El delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Manuel Alés.

El delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Manuel Alés. Ayuntamiento de Sevilla

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Manuel Alés: "El nuevo modelo de Feria acabará con el colapso del transporte; el público no se concentrará en los mismos días"

El delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla cree que la llegada al Real será "más escalonada y natural". Habrá "más gente al final que al principio".

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Manuel Alés afronta su segunda Feria de Sevilla como delegado de Fiestas Mayores. En su estreno se batieron todos los récords de visitantes, con más de tres millones. Ahora gestionará la vuelta al modelo corto. Pese a que habrá menos días, considera que "el número de personas" no va a diferir en exceso.

Cree que dicho formato va a propiciar más comodidad para los servicios municipales, porque la gente llegará "de forma más escalonada y natural". Así, dice, se evitarán los colapsos que el año pasado se concentraron en días como el del alumbrado.

Reconoce, en cualquier caso, que la Feria de Sevilla "se ha quedado atrás en muchas cosas". Por eso, prepara una reforma de la ordenanza para 2026 que incluirá medidas para perseguir el fraude en el alquiler de casetas. Tampoco olvida la ampliación del Real, para la que, según explica, se estudian fórmulas y será una realidad antes de que acabe el mandato de José Luis Sanz.

¿Es la preferia un problema para los servicios municipales?

Si se hacen las cosas con normalidad, no. El sevillano se ha sabido comportar siempre en la preferia. Es una previa en la que se terminan los últimos detalles de decoración y montaje.

¿Qué no se permite en ella?

Lo que dicen las normas. La ordenanza de Feria entra en vigor a partir del lunes del alumbrado. Esa excepcionalidad de beber en la calle o de música en las casetas empieza a entrar en vigor a partir del lunes.

¿Qué previsión tiene el Ayuntamiento sobre la afluencia en una Feria más corta?

La misma. El elemento que más afecta es que el 1 de mayo coincida con los días de Feria. En este caso, el número de personas no va a diferir en exceso.

¿No esperan ninguna diferencia?

El modelo anterior hacía que la afluencia se concentrara los primeros días y que se quedaran casi desiertos los últimos. Este modelo garantiza la integración con el calendario escolar y laboral. Lunes y martes serán dos días normales de trabajo. Eso permite una llegada más escalonada y natural. Y luego un fin de semana completo. Los barrios y los pueblos cercanos llenarán el Real los últimos días. Va a haber más gente al final que al principio, pero habrá público desde el lunes hasta el domingo, con una afluencia de público parecida.

Uno de los éxitos de la feria pasada fue la reducción de los incidentes ¿Cuál fue la clave?

Primero que funcionaron los dispositivos. La Feria encendida hasta las 5 de la mañana también. La vigilancia por drones y las cámaras de portada, contraportada y Calle del Infierno nos daban una información inmediata. Además, había un grupo avanzado que no se tenía que desplazar desde la central y actuaba directamente. Pudimos detectar la venta de botellón sobre todo en carritos de niños pequeños por la Calle del Infierno. Además, la Policía Nacional, que tenía grupos de paisanos, también se servía de los drones para perseguir a grupos que ya venía siguiendo. La labor preventiva por nuevas tecnologías ayuda muchísimo.

¿Ya no se entiende un dispositivo de Semana Santa o Feria sin videovigilancia?

Efectivamente. De hecho, este año se ha implantado una tecnología basada en Inteligencia Artificial que mediante los GPS nos permite ver los flujos de personas en tiempo real. Es otro elemento que nos permite actuar en el momento.

Manuel Alés, en la escalera principal del Ayuntamiento de Sevilla.

Manuel Alés, en la escalera principal del Ayuntamiento de Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla

¿Influye mucho en la organización el nivel 4 de alerta terrorista?

Sí, claro que afecta. Sobre todo porque el dispositivo de Policía Nacional es mucho más restrictivo, no solo por el número de efectivos, que también. Sobre todo, porque hay que bloquear vías principales. En Semana Santa utilizamos camiones de Emasesa y en la Magna autobuses de Tussam. El Ministerio del Interior destina pocos recursos a Sevilla y no tiene tanquetas de ese tamaño. El Ayuntamiento de Sevilla tiene que colaborar con la delegación del Gobierno para evitar atentados.

¿El botellón ha dejado de ser un problema en la Feria?

Nunca deja de serlo, pero sí podemos sacar pecho de que el año pasado acabamos con él en Los Remedios. Era el más preocupante. Con los sistemas preventivos de vallas y la actuación policial, se evitó. Es cierto que en algunas zonas hubo que intervenir, pero realmente no hay cultura de botellón en la Feria.

¿Dónde se sigue haciendo?

