Sevilla le toma el pulso a la Feria corta y se adelanta al festivo para abarrotar el Real en su primera jornada completa

La Feria masiva regresó en su primera jornada completa. Al segundo día, los sevillanos ya le han tomado el pulso al nuevo formato, el corto o el tradicional, según se mire, ya que es el que ha estado implantado durante la mayor parte de su historia. Desde primera hora de la tarde, quedó claro que los sevillanos no iban a esperar al festivo del miércoles para abarrotar el Real.

El martes de Feria recordó a las masas de anteriores ediciones. Por momentos, era hasta difícil andar por el albero, sobre todo mientras el paseo de caballos estaba en plena ebullición.

A pesar de todo, al día le costó coger velocidad, sobre todo tras un lunes de 'pescaíto' que fue largo, pero donde no se concentraron las multitudes de las anteriores ediciones, cuando caía en fin de semana.

Ambiente del martes en la Feria de Sevilla: los caballos estrenan el Real antes de la tempestad

La cena fue de las familias, pero en la madrugada fue el público más joven el que llenó el Real. Entre todos ellos, batieron récords en Tussam. Se superó al último sábado de alumbrado en un 14,3 por ciento. Respecto al último lunes de 'pescaíto', el crecimiento superó el 30 por ciento.

Los datos eran señal de lo que se confirmaría un día después. Independientemente del formato, el sevillano siempre encuentra su fórmula para pisar el albero de la Feria, ya sea en los resquicios de los días laborables o en festivos.

El martes comenzó muy poco a poco. Los primeros caballos estrenaron el paseo prácticamente solos. A partir de las 15:00, con muchas de las jornadas de trabajo ya finalizadas, el reguero de gente fue imparable.

Era la primera ocasión para disfrutar de la Feria sin hora. Ya no podrá ser hasta el fin de semana, que será el primero completo en 8 años. Las temperaturas agradables, con máximas de 25 grados, también contribuyeron a la llegada de las masas. Hubo largas colas en lanzaderas como la del parking del Charco de la Pava.

El público no dejó de venir hasta la noche, pero por regla general la mañana fue de mucha calma y marcada por la presencia de los políticos. Hubo tiempo para la charla amistosa, pero también para la batalla política trasladada al albero.

Mañana institucional

Juanma Moreno fue uno de los primeros en aparecer. El presidente andaluz cifró en 1.000 millones el impacto de la Feria y la definió como una fiesta que "rompe fronteras". De hecho, explicó que esta semana ha recibido a seis embajadores de Asia, América y Europa, aprovechando que muchos de ellos venían al Real.

Además de confesar que es "más de palmas" que de cante y baile, hubo tiempo para aludir al problema de Renfe, que precisamente dejó a algunos españoles sin la noche del 'pescaíto'. "Estoy muy enfadado. España ha dejado de funcionar", dijo rotundo.

La mañana también fue muy ajetreada para el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz. Acudió a la caseta de la Cadena Ser para anunciar que le entregará la medalla de oro de la ciudad con motivo del centenario de Radio Sevilla.

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También tuvo tiempo para atender a la primera estrella que se dejó ver por el Real, un Jeremy Irons que estuvo en su salsa en la caseta municipal e incluso lució en la solapa de su chaqueta el típico pin de la portada.

El británico le ha cogido el gusto a la ciudad después de presidir el jurado del Festival de Cine Europeo y no se ha querido perder la Feria. Es un ejemplo más de la atracción que genera la Feria en todo el mundo.

También fue día de premios, como los tradicionales claveles de la Prensa, que entrega la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) en su caseta. Este año el actor Paco Tous, el guitarrista Emilio Fernández 'Caracafé' y la mecenas Cristina Hereen fueron los galardonados.

Pedida de mano en la portada

Pero más allá de personalidades, como siempre la primera jornada de la Feria de Sevilla estuvo marcada por las pequeñas historias de cada sevillano, quienes aguardan todo el año para tener una semana de alegría poniendo a prueba su aguante y su bolsillo.

Una de ellas es la de Nuria y Javi. Una pareja que se conoció hace dos años en el Real. Este martes de Feria él quiso sorprenderla para montarla en un coche de caballos y llevarla hasta la portada, donde le pidió matrimonio. Allí les esperaban para cantarle sevillanas entre vítores de todos los que se encontraron la estampa.

Ella no quería ir este martes al Real, pero vivió el momento más bonito de su vida en el mismo lugar donde conoció a su futuro marido.

Es una de esas historias inolvidables que siempre deja la Feria de Sevilla. Componen la fotografía general de una fiesta que siempre se reserva la capacidad de sorprender. Es por ello que los sevillanos, independientemente de los formatos, nunca renuncian a ella. Siempre se guardan lo mejor para exprimirla al máximo hasta los últimos días.