Imagen de la pasada manifestación del 8M en Sevilla.

Imagen de la pasada manifestación del 8M en Sevilla. E.P. Sevilla

Sevilla 8M

Así ha cambiado ser mujer en Sevilla en un siglo: "Yo no podía entrar en un bar sola, tenía que ir con mi marido o mis hermanos"

Las mujeres celebran este 8M que han pasado de "estar encerradas en casa" en 1950 a "no entender el trabajo sin una perspectiva feminista" en 2025.

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Sevilla
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"Solo hemos criado hijos y hemos vivido para los demás". Rosario Monreal, vecina de la ciudad de Sevilla desde hace 74 años, se lamenta a puertas del 8M, Día de la Mujer, de que las mujeres de su generación "nunca" han tenido derecho a nada, "y cuando más joven, menos todavía".

"Gracia a Dios la cosa ha mejorado, porque la vida de nosotras de antes fue siempre estar encerradas en casa sin tener perspectiva de nada", explica esta sevillana nacida en el centro de la ciudad. "Nos acostumbramos a esa vida, no nos quedaba otra". 

Esta mujer expresa su frustración porque, cuando era joven, ni siquiera podía retirar dinero del banco, cosa que ahora hace de forma rutinaria. "Hoy en día la juventud tiene la libertad de salir, de estudiar, de viajar... eso en mis tiempos era impensable", explica.

"Gracias al feminismo, hoy las mujeres hacéis más que cuidar de vuestros padres y vuestros hijos", manifiesta.

Al ser preguntada por las discordias que este movimiento genera, Rosario sentencia que "el feminismo molesta porque señala las cosas malas que se han hecho en el pasado y con las que todavía muchos se sientes muy cómodos". "Pero no miréis para atrás ni para coger impulso", aconseja.  

María Josefa Fernández tiene 73 años. Desde muy joven regentó una charcutería con su marido en un barrio obrero de Sevilla, y reconoce que su vida se centró "en el trabajo y en criar" a sus hijos. 

Pese a ser una mujer trabajadora, "poco común en aquel entonces", según explica la sevillana, el peso de la casa siempre recayó sobre ella. "He criado de mis hijos yo sola porque, aunque tuve un buen marido, no dejaba de ser una sociedad muy machista y se esperaba que la mujer llevara la casa porque era su obligación". 

"Yo no podía salir sola ni entrar en un bar sola, tenía que estar con mi marido o con mis hermanos", rememora esta sevillana que siempre se ha considerado "muy moderna" para la época que le tocó vivir. 

En retrospectiva, María observa "que las mujeres de ahora tienen más aspiraciones, y eso es porque tienen más libertad, que ya hacía falta". "Gracias al feminismo tengo dos hijas y una nieta que son libres, igual que yo, que ahora entro y salgo cuanto quiero y decido cuándo me voy de viaje con mis amigas", concluye. 

Una lucha diaria

Desde la generación nacida en la década de 1950 hasta la alumbrada en los años 70. Eva Domínguez, una profesora sevillana de 50 años, explica que, para ella, "el feminismo es una lucha diaria a la que nos enfrentamos las mujeres por hacernos visibles".

Esta docente y coeducadora apunta a que el movimiento de las mujeres para conseguir la igualdad también es una batalla "por parar los asesinatos machistas y todas las formas de violencia y discriminación hacia nosotras". 

"El feminismo es sororidad, libertad y lucha", concluye esta sevillana. 

Isabel Lucas, por su parte, piensa en el feminismo como la forma de "eliminar cualquier foma de discriminación o violencia contra las mujeres".

"Como madre de otra mujer, me aterra que mi hija no vuelva algún día a casa", reconoce esta mujer de 50 años, que confía en el movimiento feminista "para que la lacra de la violencia machista acabe de una vez". 

Escalando un poco más en el tiempo, Sevilla está repleta de mujeres de los años 80 como Irene Rodríguez. A sus 40 años, esta psicóloga reconoce que el feminismo ha influido en su vida "de forma completamente transversal". 

El movimiento feminista "me ha hecho consciente de sucesos pasados y presentes en los que quizá, sobre todo en los pasados, no pude ver las injusticias a las que estaba siendo sometida", razona Irene. 

También reconoce que, en lo referente a su vida social, ha propiciado que se alejara de "muchas personas" y se acercara a "algunas otras."

Respecto a su profesión, esta psicóloga asume que se siente "en la necesidad de educar" a sus pacientes "en el feminismo". "No entiendo mi trabajo sino es desde esta perspectiva", concluye. 

Componente económico

La generación que ha crecido en el foco del desarrollo del movimiento feminista más moderno ha sido la nacida entre la década de 1990 y los 2000. 

Para representarla, hay sevillanas como María Pérez. A sus 26 años, esta opositora a jueza considera que "el feminismo busca la igualdad de derechos entre mujeres y hombres". Añade que "para buscar esa igualdad social existe un componente económico y político necesario".

Razona, por tanto, que el feminismo "no puede ser capitalista", ya que, según expone, "perpetúa esa diferencia siendo la mujer siempre la perjudicada en la búsqueda de productividad empresarial".

Asimismo, la sevillana explica que el movimiento le ha ayudado "a entender" sus relaciones con los hombres "y a saber identificar determinadas conductas machistas que se tienen socialmente como normales pero que no lo son". También "a descargar mi culpa por esas conductas".

Por su parte, la farmaceútica sevillana Ana Salas (27 años) sostiene que "el feminismo cambió" su forma de "ver la vida", así como de relacionarse "con otras mujeres y con los hombres".

Esta mujer manifiesta que a raíz de tomar conciencia feminista comenzó "a ser menos permisiva con los comentarios machistas y a escuchar más a otras mujeres, a sus historias". "Dejé de juzgar tanto", reconoce. 

Sin embargo, subraya que se trata de un movimiento "difícil". "El sistema en el que vivimos perpetúa cada día que el patriaracado siga manteniéndose", explica. "Nos callan con algunas medidas con la esperanza de que no pidamos más", pero, "por suerte, tenemos mucha voz y ganas de que haya cambios". 

"Lo que les dé la gana"

Las sevillanas nacidas en la década del 2010 vinieron a un mundo en el que el movimiento feminista estaba más que asentado. 

Cuando Lola Navarrete fue alumbrada, en diciembre de 2016, no quedaba rastro de la realidad que las sevillanas Rosario Monreal o María Josefa Fernández vivieron. 

Para esta niña de 9 años, hablar del feminismo es tan sencillo como mencionar que "los hombres y las mujeres son personas" y, como tal, "tienen que ser tratados igual". 

"El feminismo es que una mujer pueda hacer lo mismo que un hombre, ya está", sentencia. A la pregunta "¿por qué?", ella contesta "porque tenemos los mismos derechos". 

Por su parte, una pequeñísima Jimena Pérez, de 6 años de edad, no acierta del todo a pronunciar la palabra feminismo, pero sí tiene claro lo que significa: "es que las mujeres puedan hacer lo que les dé la gana".