El teléfono de la Policía Local de Sevilla sonó el pasado 2 de abril de madrugada. El agente que lo cogió escuchó a una joven que le quería encargar una pizza. La confusión, al inicio de la conversación, se puede imaginar.

¿Por qué la mujer llamaba a los agentes para pedir comida a domicilio? Estaba secuestrada, se supo después. Era una llamada de auxilio, pero se cortó en medio de la conversación. 

Según explican fuentes de la Policía Nacional, el operador que respondió a la llamada de la joven pidiendo una pizza sospechó del contenido de la misma. No cuadraba. Por eso se puso en contacto con los investigadores, quienes recibieron el número de teléfono desde el que había llamado la joven.

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Haciéndose pasar por una pizzería, un agente llamó a la mujer y consiguió que le facilitara la dirección donde estaba retenida. Un hombre la tenía encerrada en su domicilio. 

Liberar a la mujer

Allí acudieron los agentes de paisano. Tras acceder a la casa, consiguieron detener al hombre y liberar a la mujer. Según explican fuentes de la Policía Nacional, ambos se habían conocido a través de las redes sociales, donde habían acordado verse. 

Sin embargo, cuando ella llegó al domicilio indicado, el hombre no la dejó marcharse. Así, el ya detenido está acusado de tres delitos: retención ilegal, lesiones y amenazas.