En Antonio Bienvenida. El año pasado ya bajó considerablemente. Y en la zona de Juan Pablo II prácticamente se eliminó. La mayor venta se produjo en la Calle del Infierno, pero se neutralizó de manera inmediata. Sí es verdad que en años anteriores se criminalizó a los supermercados de Los Remedios y Triana y se prohibió la venta de alcohol, hielo y casi de cualquier líquido. Decían que al abrir la mano, se iba a disparar el botellón y fue todo lo contrario.

Este año se estrena una nueva línea de Tussam desde Sevilla Este a la Feria, ¿qué más se puede hacer para reducir los colapsos que se vieron el año pasado?

Los colapsos estaban muy localizados. Uno de ellos fue el día del alumbrado, de ida y de vuelta. Tenía una peculiaridad al ser festivo el domingo. Todo el mundo fue a las mismas horas y se formaron bullas de Semana Santa. Este año la gente va a venir de manera más escalonada. Por otro lado, que todo el mundo viniera los primeros días hizo que se colapsara en algunos momentos, pero realmente Tussam funciona muy bien. Entendemos que con este modelo no va a haber esos problemas.

¿Solo por el cambio de modelo no habrá colapsos?

El cambio de modelo va a ser que no todo el público vaya los mismos días, con lo cual va a ser más escalonado. Lo iremos viendo día a día.

Entonces, ¿será más cómodo para todos los servicios municipales en general?

Sí, efectivamente. También las temperaturas hacen mucho. Si tenemos temperaturas agradables, vamos a tener el público viniendo durante todo el día. Si tenemos calor extremo, que parece que no, el público viene más tarde, lo cual hace que se colapse el transporte en ciertas horas.

Este año habrá una parada de taxi más en Costillares y seguridad privada en todas ellas, ¿Por qué?

Esperamos que con tres paradas las colas sean más cortas al repartirse los flujos. Seguridad privada ha existido otros años, pero la pagaban los propios taxistas. Este año es la primera vez que la paga el Ayuntamiento para permitir, entre otras cosas, que la Policía Local pueda dedicarse a otros asuntos en la Feria.

De cara al año que viene, el Ayuntamiento prepara una nueva ordenanza de Feria, ¿qué es lo más urgente?

Es verdad que la Feria se ha quedado atrás en muchas cosas. No tiene ningún sentido que el paseo de caballos empiece a las 12:00. Se tensiona mucho el servicio de Lipsam y el de las empresas suministradoras, que tienen que correr cuando a esa hora no hay prácticamente ni un caballo. Habría que atrasarlo una hora, pero con la actual ordenanza no se puede. Hay muchas cuestiones técnicas que adaptar en cuanto a licencias o listas de espera.

¿También se incluirá la lucha contra el alquiler ilegal?

Queremos tener una actuación antifraude y evitar la cesión ilegal de casetas. Hay muchas familias esperando y no es compatible con hacer negocio en la Feria. Tenemos que dotar al Ayuntamiento de recursos para inspeccionar las casetas. Lo más relevante era el cambio de modelo, que también se flexibilizó en el artículo 1. Ya no hay que cambiar la ordenanza si los grupos entienden que se puede adelantar o atrasar la Feria un día. Se le puede dar cierta naturalidad, porque el calendario a veces es caprichoso.

¿Y la ampliación para cuándo será posible?

Es uno de nuestros compromisos electorales y desde luego antes de la finalización del mandato habrá ampliación. Estamos viendo distintas alternativas y yo entiendo que, en breve, después de la Feria o antes de final de año, comunicaremos la ampliación.

Respecto a la Semana Santa, ¿qué le dice a los sevillanos que no pudieron ver alguna cofradía por las vallas?

Hay situaciones que no son deseables. No nos gustan. Cero personas es cero riesgo y es cero Semana Santa. Dicho esto, también tenemos que ir con seguridad a la calle. Otra cosa es que se puedan matizar ciertos detalles, pero tiene que haber vías de evacuación y presencia policial. Con las vallas se ha avanzado mucho. Vamos en la dirección de que cada vez haya menos.

¿El Ayuntamiento seguirá apostando por las líneas rojas?

Queremos seguir avanzando en eso. Son orientativas y se adaptan mejor al sevillano en Semana Santa, respetando los cortejos, pero pudiendo moverse con libertad. Las vallas encorsetan y son un obstáculo. ¿Que la Policía Nacional sigue defendiendo que las vallas son necesarias en algunos sitios? Bueno, nosotros evidentemente daremos nuestra opinión.

¿Tiene la Semana Santa un problema de gigantismo por el exceso de nazarenos y público?

Los artículos de Chaves Nogales ya hablaban de esto. En los años 80 y 90 también. El debate está sobre la mesa, las partes tienen que sentarse y a lo mejor hay que tomar decisiones valientes y que no van a gustar a todos. La realidad es que el número de nazarenos es enorme, aunque creo que el verdadero problema está en la Madrugada. No lo tienen las vísperas, que no tienen una Carrera Oficial. El problema puede estar en meter por el ojo de una aguja algo que quizás no cabe, pero es materia de las hermandades y el Consejo.