteles y aparcamientos.
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Allá por el 1993, cuando aún resonaban los ecos de la Expo’92, Sevilla tomó una decisión estratégica que cambiaría para siempre el futuro económico de la ciudad: convertir los clausurados pabellones de la Isla de la Cartuja en un parque científico y tecnológico.
Tres décadas después, esa apuesta no solo se ha consolidado, sino que ha generado un impacto económico de dimensiones nacionales al consolidarse como el primer parque tecnológico de España. Eso sí, aún tiene pendiente resolver los problemas de espacio y de movilidad en la zona.
Hoy, el recién rebautizado Sevilla TechPark —antes PCT Cartuja— no solo lidera el ecosistema innovador andaluz, sino que ha triplicado su volumen de facturación en los últimos diez años, pasando de 1.844 millones de euros en 2014 a 5.513 millones en 2024.
La diferencia no es cualquier cosa: 3.669 millones más en solo una década, con un crecimiento estimado del 11,5 por ciento anual sostenido.
Cifras que evidencian no solo el buen estado de salud del parque, sino su papel como eje estratégico del desarrollo tecnológico y empresarial de Andalucía.
Crecimiento imparable tras la crisis
El avance de Sevilla TechPark en la última década contrasta con los años de incertidumbre que sufrió entre 2009 y 2014.
Aquel lustro, marcado por la crisis económica que azotó España, también impactó en el corazón tecnológico sevillano.
En 2009, el parque alcanzó una facturación de 2.194 millones de euros, pero los efectos de la recesión pronto hicieron mella. El volumen de negocio se redujo progresivamente hasta caer en los 1.844 millones de 2014, uno de sus niveles más bajos en términos comparativos.
Sin embargo, ese punto de inflexión marcó el inicio de una nueva etapa. Desde entonces, el parque ha mantenido una trayectoria ascendente constante, sin altibajos, consolidando su reputación y atrayendo cada vez más empresas, proyectos y talento.
El legado de la Expo
Para entender la magnitud del fenómeno, hay que mirar atrás. El origen del actual Sevilla TechPark se remonta a la Exposición Universal de 1992, un evento que transformó la imagen de la ciudad ante el mundo.
Este evento no solo impulsó a la ciudad hispalense, sino que le evitó caer en una de las crisis más significativas que ha atravesado España.
En 1992 y 1993, el gobierno español se vio obligado a devaluar la peseta hasta en tres ocasiones para contener la presión sobre la moneda, el PIB cayó drásticamente y el desempleo superó el 22 por ciento.
No obstante, Sevilla parecía mantenerse al margen de esta situación gracias, precisamente, a la importante inyección de dinero que supuso la construcción y posterior celebración de la Expo'92.
Pasada la Exposición Universal, y frente a la tentación de dejar que la Cartuja se convirtiera en un espacio fantasma, Sevilla optó por la transformación y apostó por convertir el recinto en un ecosistema permanente de ciencia, universidad y empresa.
Lo que nació como una idea ambiciosa y arriesgada se convirtió en un modelo pionero. Fue la primera vez que una Muestra Universal se reconvertía en un parque científico y tecnológico, adelantándose a modelos internacionales que luego seguirían esa misma senda.
Desde finales de los 90 y a lo largo de las dos décadas siguientes, los antiguos pabellones se llenaron de centros de investigación, facultades universitarias, startups, tecnológicas y grandes compañías.
Con ello, se construyó una comunidad de conocimiento e innovación que ha crecido sin perder de vista su vocación original: ser un puente entre el saber y el tejido productivo.
Sevilla TechPark
El reciente cambio de identidad —de PCT Cartuja a Sevilla TechPark— no es un simple rebranding. Supone una declaración de intenciones: posicionar Sevilla en el mapa global de la innovación con una marca fuerte, internacionalizable y conectada con las grandes redes de desarrollo tecnológico.
Con más de 574 empresas alojadas y 31.660 trabajadores, el parque es hoy uno de los grandes motores económicos de Sevilla.
Estas cifras representan por sí solas el 23 por ciento del total de la actividad económica generada por los 53 parques científicos y tecnológicos del país.
Retos de espacio y movilidad
Sin embargo, este enclave no está exento de retos y dificultades, ya que se enfrenta a la casuística de superar sus limitaciones de espacio y movilidad.
El Ayuntamiento de Sevilla confirmó en 2024 que el parque "está lleno". Sin embargo, las autoridades también informaron sobre una solución que pasa por el Canal de los Descubrimientos y los aparcamientos junto a la avenida Carlos III.
El primer tramo implicaría 18.000 metros cuadrados que saldrían a subasta tras su recalificación como terreno de uso terciario. En el solar podrían ir empresas, hoteles, comercios o aparcamientos.
La segunda fase de ampliación pasaría por los actuales aparcamientos paralelos a la avenida Carlos III. Se trataría de hasta 100.000 metros cuadrados, casi seis veces más que en el crecimiento planteado en el canal.
La historia de Sevilla TechPark es, en realidad, la historia de una transformación urbana, económica y simbólica. De un solar expositivo a un ecosistema de vanguardia. De un sueño post Expo a una realidad consolidada que, 30 años después, sigue creciendo.